El pájaro espino.

silviamarnarvaez · #1 09-12-2016, 18:43

EL PÁJARO ESPINO

Con la precisión exacta digna del mejor maestro relojero suizo, cada martes a las cinco, Daniel se presentaba en mi casa. Aunque era de Madrid y rondaba mi edad llegaba como un rancio y estirado aristócrata inglés. Con su elegante traje gris. Oliendo a esencia de Loewee. El pelo negro y esos rizos. Repeinado. Con el flequillo a un lado. Con su sempiterna corbata oscura tan anodina. Todo él impoluto de la cabeza a los pies. Tan joven y a la vez tan viejo. Parco en palabras, con esa extraña timidez que a veces por error se confunde con prepotencia y que me causaba cierto rechazo. Desde el primer día con una rosa tan solitaria como él y una caja grande de bombones en la mano para mi.

Esa costumbre suya de traerme bombones, instalada entre los dos a lo largo de los años, había logrado convertirme en la perrita de Paulóv, todos los martes a eso de las cinco menos cinco yo comenzaba a salivar presintiendo el chocolate.

Al principio no me caía muy bien. Me resultaba insufrible tanta posturita. Que si ponte así. Que si abre más las piernas, que si muevete hacia la luz, así, que se te vea bien. Que si date la vuelta. Que si ahora tumbate de lado, así como la maja desnuda...En fin, todo un repertorio que me aburría mortalmente mientras que él, de pie, a los pies de la cama, desnudo pero no tan majo, se masturbaba despacio, daba instrucciones y se la ponia dura.

No hablaba demasiado. Solo decía como quería que me pusiera. Al final casi siempre en cuatro. Se enfundaba. Descargaba. Y se iba sin ni siquiera darme un beso. Algo que por otra parte yo agradecia. No me apetecia nada besarle. De él lo que más me gustaba eran los bombones y las rosas.

No sé porque volvia, la verdad que yo no le trataba muy bien. A veces me portaba de forma condescendiente. A ratos malcriada. El aguantaba estoico , como si no fuera con él tanta protesta. Dejé de quejarme cuando ya habían pasado alrededor de dos años. Cuando tanta posturita eterna era ya una constante rutinaria en mi vida. Cuando ya me adelantaba a su orden porque me sabia el orden de memoria.

Un día se lo pregunté. Me dijo que volvia porque le atraía la posibilidad de poder doblegarme. Que le gustaba mi carácter endiablado. Que pensaba que en el fondo yo era muy cariñosa y quería hacer aflorar esa ternura. Burlándome con sorna, le dije que sabia más de mi que yo misma. Cada encuentro era un reto para él. Y dijo que me necesitaba, que volvia porque estaba enganchado a mi dosis de desprecio. Que se había acostumbrado. Y también por que creía "que creía" que me quería. Y bajando un poco el tono, me dijo que además volvia porque yo era la única que no había intentado desplumarle.

Esa revelación fue un punto de inflexión . Era la primera vez en dos años que hablabamos más de dos palabras seguidas. La primera vez que charlábamos como personas. Y deje de ver solo una polla y descubrí al hombre.

A partir de ese momento algo cambió en nuestra relación. Daniél daba las instrucciones con la voz más tierna. Atisbé cierto anhelo en su tono. Cierto grado de súplica en cada frase, que porque no decirlo me otorgaba a mí un grado de poder cierto. Y me gustaba. Y como la antiguedad también es un grado, la rosa solitaria se convirtió en un gran ramo. Complaciente y algo más cariñosa le dejaba hacer. Cada martes a las cinco , hiciera calor o frio Daniel siguió llamando a mi puerta. Con su ramo de rosas rojas y su gran caja de bombones.Y pasaron los años. Y así fué como cada espina , cada recodo de mi cuerpo encontró acomodo en los huecos que me aguardaban en el cuerpo suyo.

Al abrirle una tarde, a la luz desnuda del descansillo, de golpe me alcanzó la realidad. Entendí que su juventud hacía tiempo que era ya un cadáver frío y oscuro. Lo percibí en la profundidad de sus ojeras. En su voz cavernosa. Me gustaba oírle, aunque últimamente daba un poco de miedo ese hablar pausado suyo, tan característico. Y supe que a esas alturas debía tener ya los pulmones llenos de estrellas muertas. De esas supongo yo que debían de pesarle tanto.

Al final resultó que ninguno de los dos quería asistir a este final. Habíamos acordado que ese iba a ser el último día que nos íbamos a ver. El último martes. La última vez. Le prometí no llorar demasiado.

