ESPERANZA SÁNCHEZ CARRASCOSA
Otro sitio para variar, por Tetuán-Valdeacederas. Fue donde hace unos meses conocí a Erika, que aquí se llamaba Jennifer y poco después se pasaría al "bureau" de Poeta Esteban Villegas. No he vuelto a dármelo con ella debido a su incontrolable verborrea. Esto es lo que escribí entonces (os sonará todo, a juzgar por lo que decís en vuestros posts):
Martes, 19 de septiembre de 2006
Ayer me di un masaje en Esperanza Sánchez Carrascosa con una checa, Jennifer, morena, de ojos verdes, guapa aunque de morro prominente y de buen cuerpo, aunque con algo de barriga. No hubo mucho morbo al principio, porque se mostraba demasiado simpática y prepotente, y porque me rozaba demasiado con las caderas y las piernas. Además, se quitó la bata y con un vestido negro ceñido dejó ver las piernas hasta casi el culo y el escote. Pero llegó el morbo cuando se subió a la camilla dos veces, primero para darme en la espalda y los glúteos, y luego para darme en el pecho y el vientre. Entonces fue cuando lo dio mejor, lento y apretando lo justo, callándose del todo y echándose para delante, hasta que me besó la boca. Palpitaba de verdad, sobre todo cuando le apartaba mis labios para darle magia al asunto, y luego se bajó porque decía que no podía seguir así, porque no se estaba refrenando y parecía "una putona".
Varios puntos a mi juicio negativos (pero todo es muy subjetivo): la encargada, también masajista, una argentina de mediana edad, la persona más lianta al teléfono que he conocido en mi vida; el perenne olor a coliflor del piso; la lejanía del metro; la baja calidad de los masajes en sí, al menos de las masajistas que yo conocí (Erika y otra argentina joven).
Saludos, mamíferos catarrinos.
91 733 62 49.
|