Nombre de guerra: Camila
Nacionalidad: Española
Forma de Contacto: Teléfono 634726826
Hilo profesionales:
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Fecha aproximada: Editado
Lugar: C\ Alonso Núñez xx
Instalaciones: habitación simple
Higiene: no lo llegué a comprobar
Precio: 50€, 1 hora
Edad: Pone que 26, no lo sé
Cara: En las fotos no la enseña, por algo es
Pelo: Rubio largo
Cuerpo: normal tirando a feo, no se parece en nada a las fotos
Pecho: tetas naturales
Culo: amplio
Piercings y tattos: no me di cuenta
Defectos corporales: no me di cuenta
Actitud: tengo almohadas más simpáticas
Conversación: cero
Besos: ni lo intenté
Fuma: no lo sé
Francés: con condón, lo más decente de la experiencia
Forniqueo: cero
Griego: No
Lo mejor: nada
Lo peor: todo, leed la experencia
¿Repetir? ni de coña
¿Recomendable? para nada
Valoración global de la experiencia: 0/10
Relato: veo en Pasion que se anuncia un pibón por 50€ la hora y me decido a probar, porque total, muy mal se tiene que dar la cosa para no amortizar la inversión. Llego al sitio y me pide que suba con discreción, así que les digo a los mariachis que se queden en el portal (¿cómo se cree que sube la gente a un piso de putas? ¿echando petardos como si estuviéramos en Fallas?) En fin, que mi experiencia puteril no es demasiado amplia y todavía no tengo un instinto demasiado desarrollado, pero me doy cuenta de que cuando me abrió la puerta y la vi debería haberle hecho caso a mi estómago, darme la vuelta y salir de allí con mis 50 euros todavía en el bolsillo. Entro y me manda a una habitación con una tele en la que estaba viendo Dos hombres y medio; me pide los dineros y me dice que me ponga cómodo, y ella se va a guardar el billetito. Cuando vuelve se despelota sin ninguna gracia y en ningún momento se acerca a mí. Por cierto, las fotos del anuncio quizás sean suyas, pero la tía es una maestra del photoshop y los retoques digitales que ni Spilberg: ese cuerpo de reina de los elfos no se parecía en nada al de la alcaldesa de Mordor que tenía delante. Total, que me tumbo en la cama y ella empieza a tocarme el rabo, que no se ponía firme ni aunque viniera a pasar revista un general de división. Yo la acaricio un poco los muslos y el chochete, pero aquello tiene menos vida que la piel de la papada de Carmen Lomana. Me enchufa un condón y me la chupa, y parece que la cosa se anima un poco. El amigo se levanta y en cuanto está duro se pone encima y a cabalgar, y yo me empiezo a aburrir cosa mala y a pensar que aquello no había Dios que lo remontara. No me equivoco: decide cambiar de postura y le digo que se ponga a 4. Yo ya tenía entre las manos un chicle y eso ya no había forma de enderezarlo, porque toda la situación me estaba bajando el morbo a paso de gigante. Me quito el condón y le digo que la cosa no va a funcionar y la tía se levanta de la cama, me da una toallita húmeda y se empieza a vestir. Yo flipando decido vestirme y pirarme por no montar un número. En resumen, 13 minutos en los que lo único que aproveché fue a ver a la tía buena que salía en Dos hombres y medio mientras la alcaldesa de Mordor me sacaba 50 pavos como a un gilipollas.
Fin.
Última edición por J.David; 25-05-2018 a las 16:32
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