Esa última hora se hizo elástica, se nos alargó. A medida que las sombras de la tarde, a través de la ventana inundaban la habitación, sus ojos azules, algo desvahidos pero aún con brillo, también se fueron atardeciendo. Primero azul marino y luego casi negros. Ojos acuáticos que este martes de invierno amenazaban con desbordarse emocionados. Los dos sabíamos que lo de esta cita era solo un débil dique de contención. Un clavo ardiendo al que agarrarse. Un empujoncito más al precipicio inevitable.

Le bese los labios. En los últimos tiempos se había quedado en los huesos. Le planté un sonoro beso en la calva reluciente. Así como yo estaba, a horcajadas sobre su escualido pecho , dominaba toda su delgada anatomía. Pensaba retenerle así el resto del tiempo, enredado entre mi carne. Su entrega era patente. Se recreaba lento y callado. Cada caricia suya era una demora. No es que me abrazara, se aferraba. Esa forma suya de darse era tan tierna que axfisiaba. Los barrotes de aire que al cabo de los años habían terminado por surgir de sus brazos me retenian con dulzura, y yo no sabía a respirar ese aire tan puro.

Cuando al marcharse, como siempre fué a sacar la billetera, le dije que no. Que este martes invitaba yo. Fué a protestar pero vio determinación en mi mirada triste y sonriendo debilmente me dio un beso en la punta de la nariz. Te quiero, me dijo. Y se fué.

Su médico, siguiendo las instrucciones me llamó a la mañana siguiente. Nos ha dejado esta noche, dijo.

Yo también le quería. No sé porque no se lo dije. Quizá porque el verbo nunca ha sido mi fuerte. Ahora que no volverá me arrepiento de no haberselo dicho al oído.. Ahora que el cáncer de pulmón ya se llevó al hacedor de tantas posturas aburridas me gustaría que aún quedara otro martes a las cinco, otra hora con él. Una tarde más con Daniel.

Desde entonces , cada martes, de cada espina de mi carne nace una herida y de cada herida brota la sangre. Sangrando escribo aquí su nombre. Guardo celosamente los momentos vividos con él. Sin Daniel ya nada tiene valor. Nada tiene consistencia. Cada noche, sin su presencia, el pájaro espino que nace en mi pecho no quiere dejar de cantar...Y cantando morirá sobre el rosal de su ausencia.

cyranodemadrid · #2 13-12-2016, 17:41

Un relato, una novela, deben sobre todo emocionar. Llegar al alma, humedecer los ojos, conmover el espíritu y ser creíble.
No creas, yo, lector empedernido suelo ser exigente. Era seguidor de Arturo Pérez Reverte, hasta que se ha comercializado. La simple dedicatoria en “El Husar” me hacía estremecer, sus ultimas novelas a falta de la de “Falco” que todavía no he leído, me han decepcionado.
Pero vamos todo esto es para mostrarte que detrás de las palabras busco el alma de quien las escribe. Y la tuya me ha cautivado.
Llevas la poesía dentro y la dejas que fluya a través de la piel. Es la historia del hombre del traje gris, que cuando falta, el mundo se da cuenta que también era necesario.
Mi más cordial enhorabuena. Y que sigas así, consolando desconsolados, haciendo soñar a quienes no duermen y vertiendo ese amor que rezumas
¡Y que a tu oficio le digan puta!

Murgen · #3 14-12-2016, 14:23

A pesar de que la mayoría de relatos que por aquí pululan suelen ser de temática erótico festiva, se agradece que de vez en cuando alguien aporte cosas con otro tono.
Me ha encantado, es bueno y muy triste.
Mi enhorabuena.

Unknows · #4 15-12-2016, 09:47

Esta puntuado de una manera muy extraña por lo que pierde fluidez, pero la historia en sí me ha parecido interesante.

silviamarnarvaez · #5 16-12-2016, 14:01

Muchas gracias chicos, por leerme y por darme vuestra opinión. A ti Cyrano, que eres un amigo porque tus palabras me animan y alimentan, a ti Murgen porque me das la enhorabuena y me haces sonreír complacida, a ti Unknows porque me corriges y siempre es bueno aprender . A los tres gracias por compartir el tesoro de vuestro tiempo conmigo.
Felices Fiestas y un besazo!

cyranodemadrid · #6 16-12-2016, 17:23

Cita:

Iniciado por Unknows

Esta puntuado de una manera muy extraña por lo que pierde fluidez, pero la historia en sí me ha parecido interesante.

