Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes

Señor moderador, existe un hilo abierto en fotos falsas para estas chicas pero por lo que he podido comprobar ahora se anuncian con fotos auténticas por lo que creo que se las puede perdonar. Además no sé porqué lo hacen ya que tienen unos cuerpos divinos.
Anoto la ficha (dos puntuaciones):

- NOMBRE DE LAS CHICAS: Valeria e Irina.
- NACIONALIDAD: Alguna república Ex soviética. Dicen que son rusas.
- WEB / ANUNCIO: [Only registered and activated users can see links. Click Here To Register...]
- TELEFONO: 636881257
- EDAD: Veintipocos.
- FECHA DE LA EXPERIENCIA: Primera semana de diciembre.
- TARIFAS APLICADAS: 200 € una hora. Cobro tras el saludo de bienvenida.
- TATUAJES O PIERCING: Ambas tienen un colgante en el ombligo.
- FÍSICOS: 175 de altura. Cara peculiar, típica del este del este, cuerpos muy bonitos, delgados y bien proporcionados. Piel muy blanca. Largas melenas de pelo lacio negro natural. Sin operaciones aparentes. Sexo depilado. Los pechos son naturales no demasiado grandes y los pezones ( ¡4! ) son grandes como cerezas.

- FUMAN?: Ni idea, pero no olían a tabaco.
- FRANCÉS SIN: Sí y también, muy profesional el de una de ellas (Valeria creo). Hasta el final.
- GRIEGO: No y tampoco.
- BESOS EN LA BOCA: Sí pero muy malos, conmigo y entre ellas. Los labios son mullidos.
- CUERPOS: 8 y 8.
- IMPLICACIÓN: 8 y 6.
- VALORACIÓN DEL SERVICIO: 9 y 7.
- RECOMENDABLE?: Sí.
- LO MEJOR DE ELLAS: Serviciales, amables, esmeradas, precioso cuerpo x 2.
- LO PEOR DE ELLAS: No dominan el idioma, no se implican en los besos.
- REPETIRÍAS?: Sí con las dos a la vez, sobre todo por la impliación de la más activa.

Esta semana decidí cortarme la coleta del 2011 y qué mejor manera que darme un homenaje con dos mujeres en un dúplex. En alguna ocasión ya lo había probado pero la experiencia con estas señoritas le da un plus al morbo que lo hace 100% recomendable. Dudé porque siempre he sido receloso con la frialdad y hermetismo soviético (al igual que con la soberbia Argentina) pero no me arrepiento para nada .
Reciben en un coqueto, luminoso y limpio apartamento de un dormitorio con baño incorporado. La ducha es minúscula y no me puedo imaginar cómo te pueden hacer una ducha relajante si ni siquiera entramos los tres en el baño.
Son dos gotas de agua con pequeños detalles que las diferencian como manchitas naturales o los rasgos de la cara. No son dos bellezas, pero a mí la visión de esos dos culos a cuatro patas me puso a 100. No recuerdo quién es quién, solo sé que una de ellas se implica y disfruta más y la otra hace lo mismo pero no con el mismo resultado.
Bien porque son del este, bien porque no dominan el idioma, no resultan demasiado simpáticas conversando, pero a cambio ofrecen mucho cuerpo para trabajar.
Resumo la secuencia.
Se abre la puerta del apartamento: Dos mujeres altas y delgadas en vestidos ceñidos con zapatos de tacón. Breve charleta, pago, entramos en la habitación, ofrecen bebida, balda del armario para dejar la ropa, toalla, colocan otra en el suelo del baño para que no me escurra y preparan vasito con enjuague bucal. Paso al baño y cierro la puerta.
Abro la puerta del baño y me encuentro dos sirenas desnudas tumbadas de lado en la cama, del susto se me cae la toalla y se levantan para empezar a malbesarme. De inmediato bajan las dos y de rodillas empiezan la felación a dos lenguas. Una de ellas no pone nada de interés pero la otra se esmera como las mejores.
Tras cinco minutos de intercambio fraterno de saliva me invitan a tumbarme en la cama para seguir trabajándome el miembro. En esa postura a una de ellas la empiezo a acariciar el clítorix mientras que a la otra la sobeteo los pechos, y así las voy rotando tres o cuatro veces.
Una sensación muy extraña es la de comprobar que una de ellas se moja muchísimo sin siquiera tocarla, lo que denota que le encantan la felaciones, mientras que la otra tiene que usar lubricante incluso tras varios minutos de estimulación vaginal y anal.
Espectacular el momento de ponerlas a cuatro patas sobre la cama y masturbarlas a dos manos mientras ellas hacen lo propio conmigo estirando sus brazos hacia atrás.
En el folleteo son muy parecidas, gimen igual, se mueven igual,… la decisión es con cual quieres empezar y con cual quieres terminar, o si no te aclaras, como me pasó a mí, pues en el segundo asalto inviertes el orden de los factores, eso sí, con el mismo resultado satisfactorio.
Cuando ya me temblaban las piernas por el sobreesfuerzo realizado me meto en la ducha y al salir las vuelvo a encontrar esperándome sobre la cama en la misma posición que al principio pero esta vez vestidas, como los cuadros de las majas de Goya… solo que estas son más majas.

Releyendo el texto me he empalmado y no sé si aguantaré hasta el año que viene sin volver a visitarlas. ¡Qué debil soy!