Paula granaína

Nombre de guerra: Paula.
Nacionalidad: jamón del país.
Forma de Contacto: 624240887.
Hilo profesionales: yo no lo he encontrado, caso de que lo haya. Al menos, con ese número de teléfono.
Web profesional: [Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ]
Lugar: Jerez, Calle Aluminio, hace pocos días, pero por la noche. Creo que está hasta las 12 de la noche.
Instalaciones: las conocidas en esa casa. No es ni muy discreta, ni un cante jondo. Fácil aparcamiento.
Higiene: ella se duchó antes de venir conmigo.
Precio: Lo de siempre: 50 media hora, 100 una hora.
Edad: veintipocos.
Cara: a mí me pareció guapa, qué queréis que os diga. Ojos rasgados, pelirrojo teñido, labios gruesos perfectos para chupar y ser chupado.
Pelo: teñido.
Cuerpo: Fotos reales. Más bien bajita, fornida, su poco de barriguita, un sinfín de curvas.
Pecho: natural y brutal.
Culo: Grande, blandito y bonito. Una pasada a 4 patas.
Defectos corporales: Ni es una chica "fit", ni lo necesita. A mí me gustan las mujeres rotundas, y ella lo es. Una MUJERONA de los pies a la cabeza.
Actitud: tanto por teléfono como en persona es simpática. Una tía con clase, me importa un carajo si se dedica a esto o a vender Biblias. Te hace sentir a gusto, se interesa por ti y también agradece que uno sea amable en el trato. No es ninguna borde. Un encanto de chiquilla, joder.
Conversación: denota un saber estar poco común en la profesión, y se agradece.
Besos: los que quise. No, los que quisimos. O sea, que sí, como si fuera tu novia.
Fuma: creo que no.
Francés: Oooooooohhhhh... (expresión de gusto, no de decepción). Natural. Magnífico, tratando de metérsela toda, salivado, con toques de gp. Le pone ganas.
Forniqueo: muy bien. Y es que la actitud es 90%.
Griego: ni lo mencionó, ni se lo propuse.
Lo mejor: todo. Tetas, culo, sabor, actitud, curvas.
Lo peor: que hay que pagar.
¿Repetir? Casi nunca repito. Con ella, sí que lo haré.
¿Recomendable? Rotundamente, sí.
Valoración global de la experiencia: 8.

Relato: Llego y me recibe con su lencería y tacones, y me empalmo directamente. Me lleva a la habitación, y, como parece que lleva la batuta del lugar, me presenta a una de las amigas libres. Yo ya lo tenía claro nada más abrirme la puerta: quiero que sea ella, ella y nadie más que ella. Acordamos media hora. Me deja a mi avío unos minutos, y vuelve recién duchada. Nos abrazamos y empezamos el magreo. Se sienta al borde de la cama tras darme un par de besos con lengua hasta la campanilla. Se la enchufa en esa boquita preciosa que tiene. Da un morbo impresionante ver cómo se esfuerza por tragársela toda, y más morbo da escucharla chupar y gemir, y más todavía sentir cómo su saliva resbala polla abajo. Le pido devolverle el favor y no paro hasta que se corre (no me pareció fingido). Ese coñito suyo me sabe a gloria, hundo la cara en él y me la embadurno con sus jugos. Tengo que esforzarme para que no se me vaya la pinza y aguantar un poco. Misionero para ver esas tetazas moverse arriba y abajo, agarrando esa cintura prieta y el cachamen de sus muslos. Me cabalga un poco, y yo empiezo a volverme loco viendo ese melonar dando botes en mi cara. Le pido hacer 69, y medio se deja porque de la corrida anterior está hipersensible. A mí se me está yendo ya la cabeza. Le pido ponerla a cuatro patas y esa visión divina acaba conmigo. ¡Qué corrida más a gusto, qué chica simpática! Charlita hasta que llaman a la puerta discretamente. Le dije que volvería, y volveré. Y vosotros, cabrones, sed unos caballeros y tratadla como lo que es: una dama. Dad lo mejor, que ella os devolverá lo mismo.