"Todos sois iguales....."

Era una cálida noche de verano cerca del mar. Al fin, un amigo había ido a rescatarme de mi destierro marítimo. Decidimos ir a cenar y después comenzamos nuestra andadura nocturna por mis garitos preferidos, aquellos que había ido escogiendo en los meses que llevaba en aquella ciudad nueva aún para mi.

Entramos en el Habana, pedimos nuestros ‘Brugales preparados’ y comenzamos nuestra inspección del garito. Mientras manteníamos una animada charla, descubrimos en una esquina dos preciosas chicas de bonitas y largas piernas apenas tapadas por unas insinuantes minifaldas. Nuestras miradas se entrecruzaron con ellas repetidas veces y como si de un embrujo se tratara quedamos embobados y presos de su terrible atracción.

Ellas conocedoras de su embrujo comenzaron a bailar desplegando toda su sensualidad mientras nosotros seguíamos absortos sus movimientos. Parecía que el resto del local hubiese quedado desierto y solo ellas y nosotros pobláramos la sala en esos momentos.

Al rato una de ellas se acerca a nosotros y nos pregunta…” ¿porque nos miráis con esa insistencia? ¿Tenemos algo raro?” Mi amigo, con rapidez contesto… “No, nada raro, nos gusta vuestra forma de bailar, pero ahora que lo dices… si hay algo …” ¿Qué? responde ella, y mi amigo le dice “llevas la tanga ligeramente descolocada” ;) Ella se queda absorta durante unos segundos (yo pensé para mi “Dios mío donde nos va a mandar y con razón”) … y trascurridos esos segundos, que a mi me parecieron horas, se echo a reír dejando entrever su preciosa boca y dijo “sois graciosos… voy a llamar a mi amiga y si queréis vamos a tomar algo por ahí…”

No lo podíamos creer… será la cámara oculta nos dijimos el uno al otro…como dos chicas tan atractivas se podían haber fijados en dos hombres tan normales como nosotros… Era nuestra noche de suerte…

Ellas se acercaron, las presentaciones de rigor, cambiamos de sitio, pedimos unas copas e iniciamos una agradable charla… muchas risas y lo que iba a ser una noche normal se convirtió en algo increíble… Pasamos por unos cuantos garitos más y cuando ya se acercaba la madrugada, una de ellas dice “porque no compramos una botella de vino blanco frío y nos la vamos a tomar a la playa…” Uff… parecía que la noche iba a ser como un sueño…

Nos costo lo nuestro encontrar a esas horas un sitio en el que poder comprar la dichosa botella, pero al final lo conseguimos y nos encaminamos hacia la playa, que nos estaba demasiado lejos de donde estábamos en ese momento.

Como si en ese instante hubiese que decidir las parejas, ellas se adelantaron ligeramente mientras conversaban. Nosotros empezamos nuestra discusión “¿tu con quien te quedas?”, como si de nosotros dependiese… jajaja… Todos sabemos que ellas eligen siempre quien, donde y como… Pero siempre hace ilusión poder sentirse importante…

Al iniciar nuestro camino por la arena, en busca de un lugar tranquilo donde ponernos, ellas decidieron cual seria su chico esa noche, cada una agarro por el brazo a uno de nosotros, la suerte estaba echada y por supuesto nada dependía de nosotros.

Mis piernas temblaron al sentir el roce y el calor de Mónica cerca de mi, yo la agarre por la cintura y mientras pensaba para mi “Gracias Dios mío” seguimos caminando hacia un rincón apartado.

Mónica, era morena de pelo rizado largo, tenia unos preciosos y expresivos ojos negros, unos veintipocos años, delgada, esbelta, con unas largas piernas que se iniciaban en un bonito culo respingón que se movía con un sensual movimiento al andar. Llevaba un escotado vestido rojo que dejaba entrever sus, no grandes, pero tersos senos de pezón pequeño y juguetón.

Nos sentamos los cuatro y comenzamos a degustar aquella botella de vino que tanto costo conseguir. El camarero del pub donde la compramos hasta nos dejo cuatro copas para que pudiésemos disfrutar de el en condiciones.

Entre copa y copa comenzaron los besos, roces y caricias… al rato mi amigo y su chica se despidieron y se perdieron en la oscuridad de la noche…

Yo me quede apurando lo que quedaba en la botella de vino en la compañía de Mónica. Mientras yo servia las últimas copas ella me miro fijamente y me dijo mientras dejaba caer suavemente su vestido, dejando a la brisa de la noche sus preciosos pechos, “¿No te gusto?”.
“Muchísimo” le dije yo…” ¿Entonces?” respondió picaramente ella mientras desabrochaba los botones de mi vaquero. Metió su mano dentro, saco mi pene y se lo introdujo en la boca chupándolo con fruición una y otra vez. De vez en cuando levantaba su cabeza y me decía “¿te gusta?... Yo creía que mi pene iba a reventar de un momento a otro, oleadas de placer recorrían mi cuerpo una y otra vez. “Yo también quiero” la dije… intentando comer su coñito… “CALLA” me empujo sobre la arena, se quito una pequeña tanga de colores veraniegos y cogiendo firmemente mi pene lo introdujo, suave pero firmemente, dentro de su vagina. Yo en ese momento sentí un enorme placer y a punto estuve de correrme en ese instante, pero conseguí aguantar. Ella comenzó con un suave bamboleo encima de mi. La visión de su hermoso cuerpo y el placer que sentía me atenazaban, aun así intentaba una y otra vez besar su húmeda y sensual boca, pero ella me empujaba otra vez sobre la arena de la playa aumentando la cadencia de sus movimientos… Una inmensa ola de placer recorrió mi espina dorsal preludio de un intenso y delicioso orgasmo… En ese momento empezaron a caer lágrimas de sus ojos y entre sollozos separándose bruscamente de mi me dijo “TODOS SOIS IGUALES”… echo a correr en la oscuridad y aunque traté de ir rápidamente tras ella, todo fue inútil, se perdió en la noche…

Al día siguiente trate de indagar a través de mi amigo y su amiga que es lo que había pasado… la única respuesta que obtuve fue “TODOS SOIS IGUALES”