¡Coño Unknows! ¡Eres la bomba!
Me reconocerás que este foro no brilla exactamente por el cuidado con la ortografía. Y eso que yo suelo ser cuidadoso pero ya Grupi me ha pillado en algún renuncio.Como nos pongamos tiquis miquis con la puntuación, apaga y vamonos

¿Tanto te cuesta decir que el relato te ha gustado y punto?
Y por fa, dicho esto desde el aprecio de alguien que te sigue

Gilhooley · #7 16-12-2016, 20:19

Después de los comentarios de Muergen y sobre todo del maestro Cyrano poco cabe añadir a tu increíble relato, escrito desde una perspectiva absolutamente diferente y novedosa. A mí me ha provocado diferentes sentimientos salvo el de sorpresa, porque sé de lo que eres capaz, pero el más preocupante es el de una cierta cercanía con Daniel porque en el fondo tenemos un poco de él y nos gustaría ser tratados de la misma manera...pero no acabar igual...

Finalmente, lamento que, en el hilo, lo más seguro es que me superes en número de lectores en poco tiempo pero esto no es una competición sino un refugio de sentimientos y de imaginación.

P.D. Con una mejor puntuación (Unknows dixit) y una mayor concisión te convertirás en la reina del hilo.

Muchas gracias Silvia.

Quijoblanco · #8 17-12-2016, 07:32

No deja de sorprendernos, y no debiera ser así, que una profesional de este díficil arte, porque así se le puede llamar cuando se practíca con el celo y la profesionalidad que lo hacen algunas (Silvia es su mejor exponente), escriba relatos como este y nos demuestre que la cultura y los sentimientos no están reñidos ni son ajenos a su personalidad. Y es que se nos escapa, tal vez porque no nos molestamos en buscarlo, el lado humano de estas mujeres. Bien es cierto que en algunas brilla por su ausencia, pero las perlas cuando se encuentran mercen ser valoradas y disfrutadas.
Silvia, además del exterior, tienes un interior muy grande, déjalo fluir, libéralo de esos malditos prejuicios sin sentido y sigue deleitándonos con aportaciones como ésta.

Unknows · #9 17-12-2016, 23:57

Si folla como escribe le debe de ir muy bien en este negocio, solo espero que cuando este follando no te ponga un punto y seguido tantas veces como cuando escribe.

silviamarnarvaez · #10 18-12-2016, 12:13

Cita:

Iniciado por Unknows

Si folla como escribe le debe de ir muy bien en este negocio, solo espero que cuando este follando no te ponga un punto y seguido tantas veces como cuando escribe.

Cada punto y seguido es un movimiento de cadera. De verdad esperas eso?

silviamarnarvaez · #11 18-12-2016, 12:41

Caballeros, tengo la sensación de que la gente que pululamos por este hilo somos una pequeña familia. Cuando uno escribe normalmente pone mucho de si mismo en cada frase y creo que es por eso que al que lee le llega mucho de la personalidad del que escribe. Me gustais y seguiré leyendoos con la sensación de que cada vez os conozco un poquito más. Me gusta lo que leo cuando os leo. No cambieis....

Nota: Nunca me han gustado los correctores. Voy por libre. Busco el ritmo. La cadencia. No me ajusto a las normas del dictado por sistema.
Pero soy una mujer humilde y admito las criticas constructivas con agrado e incluso alguna risa .De todo se aprende y tengo tantas ganas de seguir aprendiendo que estoy deseando comprobar como se mueven algunos por si eso me enseñará algo...(puntos suspensivos).

thrustmaster · #12 31-12-2016, 23:07

¡Me ha gustado mucho!

Tenía pensado escribir algo sobre como me ha ido la vida últimamente y creo que en este foro es donde más encajaría la historia. Me puse a leer varios relatos y encontré éste con el que me sentí identificado con Daniel en varios aspectos.

Un hombre muerto incluso antes de estarlo. Creo que muchos de nosotros nos encontramos en esa situación. No voy a ser el que os dé ánimos y os diga que se puede salir de eso, pero si os diré que cuando nada importa, uno puede disfrutar de la verdadera libertad de hacer y vivir como uno desee sin prejuicios.

Y a vosotras, que vivís de esto mucho más honradamente que la mayoría de la sociedad que os mira con desprecio, sólo daros las gracias.

La historia es triste, pero por otra parte, me gustaría que fuera real.

Saludos y Feliz año.

El pájaro espino.

gracias

Sin palabras

Esencias de Silvia.

jajaja