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Iniciado por adrianrodriguezcarrasco
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Este mensaje se escribe 10 minutos después de salir de lo que sea que ha sido.
Llego al piso, en el Barrio de la Serna de Fuenlabrada. El piso, pues mal... pero como no ha sido lo peor, casi me lo salto.
Me recibe una chica mulata y me hace pasar a una habitación. La chica, en sí misma y su mismidad, pues no estaba mal. Hacen el paseíllo correspondiente y me presentan a una tal Jessica, colombiana (según ella, puede ser) y otra que no recuerdo su nombre y que tiene unos melones considerables. Me quedo con Jessica, es la más potable. Incluso, diría que físicamente no está mal. Son las 15:40
Lavado mio de bajos (ella no) y volvemos a la habitación. Son las 15:45. Me desnudo, intento acercarme un poquito a ella y rehuye, todo esto mientras masca chicle. Me dice que me tumbe, la hago caso, y se lanza a comérmela. La digo que no, que si tiene prisa. Me contesta que no -estaría cojonudo, he pagado por 45 minutos-. La digo que se tumbe a mi lado a ver si juntos nos entonamos un poco. La masturbo, un poco por aqui, un poco por allá... se movía menos que Javier Bardem en Mar Adentro -sigue con el puto chicle-. Visto el éxito con la señorita, la digo que me la chupe... no debe entender bien el castellano, porque se pone a masturbarme a toda leche. La digo que más despacio, a lo mejor es sorda. Vamos, que me corro. Son las 15:50
Me dice que si seguimos o me hace un masaje. La digo que me haga un masaje y luego seguimos. Me doy la vuelta y empieza a hacer algo parecido a una carrera de lémures en mi espalda, con los dedos, como si fueran bichos corriendo o algo así. La verdad es que casi se me escapa una carcajada, pero me la he aguantado. Luego ha empezado a darme con el canto de la manos, estilo Cándido y sus cochinillos, en ese momento he empezado a sentir una lágrima que salía de mi ojo izquierdo, síntoma del descojone. En esto que para y me dice... "ya está"... me doy la vuelta y me suelta un "es que no me gusta hacer masajes", vuelvo a esconder otra carcajada tras una forzadísima sonrisa. En eso que pienso "ahora pondrá algo de su parte, no sé". Pues no, la chica se queda allí, sentada en la cama, mirando al rincón, como si la hubiera castigado la "seño". Tras, no exagero, dos minutos en esa situación, la pregunto, cuánto tiempo lleva en esto, me dice "dos semanas". Se vuelve a callar, otros dos minutos. Viendo la situación, la pregunto la hora... "las cuatro y algo, es que no veo muy bien el reloj", además de sorda, cegata. Eran las cuatro en punto. Visto que no ibamos a llegar a ningún lado, la digo que me largo, todo esto con la intención de salir y hablar con la teórica madame que me había atendido a la entrada (ya sé, devolverme la pasta, ni de coña, pero hacérselo saber, que ni son formas, y que si quieren reirse de los clientes, poco les va a durar el chiringo). Me acompaña al salón, y, lo siento, no he podido protestar, me he transportado a una peli de Almodovar en un segundo, me encuentro a la madame viendo la tele, tumbada en un colchon en el suelo (había dos sofás) tapada con una manta hasta los ojos. Se me han quitado las ganas de tener ganas y he decidido salir corriendo de allí para dar aviso.
Ya sabéis lo que hay, esta vez he sido yo el incauto, espero ser el último.
Un saludo