Escapar
Escapar.
Abrir la puerta, dejar las llaves sobre la mesa, salir y correr. Correr y correr y no parar hasta que el corazón y el cuerpo no aguanten más. Dejarse caer al suelo, darse la vuelta y mirar el cielo. Mirar las nubes pasar, algún pájaro ocasional, un insecto, una pelusa. Mirar al cielo hasta la que la luz se apague lentamente y después seguir mirando las estrellas y la luna quizás.
Levantarse, desnudarse y correr de nuevo. Correr y correr y no parar, a pesar de no ver nada, a pesar de los tropiezos y caídas. Levantarse y correr sin parar hasta que el corazón y el cuerpo no aguanten más.
Y así, desnudo, helado, lleno de heridas, contusiones y rasguños, dejarse caer de nuevo y dándose la vuelta mirar de nuevo el cielo.
Ese es el comienzo, has empezado a escapar.
Hay quien mira por la ventana mientras escucha música. Los hay que leen. Otros se reúnen incesantemente con personas. Hay quien va al gimnasio y quien va al bar. Algunos pasean. Unos pocos construyen maquetas o colaboran con asociaciones.
Pero esa no es la forma, así no se puede escapar. La única forma es correr y correr hasta que a ti mismo te dejes atrás.
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