Cuando la tentación me arrastró

Cuando me aburro escribo cosas. Os dejo un relato, no es muy erótico pero si que lo considero entretenido.

Saludos!



Llevaba tiempo dándole vueltas, y al ser una persona curiosa empecé a investigar. Soy bastante liberal, me cuesta estar quieto, me cuesta ser monótono y me cuesta imaginar una vida tranquila sin subidones. Y follar es guay, a todos nos gusta, no?



Aquello me empezó a parecer curioso y rápidamente me sentí atraído por ese mundo. Me considero una persona atractiva, con grandes cualidades para el ligoteo pero teniendo pareja, ligar para echar un polvo me parecía moralmente más traicionero que pagar por follar (cada uno que valore lo que quiera).

Me empecé a informar, foros, paginas web… y me di cuenta de que no era un mundo tan sucio y turbio (que en parte si). No todo es follar en putis de carretera de mala muerte, o con señoras que aparecen en rotondas, polígonos y zonas apartadas de la urbe.

Resulta, que existen una gran cantidad de profesionales, con pisos propios que su negocio en la vida es follar. Son empresarias, cuidan su clientela y cuidan su negocio, que a fin de cuentas es su cuerpo. Si es cierto que existen mentiras, fotos falsas y una gran cantidad de circunstancias que te hacen dudar de todo. Por suerte, y fue el motivo que hizo que finalmente me animase, existe un foro donde se valoran estas profesionales en escalas de 10 en gran variedad de skills o habilidades (si, es este foro)

Sin enrollarme más, una noche cachondo perdido indagué, pero con una paja quedó resuelto. Esto fue así durante meses, hasta que en un momento concreto, y en el que el folleteo con mi pareja estaba flojo, decidí investigar de verdad, mirar fotos, comentarios y después de un buen rato, guardé 2-3 contactos en el móvil de profesionales que me habían gustado (“gustado”).

Cuando aquello era visitador comercial, me movía por todo el norte, por lo que no tenía problemas para escaparme, ni inventarme escusas ni nada. Llamar, ir, pagar y follar. Fácil verdad?

Lo recuerdo bastante bien, era febrero, o tal vez enero del 2019 (tal vez no lo recuerde tan bien). En cualquier caso esa semana estaba algo más cachondo de lo habitual. Tenía visitas por XXX, el día era tranquilo y además hacia buenísimo, por lo que estaba realmente animado. Recuerdo como sin pensarlo mucho, decidí saludar a lo que sería mi primera profesional. Le envíe un wachap y le puse “hola guapa que tal?”. Pensé, si no me responde me he quitado la curiosidad y si me responde pues vamos viendo (siempre me ha gustado la expresión “vamos viendo”, la he aplicado tantas veces y en tantos aspectos de mi vida que la veo como propia).



Y efectivamente, tuvimos que empezar a improvisar una nueva experiencia. Vamos viendo. Respondió no recuerdo exactamente qué pero ponía muchas veces “amor” y no me gustaba nada, pero bueno, supongo que será la jerga del negocio. Tras informarme un poco en tarifas y servicios y como funcionaba a grandes rasgos, dejó de responder. Pensé, "me ha visto pinta de parguela y tendrá otros clientes más interesantes y más metidos en materia. Bien, he librado, yo no he podido con la tentación, pero la tentación me ha visto cara inútil".

Cerré un par de visitas por la tarde y cuando ya pensaba en volver para mi ciudad… wachap. “perdona, he estado ocupada (follando, obviamente. Se dedica a eso), cuando quieres que quedemos, amor?”. Me puse nervioso y tenía dos opciones. O me hacía el sueco (que harían los suecos para meterlos en este jardín…) o tiraba pa’lante. “Hola, hoy a la tarde, a partir de las 16:00 tengo libre” le dije. Efectivamente, tiré pa’lante, sino no estaría contanto esta batalla. A lo me respondió “vale cariño, a las 16:00h, es el portal tal, cuando estés me envías un wachap, te abro y te digo piso y número”.

Me puse casi tan nervioso como con mi primera cita, y eso que esta era de pago, vamos, que era un win-win, no se podía fallar. Me pasé por un centro comercial de la zona a cagar, la mítica cagada del miedo, y a las 15:50 fui para su portal.

