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#1
28-12-2010, 00:18
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Mi chica habitual
NO QUIERO ACABAR EL AÑO SIN DEJAR DE COMPARTIR CON VOSOTROS ESTE HUMILDE REGALO DE NAVIDAD, ESTE PEQUEÑO “RELATO-REFLEXIÓN-CARTA ¿DE AMOR?-HOMENAJE” A ALGUIEN MUY ESPECIAL PARA MÍ. (AUNQUE NO SÉ SI LLEGARÁ A LEERLO ALGÚN DÍA, O SIQUIERA SI LO DESEO).
MUCHOS TAMBIÉN TENDRÉIS A ALGUIEN ESPECIAL PARA VOSOTROS (Y EN ALGÚN CASO A MÁS DE “UN ALGUIEN”) Y SEGURO OS SENTIRÉIS IDENTIFICADOS CON MUCHO DE SU CONTENIDO. ¡FELIZ NAVIDAD! Mi chica habitual; la que no me falla. La que día más día menos, atenderá mi llamada o contestará mi mensaje. La que no dejará de hacerlo por mosqueos o enfados privándome de sí. La que no utilizará el sexo como “don dadivoso” o “recompensa” en espera de mi merecimiento por ella otorgado, sino como “bien” ofrecido por mi dinero desembolsado. Como justo trueque -gramos de papel por kilos de carne, sí-, pero también el peso no medible del cariño cómplice, del respeto, de una “limpia” relación, de risas inocentes; de placer, a veces mutuo. El reencuentro con lo conocido una vez más. Alimentado, y vuelto a alimentar, cita tras cita, con la “novedad” de tu presencia siempre buscando sorprender con envolturas y actitudes novedosas. También yo, al otro lado, con nuevos presentes y detalles, y formas de hacerte reír que hagan tu trabajo más agradable. Porque sí, lo nuestro es una transacción comercial, pero para mí eres una compañera de negocios especial, como también yo trato de serlo para ti en cada encuentro. Porque no concibo otra manera de tratarte diferente a aquella con la que trate a las amantes del pasado que a ésta, tu noble profesión, no se dedicaron. Porque no conozco otra forma de acariciar diferente a aquellas caricias que dispensé a las que amé. Porque cuando estoy contigo: a mi modo “te amo”. Porque nunca el sexo es para mí sólo sexo. El momento delicioso en que el móvil pita y tu nombre (aunque no lo sea, tú lo elegiste y a ti te define) abreviado por mí de forma cariñosa, hace su aparición en la pantalla iluminada: Acaso una llamada perdida, acaso un mensaje diciéndome: “Ok” ó “Ya estoy lista” ó “Puedes subir” en respuesta a mi llamada o mensaje previo indicándote que: ”Ya estoy en la zona”, o preguntando: “¿Estás preparada?”. Momento inigualable en que el corazón se acelera y apuro el último trago de ese cubata que tomo para hacer tiempo en el bar próximo a tu portal, mientras mi imaginación calenturienta se recrea en el inminente encuentro que, espero, pleno de placeres. La excitación crece cuando me aproximo a tu portal y mis dedos teclean automáticamente la clave de tu apartamento, maniobra muchas veces realizada, aunque mi economía impida que sean tantas como las deseadas. Un zumbido prometedor emerge de la puerta, como diciendo: “La Diosa te concede audiencia”, o acaso tan sólo: “Entra, mi amigo”. Excitación que se incrementa cuando el ascensor me eleva a la altura de tus aposentos, y empieza a desbordarse cuando recorro los últimos metros de pasillo que me separa de tu puerta, segundos que aprovecho para comprobar por última vez que el dinero de la transacción que guardo en mi bolsillo es el adecuado al tiempo que quiero “amarte”. Y que por fin se desborda cuando a mi llamada, a veces unos simples y discretos golpecitos cómplices, prescindiendo del timbre, oigo aproximándose desde el fondo, el sonido celestial de los tacones de tus zapatos golpeando el suelo con tu autoridad de Diosa del placer. El instante sin parangón antes de contemplar tu preciosa cara una vez más. La incertidumbre ante cómo me recibirás, olerás, besarán tus cálidos labios los míos y buscará tu lengua la mía, y cómo me acogerás en tu mullido y divino cuerpo (ese que antes y después abrazaron y abrazarán otros pero que, durante una o dos horas sólo yo disfrutaré). Cierras la puerta a nuestras espaldas, y lo que sucede dentro queda entre nosotros. Os dejo fuera queridos lectores; pero cuánto de lo que cuento lo vivís también tantos de vosotros, ¿verdad? Sobre todo los que, también como yo, “tenéis” una chica habitual. ¿Quién sabe? Acaso la misma que yo. Yo no soy celoso, (o a lo mejor un poquito sí), ¿Y vosotros? MI MÁS SINCERO Y CARIÑOSO HOMENAJE A “MI CHICA HABITUAL”. UN SALUDO COMPAÑEROS
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 Porgi amor,qualche ristoro al mio duolo, a miei sospir! O mi rendi il mio tesoro, o mi lascia almen morir! (Le nozze di Figaro / Wolfgang A. Mozart) Última edición por VERDI; 28-12-2010 a las 00:25 
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