Sofía 603488151

Buenas noches,

Como no he encontrado nada de esta chica buscando por su teléfono o nombre, creo que procede abrir tema en este hilo. Copio el formulario de la plantilla de otra experiencia y me pongo a ello.

NOMBRE DE LA CHICA: Sofía.
NACIONALIDAD: Española.
TELÉFONO: 603488151
ANUNCIO: Contacté por chat.
ZONA: Barajas pueblo.
FECHA: Agosto 2017
INSTALACIONES: El edificio tiene ya unos añitos y se nota, pero la habitación está bien acondicionada.
TARIFA: En mi caso, masaje con terminación oral por 90 euros.
FÍSICO: Dice que tiene 28 años; no lo dudo porque yo le echaría perfectamente algunos menos. Soy malo para las medidas, pero yo diría que mide en torno al 165 y no llegará a 60 kilos. Se nota que se cuida, ya que tiene el cuerpo muy tonificado. Las fotos no hacen justicia a sus pechos ni a sus maravillosos pezones cuando se excitan. No vi tatuajes ni piercings.
FUMA: Casi seguro que no. Ni ella ni la casa olían a tabaco.
BESOS: No en la tarifa que escogí.
FRANCÉS: Por 90 euros con preservativo.
GRIEGO: No. Deja muy claro que penetración de ningún tipo.
¿RECOMENDABLE?: Sí, si tienes claro que lo que buscas es un buen masaje erótico con una chica agradable y atractiva.
¿REPETIRÍAS?: Seguramente.
LO MEJOR DE ELLA: Hay para elegir... buen físico, simpática, sabe dar masajes...
LO PEOR DE ELLA: Que aunque sepas a lo que vas se te a pasar por la cabeza hacerle mil cosas que no están en el trato.

EXPERIENCIA:

Una tarde de verano sin más pretensión que dejar pasar las horas de calor chateando, encontré en el canal de Irc de Madrid a una chica con un nick tan apetecible como "chicamasajes" o algo similar.

Hablando con ella me explicó que ofrecía diversos tipos de masajes relajantes, deportivos y eróticos, pero en ningún caso sexo con penetración. Me envió las fotos que adjunto y nos intercambiamos los whatsapp.

Unos días más tarde, al salir de trabajar, le mandé un mensaje para ver si estaba disponible y me confirmó sin problema. Atiende en Barajas pueblo, en una zona céntrica pero cercana a avenidas grandes, por lo que el aparcamiento no es un problema. La parada de metro no estará a más de diez minutos. La calle y el portal los da cuando le confirmas la cita, y cuando le avisas de que está cerca te indica el piso.

Recibe en un bajo interior. A mí me abrió la puerta en camiseta y shorts. Es muy agradable de trato y risueña. En el whatsapp pone foto de su cara.

Me condujo a una habitación preparada con cama y camilla, y me ofreció elegir. Como había ido dispuesto a recibir un masaje en condiciones, escogí la camilla. Me explicó que por 80 euros la terminación sería manual; por 90 oral con preservativo, y por 130 francés sin y jugueteo entre nosotros, pero, como he dicho más arriba, sin penetración en ningún caso. Como pensé que con el de 130 iba a quedarme con ganas de más, opté por la segunda.

También me indicó los precios de los diferentes tipos de masaje en caso de que no se quisiera el final feliz, pero no los recuerdo.

Se desnudó quedándose sólo con unas braguitas negras de encaje (puede que fueran las de la foto del balcón), y se aplicó durante media hora larga a un buen masaje en la habitación en semipenumbra (por elección mía) en el que se le notaba que sabía lo que hacía. Creo que no me dejó ni un músculo de la espalda sin repasar, estirar, apretar o tensar. Si a eso añades el espectáculo de sus pechos revoloteando sobre ti y la excitación de su contacto ocasional con tu cuerpo, puedo decir que fue uno de los masajes más placenteros que he recibido en mucho tiempo. Se deja tocar mientras procede, aunque en la camilla y de espaldas me tuve que conformar con acariciar sus piernas y ocasionalmente sus preciosas y firmes nalgas. Durante todo el tiempo del masaje charlamos y bromeamos sobre cien tonterías, aunque ella no insistía en conversar en los momentos en que yo estaba más relajado y silencioso.

Para finalizar, al darme la vuelta comenzó a masturbarme muy lentamente mientras me miraba a los ojos, y yo acariciaba sus pechos, que tienen unos pezones hipersensibles que se pusieron firmes enseguida. Me enfundó el condón, y empezó un francés pausado y delicioso, casi sin manos, mientras yo la acariciaba por encima de las braguitas. Se tomó su tiempo, y me corrí como un bendito rodeando con una brazo su cintura y jugueteando con esos pezones que de verdad me hipnotizaron.

Tras el clímax (mío; ya me hubiera gustado poder dedicarme al suyo) charlamos un ratito mientras me limpiaba y nos vestíamos, y me despedí de ella poco más de una hora después de entrar en su casa, apuntándola mentalmente para otros días en que el cuerpo me pida un masaje y una alegría.

Espero que la experiencia os sea de utilidad.


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