Yo la visito desde hace un par de años, siempre que me pilla bien. Es como una debilidad que tengo, que me pone a mil esta mujer. Está muy bien conservada, aunque las fotos sean de hace tiempo. Se cuida, y se ha hecho unos retoques que la favorecen. Conmigo se porta muy bien cuando voy, aunque tiene detalles que yo le paso por alto y quizá a otros les parezcan intolerables. Para gustos... Uno de esos detalles es que puede ser creativa con sus precios, siempre ligeramente al alza. A mí me da igual porque siempre considero esa visita como algo especial y suelo dejar propina, pero allá cada cuál... Otro detalle es que es muy celosa de su higiene y por ejemplo en mi última visita me pidió que me pusiese dos condones, que fue algo insólito para mí. A cambio tiene un par de melones (operados y con cicatriz, pero aún así extraordinarios para mí, con pezones del tamaño de garbanzos) que no te los acabas, una piel suave como la de un bebé y un coño y un culito deliciosos. También da besos con lengua, al menos a mí, a partir de mi segunda visita. El problema de mis visitas y de pasar por alto tantos "detalles" es que siempre voy deprisa y aprovecho al límite para pasar un rato con ella. Hasta ahora no he dispuesto de la tranquilidad suficiente como para disfrutar a fondo de Karla como creo que se podría. Por ejemplo exigiéndole ese griego que tengo pendiente y al que siempre renuncio porque ella no lo pone fácil y yo voy con prisas. Los dedos en coño y ojete los admite sin problemas y hasta con satisfacción, diría yo. Por lo tanto, cada vez que pienso en ese culo me pongo malo de pensar en lo que me estoy perdiendo. A ver si en un
próximo viaje consigo más horas libres, se lo dejo claro antes de ir y pruebo. Por lo demás, es una mujer muy agradable, que se deja hacer, es activa, y atiende por Gobernador González, creo recordar. Salut...