Madrid, 7:45
Asfalto mojado por la lluvia,
semáforos en las calles vacías,
los borrachos se recogen,
con sirenas de policía.
Un indigente apura los últimos tragos de un cartón de vino peleón,
mientras en Gran Vía, aparecen los primeros rayos del sol:
Amanece en Madrid.
Ese lugar donde todo es posible,
una flor crece en el metro,
donde lo oscuro es ostensible.
Las palabras se las lleva el viento,
donde no abundan las miradas,
donde solos, nuestros corazones se desangran.
La soledad de un pensamiento acostrumbrado a no pensar,
en las calles suena música,
la de nuestros sueños que no vendrán.
Me estremecen sus historias de tristezas y alegrías,
de éxitos y fracasos,
de luces muy sombrías....
A Linda Rocío...