Laura móstoles 681034570 latina. Nefasta experiencia.

Nombre de la masajista
Laura
Teléfono o forma de contacto
681034570
Edad de la masajista
30 aprox (dice 22)
Nacionalidad de la masajista
Latina, aunque dice ser malagueña.
Medidas (Altura y peso)
169 cm, 58 kg
Pecho
Pequeños. Vacíos. 4/10.
Pelo
Negro
Zona donde recibe o dirección aproximada de la masajista
Móstoles
Precio
40 euros, media hora o 60 una hora
¿Hace francés?
Sí, con preservativo.
¿Hace griego?
No. Aunque dice que sí.
¿Besa?
Besa tu cuello, tu cara, y algún pico, que rechacé.
¿Repetirías?
No repito ni por asomo.
Valoración de la Experiencia con esta masajista
2
Relato Libre de la experiencia con esta masajista
Responde una telefonista (no es ella). Dice que 40 media hora y 60 la hora. Reservo para una hora.
Te pide un margen mínimo de 20 minutos para organizar la cita.
En mi fuero interno, espero una señora de unos cuarenta años, con mal cuerpo pero servicial.
Y me he encontrado a una chica guapa. Empezamos bien…

Al llegar, me pide 70 euros. Obviamente no sabe quién soy porque no ha sido ella la que me ha dado la cita.
Le cuestiono si no eran sesenta, y sale al paso diciendo que 70 es con griego. Muy resabiada.
Ha sido el momento en que me tenía que haber ido. Luego no ha habido vuelta atrás.
Le doy el dinero, me dice que me ponga cómodo, aunque la cama está sin hacer, y me deja quince señores minutos esperando. He visto más gente rondar por la casa…
Llega y comienza. Miro el reloj. Me da un masaje con aceite corporal estándar. Le comento que me puede dar fuerte y me avisa que no es un masaje profesional, si no relajante. Agradezco su sinceridad.
Probablemente el peor masaje que me han dado.
Ella comienza una conversación, y en un momento dado le digo “Te puedo preguntar de dónde eres?” y responde “Yo? De aquí, soy malagueña” cosa que he verificado posteriormente que no era verdad.
A los quince minutos, me pide que me dé la vuelta. Me empieza a masturbar y le digo que quiero el masaje lingam que me han ofrecido por teléfono. Está con ello unos diez minutos, pero no tiene arte. Le digo que tengo ganas de que me la coma, y de follar. Y me responde que tenía que haberla avisado de que quería un completo. Ya empieza poniendo pegas.
La situación parece volver a su cauce, me comenta “te la como un poco y te pongo un condón”.
Acepto, y me pone el condón directamente, para hacerme una mamada tan mala como breve. Se pone a cuatro, y se la mete ella muy poco. Le digo que quiero griego y me contesta que, para eso, hace falta que esté muy muy dura. Consigo metérsela entera en la vagina y me pide que tenga mucho cuidado con ella, cosa que respeto. La intento tocar el ojete, pero echa el culo para abajo, apretándolo hacia mí, y le pregunto si lo hace a propósito, cosa que confirma. Le pido el griego y me dice que la tengo muy grande. Un impedimento detrás de otro, en lo que parecía un diálogo ensayado. Tiene solera.
Y a los cinco minutos de follar, me dice que me la va a comer.
Me quita el condón, me limpia con toallitas, y únicamente me masturba.
Me pide que me masturbe yo, aunque intento que se lo curre un poco ella, pero no me presta atención, está a lo suyo. Consigo correrme de cualquier manera, y dice que se va a duchar. Han pasado treinta minutos.

Me relajo, y justo en el instante que me duermo, entra como un elefante en una cacharrería, menudo susto!
Me pregunta si me quiero duchar y le digo que hemos comenzado hace cuarenta minutos.
Ha sido en este punto donde se ha puesto a la defensiva, muy borde, echando balones fuera y sin mirarme a los ojos.
Le he dicho que si su intención es que no volviera, lo estaba consiguiendo.
Me ha dicho que me quedaban diez minutos, y que qué quería hacer, a lo que he respondido educadamente “lo que tú quieras”. Y me ha dicho que me quedara durmiendo ese rato.
De muy malas maneras, disgustada, desagradable, no he conseguido hacerla entrar en razón.
La he planteado la situación respecto al tiempo disponible, pero me ha interrumpido de una manera bastante hostil, cosa que le he reprobado, aunque ha demostrado que carece de educación.
Lo he dado todo por perdido, pero la he preguntado (con una corrección absoluta) si yo había hecho algo malo o si la había faltado al respeto. He tenido que preguntárselo varias veces, porque seguía con su tema y ni siquiera me escuchaba, pero finalmente me ha dicho que no, que me he portado muy bien.
Ha intentado parecer formal esos últimos momentos, me ha dado una botella de agua y me ha despachado a los 45 minutos de empezar. Es decir, los 15 minutos que te deja esperando, cuentan.
Me ha ofrecido una botella de agua y ha intentado darme dos besos antes de salir.
Es muy controladora, y lo más extraño ha sido como de repente, sin motivo alguno, se ha puesto hecha un basilisco. Parece que está “quemada” con su situación, y me ha hecho sentir verdaderamente mal.

Sólo recomendable como última opción, y contratando media hora. En mi humilde opinión, mal educada, y no cumple lo pactado.