"Diagnóstico Diferencial" (3ª Parte)
 

...mira chaval, todo esto de enamorarse de una lumi o pseudo o como lo quieras llamar me parece muy bien y seguro que esta chica es especial, maravillosa y única, pero tienes que pararte a pensar que con esto no vas a ningún lado. Es decir, no puedes sacrificar todo lo que tienes por intentar algo que, a todas luces, no tiene ningún fututro.

Puedo entender que haya algo especial, pues lo de quedar una segunda vez de esa manera no creo que sea muy normal en ese mundillo, lo mismo que tener su número personal al que le llaman sus padres y amigos o conocer su nombre real o que os hayáis contado cosas personales, pero de ahí a pensar lo que estás pensando, hay mucho recorrido.

Así que, amigo mío, lo mejor que puedes hacer es cortar toda comunicación con ella, dejar pasar el tiempo y ya te darás cuenta que todo lo que ahora sientes no es más que fruto de haberte quedado deslumbrado con este mundillo en el que es tan fácil ligar.

---

Tenía varios finales, desde el consabido recurso del despertar de un sueño precioso pasando por el típico de la comedia romántica en el que al final el chico lo deja todo y aparece en El Retiro y sorprende a su amada mientras ésta pasea acompañada de su iPod.

Pero en la vida la mayoría de los finales no son tan bonitos y en este caso, para nada feliz, pues el amigo de House no supo entender la verdadera relación que podía tener con esta chica, equivocó sentimientos, lo que unido a una mala época en el tema personal y de salud y a la impotencia de estar lejos de la persona que quería, le llevó a escribir un correo de cuyo contenido siempre estará arrepentido, pues estaba escrito con mucho dolor y mucha frustración, por lo que era una flecha envenenada que haría mucho daño a su destinataria.

Así que, una vez recibido el impacto, la chica le contestó con otro que terminaba con la palabra adiós.

---

El relato está basado en hechos muy reales, para nada es fruto de la imaginación. Como es natural, los nombres son ficticios, salvo el de Vita Levke, amiga del autor, que iba casi todas las tardes a un ciber en Riga (Letonia) a conectarse un ratillo y contarle sus problemas al que ahora escribe esto. Pero esa es otra historia.