La Venus de Escorpio - 655269228

Aprovechando la oferta del mes de Marzo, hice cita con Adriana, una de (hasta ahora) tres masajistas disponibles en este nuevo piso. (Quedo pendiente de conocer a las otras dos.)

NOMBRE: Adriana
FECHA: Esta semana
NACIONALIDAD: Española
TELÉFONO: 655269228
HILO PROFESIONAL: [Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ]
LUGAR: Cerca de la estación de metro de Tetuán
INSTALACIONES: Piso muy limpio, decorado con buen gusto. Inspira armonía.
TARIFA: 100 por 1 hora (oferta Marzo)
EDAD: 22
CARA: Hermosa
FÍSICO: Es una bellísima chica, alta (1,70 cm), más bien delgada, de figura estilizada, con pechos medianos, tirando a pequeños, perfectos (a mi gusto), y un culo precioso. Agradable en todos los sentidos. Tal cual lo que se aprecia en las fotos.
HIGIENE: Impecable
BESOS: No
FRANCÉS: No (al menos por ahora)
FUMA: No lo creo
IMPLICACIÓN: Alta
¿CHICA RECOMENDABLE?: Sí, mucho
¿REPETIRIAS?: Lo haré, sin duda

Si tuviese que resumir en tres palabras mi experiencia con Adriana en La Venus de Escorpio, diría: sensualidad, belleza, relajación.

La chica me abrió la puerta con una muy linda sonrisa y me llevó directamente a la habitación, donde me desvestí antes de pasar a ducharme. Me encontré todo decorado de manera apetecible, con muy buen gusto, lo cual para mí es importante. Ya nada más entrar, se respira tranquilidad e incluso una cierta sofisticación. Empezamos bien...

Al regresar de la ducha, Adriana me esperaba sobre la cama en lencería. Es una chica con mucho encanto: dulce, elegante por naturaleza, muy fina y a la vez pícara y espontánea. Me ofreció una bebida y le dije que solo quería un vaso de agua. Luego se fue desvistiendo en varias fases, hasta quedar completamente desnuda. (A decir verdad, no me di cuenta de cuándo ni cómo lo hizo. Me pareció algo así como un truco de magia.) A pesar de ser nueva en esto, se notaba segura de sí misma y sentí que tenía todo bajo control.

He recibido masajes eróticos en Madrid, algunos de ellos excelentes. Y sin embargo, de alguna forma, este me pilló por sorpresa. Para empezar, comenzó conmigo acostado boca arriba, lo cual no suele ser el caso. No quiero dar demasiado detalles, para que vosotros lo vayáis descubriendo, como lo hice yo. Solo diré lo siguiente: El masaje va de pies a cabeza, acompañado de aceite. No es descontracturante, ni nada por el estilo. Pero tampoco es un pasamanos. Aquí todo se trató de relajación y erotismo. Nada sobró. Adriana logró hábilmente ir disolviendo poco a poco la tensión en mis músculos. Fue como si me estuviese quitando una última capa de ropa, hasta quedar finalmente verdaderamente desnudo, en la compañía de esta hermosa mujer. Nuevamente, me pareció algo mágico. Cuando le dije que se le daba bien esto de los masajes, me respondió que era algo muy intuitivo. Recuerdo que me gustó mucho cómo frotó mis hombros, los pies... Se lo mencioné un par de veces, pero cada vez encontré que al hacerlo interrumpía la paz y el silencio del momento, y preferí mejor quedarme callado. En una ocasión, la tecnología nos jugó un chiste (no vale la pena decir más al respecto) y nos reímos... Nunca está de más una pizca de humor. El masaje estuvo cargado de erotismo desde el principio (no solo por la manera en que usaba sus manos, sino el cuerpo entero, deslizándolo sobre el mío), pero en la parte final ambos nos tocamos mutuamente y fue una delicia. Todo se sintió de una gran naturalidad. Habiendo tenido un día muy atareado, me llamó la atención cómo mientras el mundo afuera de nuestra habitación seguía en marcha como una máquina, nosotros dos íbamos a nuestra propia velocidad, compartiendo intimidad. Al lado nuestro teníamos un gran espejo (un acierto en la decoración), en el que nos reflejábamos y podía apreciar el cuerpo de Adriana desde otro ángulo. El toque final fue un relax manual sumamente placentero que me llevó a correrme felizmente.

Es una experiencia que le deseo a cualquiera. Creo que si todos pudiésemos mantener ese estado de mente y de ánimo, el mundo sería un lugar mejor. Altamente recomendable.