[Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ]
La experiencia es del sábado por la tarde. Después de quedar con ella por teléfono para llevar a cabo el servicio en un hotel... llega tarde y hay que esperarla. Tiene la piel de una teenager en cuanto a suavidad, pero con algunos pliegues de grasa, algo de celulitis también, sin ser alarmante. La niña es venezolana y se le nota en la cara; es difícil encontrarle un atractivo en el rostro y cuando sonríe muestra un diente con una manchita negra. Cuando la miras por la calle con unos pantalones vaqueros, no te planteas el marcharte y buscar algo mejor. Pide 70 euros una hora y sólo hace salidas. Así que, es preceptivo pagar por la habitación de un hotel.
En la habitación no es implicada, fría, distante, insulsa: no hace francés natural pese a que por teléfono sí quedo apalabrado... Es un continuo pulso con ella para que muestre un poco de implicación; ahora cojo el móvil, ahora voy a por las toallitas, ahora vuelvo a coger otra llamada en otro móvil... Desesperante e imposible de concentrarse... Así que abrevio el encuentro, un poco a cuatro patas, otro poco de misionero y corrida de rigor. En plan reto o para incomodarle un poco le propuse un segundo polvo dentro del tiempo, pero ya sabía la respuesta. A mí tampoco me quedaban ganas de estar allí.
Repetir: vosotros qué creéis???
Los siguientes 9 Usuarios dan las gracias a Prinzipito por este Post:
amigo,y todavia lo cuentas?por que no te marchaste sin mas,yo la mando a casita y llamo a otra para no perder el hotel
ademas tener que pillar hotel no sale rentable