Me sentía raro, cerca del portal pero sin querer aparentar que esperaba, como disimulando que iba a follarme a una puta. Seguro que los vecinos de la zona, acostumbrados al tráfico masculino de la zona, sabían de sobra que si, iba a follarme a una puta. Como soy joven, guapete y bien vestido quiero pensar que no, pero seguramente pensaban que otro putero visitaba la zona. Con criterio además, ya que poco después me convertiría en putero.

Wachap “estoy ya”. Ella, “ok sube, tal piso”. Aquí tenía un subidón interesante. Había dejado todo menos los 60€ y el móvil en el coche (hasta el reloj), por eso de que cuidado con las putas que algunas roban, pero no resultó ser así. Una chica maja, bajita, bastante guapa y con buen cuerpo me abrió la puerta, me dio un beso y me acompañó a la habitación. Pequeña y oscura pero olía bien (bastante bien para lo que se hace ahí día tras día).

Me invitó a ir al baño, me duché entero y fui en pelotas para la habitación. Aquí ya no tenía ni vergüenza ni nada, era todo tan surrealista que estaba como en mi casa. O no se si en casa, pero desde luego no tenía la sensación de estar en un piso de lumis.

El acto en si no guarda mucho misterio, puede parecer lo más interesante pero no deja de ser un polvo más. Puedo entender que despierte algo de curiosidad, así que resumiendo y mucho. Me la chupó, “con o sin?”, sin desde luego (no entiendo una mamada con condón, pero bueno esto es otro tema). No lo hacía mal, tampoco era una artista para ser su trabajo (he conocido mujeres que lo hacen mucho mejor no dedicándose expresamente a ello, o por lo menos no que yo lo sepa…), me folló, tampoco lo hacía mal pero a la linea anterior me remito, y me la follé. No se como de bien lo hago, pero gritó, parece ser que le gustó, o por lo menos así me lo hizo saber. Desde luego, en este tipo de trabajos además de buena follando, tienes que ser buena fidelizando clientes, y una de las partes claves del marketing es convencer (engañar o hacer creer) a tu cliente, yo.



Me corrí, claro está. Si es verdad que era una de mis dudas, si podría correrme con alguien que he conocido 20 minutos antes. Pues si, se puede. Es más, no me costó absolutamente nada. No se si por el subidón, por la situación o porque tenía un culo pequeño pero espectacular, eyaculé bastante.

Eran 30 minutos, y todavía quedan 12 o así. No se, no lo miré, ella si supongo, que tiene que cuadrar visitas. Estuvimos hablando, edad, aficiones… Tenemos la misma edad, jóvenes los dos. Me dijo que le recordaba a un par de actores. Le pregunté si solía ir mucha gente como yo (deportistas y guapetes) y me dijo que si, que más de lo que se puede pensar en un primer momento. Me dijo que se ha follado a tíos más buenorros trabajando, que ligando. Alucinante, no nos entiendo. Salvo que os pique tanto como a mí, que entonces empiezo a sentirme más tranquilo. Aunque tampoco es que esté muy intranquilo.

Le gustaba salir de fiesta por tal discoteca y tal otra. Vamos una chica normal de 25-30 años. Llegó la hora, nos despedimos y se acabó.

Al salir de la casa recuerdo especialmente en mi el olor a crema, o a champú o no se a qué, pero olía diferente. Si así huelen los puteros, tengo que admitir que huelen mejor que la mayoría de la gente.

Los 150km de vuelta a casa los recuerdo como uno de los mejores viajes. Relajado, alegre, sonriente. Había tirado 60€ en 20 minutos, pero mi sensación no era esa (más dinero tiro cuando me emborracho un sábado cualquiera). Pensé que bueno, ya está, ya he probado lo que se siente, está bien, pero bueno, no es para tanto. Por fin puedo dormir tranquilo. Además no me sentía ni putero, ni infiel ni nada. Había pagado por un estímulo, una sensación. Como quien hace puenting pero diferente.

Y así fue… pasaron los meses y ese gusanillo por fin había desaparecido. Me podría dedicar al 100% a mi pareja, al amor, al plan de futuro, a la monogamia a……… mentira, 3 meses después estaba en XXX follando otra vez.