Nombre: Caterin.
Teléfono actual de contacto: 600735420. Contacto fácil y responde ella si no está ocupada.
Nacionalidad: venezolana. Muy guapa, hace honor a la fama de sus mujeres.
Honorarios: 110 € la hora. Abierta a tratar y ajustar su tarifa para encuentros más prolongados y toda la noche.
Edad: 36 años, según me indicó. No soy experto. Me parecen reales. Viste bien con buena ropa, muy sexy y llamativa con sus magníficos pechos como “bandera”. Su figura no pasa desapercibida.
Altura: aproximadamente sobre 1,60/1,65 m.
Peso: no soy capaz de indicarlo. Si perdiera tres kilos estaría al punto para su cuerpo. Tiene buenas curvas y agarraderas. Su culo, latino, esta proporcionado, duro y terso para agarrar y sobar con intensidad, una delicia tocarlo y manosearlo.
Lugar: en el hotel, en Madrid cerca de la M-30. No tiene lugar para recibir. Se desplaza.
Fecha: días atrás.
Pelo: negro, media melena suelto, sedoso y muy cuidado. A pesar de su longitud no se lo recoge y lo maneja con suaves y medidos movimientos buscando la seducción.
Piel: blanca, con buena tonalidad de bronceado de tiempo, sin estrías, tersa y suave. Un goce al tacto y el olfato, ligeramente perfumada.
Ojos: castaños, bonitos, seductores. Maquillaje suave y ligero sin estridencias, cuidado y muy natural.
Pechos: “brutales”, grandes, redondos, amanzanados con hermosas y grandes areolas y magníficos pezones. Una maravilla de la naturaleza, tersos, erguidos y de un toque estupendo. Dureza perfecta. Imposibles de olvidar. Sin poderlo asegurar los pechos me parecieron naturales pero que habían sido retocados.
Manos: cuidadas perfectamente, dedos finos y uñas bonitas de longitud adecuada pintadas con esmalte de tonalidad rosada.
Pies: bonitos, proporcionados muy bien cuidados como las manos, sin imperfecciones, dedos finos suaves y uñas esmaltadas perfectamente a juego con las manos.
Higiene: muy buena y acorde con el momento, ducha al principio y final con varias idas al baño para asearse durante el encuentro.
Conversación: muy agradable y abierta, le gusta conversar y lo hace a buen nivel. Tiene la cabeza ordenada con ideas claras y rápidos reflejos. Lenguaje cuidado, reposado y tranquilo y me atrevo a calificarla de culta, que no se manifiesta solo en el léxico, sino también con su nivel de conocimientos varios, en especial sobre temas sociales y la situación de su país. Muy realista.
Sexo oral: sabe y conoce el oficio dominando los momentos, salivando intensamente, cambiando la presión y el ritmo de forma calculada y medida. Labios carnosos, proporcionados y muy sexis. Trabaja totalmente los “bajos”, lamiendo, chupando sin descanso y con una magistral técnica de “comida” de “los gemelos”, introduciéndoselos en la boca y lamiéndolos con la lengua sin parar. Una delicia para los sentidos me sacó de orbita y me sentí flotar en el espacio. Utiliza la mano con abundante saliva en momentos precisos, especialmente masajeando los “gemelos” y en momentos concretos el glande.
Fornicio: me montó iniciando un movimiento lateral y en profundidad, a la vez que movía las paredes de su vagina de forma rítmica, conoce la técnica, se movía sin cesar, pero parando en determinados momentos para resaltar el movimiento de su vagina. Magnifica amazona, sus pechos se presentaban como dos “tarros de miel” para agarrar, masajearlos y jugar con sus pezones sintiendo aquellos magníficos pechos que no podían abarcar mis manos y que me provocaba un morbo enorme. Cambiamos, penetrándome de “vaquera invertida” sus magníficas nalgas a las que me agarre y toque con la máxima intensidad sujetándola, a continuación, por la cintura, pasándole las manos por delante y empujándola hacia atrás con todas mis fuerzas a la vez que ella se movía con un compás rítmico a mis embestidas. No tuvimos más variantes, para mi perfecto y adecuado a mis circunstancias personales.
Griego: no uso. Desconozco su opinión y planteamiento.
Lo mejor: el morbo, su implicación y personalidad, sus magníficos y grandes pechos, suavidad de su piel y buena predisposición a agradar y satisfacerte.
Lo peor: diría mejorable. Debe perfeccionar su “garganta profunda” y beso negro, perder 3-4 kilos y “ajustar” su intensa personalidad.
Conocí a Caterin, hace meses, de forma “anormal” en el Factory Air proporcionándome su teléfono. La llamé al cabo de un tiempo, mostrando buena memoria e indicándome que su paso por el Factory fue por solo unos días y actualmente actuaba como independiente, desplazándose. Con posterioridad mantuvimos un primer encuentro en el hotel, entendiéndonos perfectamente y con gran satisfacción por mi parte. Posteriormente hemos tenido otros encuentros muy satisfactorios y completos siempre por la noche. Le gustan los bombones y el buen whisky agradeciendo su degustación, al igual que conversar picoteando alguna delicatessen.
Le gusta el sexo y lo vive intensamente, conociendo el oficio. Es “guarra” y zorrona en la
práctica, abierta a todo, le va “la marcha” y se entrega al máximo nivel buscando el morbo en cada momento exhibiéndose de forma total. Le encanta ser pasiva en determinados momentos, tomarse un par de wiskis y agradece que te dediques a ella, especialmente recibiendo sexo oral que vive y disfruta intensamente mojándose con facilidad. Su clítoris es pequeño pero muy sensible y no es fácil llevarla al orgasmo, pero le encanta estar sintiendo la lengua y besos en su clítoris. Un placer comerle la “concha”.
El sexo, en general, es muy personal y subjetivo, cada uno tiene su visión particular totalmente respetable y es difícil encontrar a “la media naranja”. Personalmente, Caterin me parece una gran profesional con la que me he entendido y compaginado a la perfección. Expongo mi opinión, como digo, subjetiva y no me gusta poner notas, cada uno tenemos nuestra “vara de medir” y en el sexo es muy variable.
Nuestro encuentro, ya en la cama, fue de revolcón sin límites, comiéndonos mutuamente la boca, el cuello, sexo, pechos, todo ello con gran intensidad, como dos posesos, hasta que nos “estabilizamos” y ella tomo la iniciativa bajando a mis bajos y empezando, con mucha tranquilidad y midiendo muy bien sus movimientos, lo que fue una mamada antológica, trabajando con mucha delicadeza todos mis bajos, longitudinal y transversalmente. Cambiamos la posición y tomé la iniciativa hasta llevarla al orgasmo con una “comida de coño” larga, prolongada, sintiendo como aumentaba su humedad y sus continuos movimientos buscando el mayor placer y mejor posición. Me oprimió la cabeza, a la vez que intentaba sacármela de su sexo, retorciéndose de placer.
Fue al baño y a su regreso cayó como un águila sobre su presa sin darme tiempo a reaccionar, me comió entero llevándome a la nube y, visto y no visto, tras enfundarme, me montó con gran técnica iniciando movimientos vaginales internos muy sensuales y que demostraba un gran dominio de su musculatura vaginal. Una gozada continua, a la vez que aumentaba el ritmo y lo variaba hasta que ambos llegamos mutuamente al clímax, anticipándose ella y arrastrándome al orgasmo ante aquella explosión de sensualidad y morbo abrazados y besándonos como posesos.