Montar en moto

"En cada semaforo, al mover la mano hacia atras, podia tocar su pierna, acariciarla.
En cada aceleron o frenazo, sentia clavarse contra su espalda sus maravillosos pechos, e incluso algun golpe del casco.
Cada vez que paraban, ella apoyaba la cabeza contra su espalda o jugueteaba con los mechones de pelo que se le escapaban por debajo del casco. Cosa que hacia que se le erizara hasta el ultimo pelo de su cuerpo.
Cuando volvia la cabeza para preguntarla si iba bien, veia el brillo de sus ojos a traves de la pantalla del casco.
Era un autentico placer tenerla alli, sentirla detras de el, que se apretase contra el, que apretase las piernas contra su cintura. Sentir sus manos agarrarse a sus caderas o con fuerza a las tiras de la chaqueta. Asi, daba gusto montar en moto..."

De repente, suena el despertador. 6:45 am. Oye, entre sueños, la voz de la radio que confirma otro dia lluvioso, de otra nueva semana lluviosa, de este jodido Febrero lluvioso. Otro dia mas, la "lagarta" en dique seco. Mono de moto tiene, joder. Recuerda su sueño, y sonrie con tristeza. No ha sido mas que un bonito sueño. Y con el sonido del despertador, se ha terminado. Vuelta a la realidad.

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"El lobo, siempre sera lobo. Estara en casa, feliz y tranquilo. Pero siempre volvera al bosque a mojarse, pasar frio y a que se le embarre el pelo. Y a CAZAR. Y si no vuelve, siempre habra alguien que le echara."