Esta es una historia real, ocurrió hace unos años y jamás la he comentado con nadie.
Hoy, leyendo en el foro, ha vuelto a mi memoria arrancándome una sonrisa, por eso he pensado en compartirla con vosotros, espero que al menos os entretenga...

Un día, mientras conducía hacia la oficina después de comer, sonó el móvil de Empresa que llevo, era un número que no conocía. Descolgué y al otro lado sonó la voz educada de un hombre de unos 40 años, grave y bien modulada. Preguntaba por una persona que no era yo. Le dije que se había confundido y él se disculpó de forma muy correcta. Su tono me resulto muy sensual y noté como se me erizaba la piel. Al colgar pensé en cómo sería y fantasee un rato hasta que decidí grabar el número.

Durante un par de días, cada vez que sonaba el teléfono, esperaba que fuera él y, finalmente, le llamé. Se sorprendió con mi explicación y noté que sonreía mientras que su voz, de nuevo, hacía que mi corazón se desbocase.

Estuvimos unos días intercambiando llamadas, al principio corteses, de esas que no dicen nada: ¿dónde estás?, ¿que haces?, ¿como llevas el día?... pero su voz alimentaba mi lívido y estimulaba mi imaginación. Las conversaciones se fueron alargando y la temperatura iba "in crescendo". Encontramos momentos más relajados en los que llamarnos y yo busqué la intimidad para disfrutar de los relatos que esa voz tán cálida me ofrecía casi a diario y en los que me envolvía y arrastraba, sabiendo que sus palabras se posaban en mi piel como los besos dulces que preceden al sexo más apasionado.
A la vez que sus historias avanzaban mis manos me complacían con caricias. El, atento a mi respiración, ajustaba la intensidad de sus palabras al ritmo de mis manos, sabiendo que me masturbaba escuchándole, e interrumpiéndo muy acertadamente su relato con preguntas que le ayudaban a saber en que punto me encontraba. Y así continuaba hasta que mis jadeos le confirmaban que su objetivo estaba cumplido.
A partir de ahí, como un amante cariñoso, me susurraba permitiendo que disfrutara de mi orgasmo y me relajara antes de desearme buenas noches.
En otras ocasiones era yo quien le contaba una historia y como pude comprobar con el tiempo, compartiamos no solo el teléfono, también el placer de masturbarnos juntos...

Al cabo de unas cuantas e intensas noches decidimos conocernos y quedamos para cenar. Cuando llegamos a nuestra cita nos encontramos frente a frente dos personas nerviosas y muy diferentes de lo que cada uno de nosotros había imaginado, pero continuamos. No sentimos ningún tipo de atracción. A veces esa reacción química necesita un catalizador que obviamente no encontramos. Sin embargo la tarde fué muy agradable, comentamos el como contactamos, las horas que pasamos al teléfono, lo morboso de los relatos...y no dijimos que seguiríamos conversando.

Al despedirme y volver a casa sentí un regusto amargo, como si hubiese perdido a un magnífico amante (virtual). No esperaba volver a oir esa voz tan insinuante. Para mi sorpresa, a la noche siguiente sonó el teléfono, tras oir su voz intenté fantasear, pero ya no fué igual. Tras unos minutos se lo dije, y también que no quería renunciar a esas historias que me seguían "enredando".
Cómo siempre su educación exquisita hizo que mi comentario no resultase violento.
Al despedirse me prometió sorprenderme diciendo que encontraría la forma de conseguir excitarme de nuevo para que disfrutara, y así arrancarme una sonrisa.

Durante los dos meses siguientes nada de nada.

Una mañana, mientras me duchaba, sonó en el Iphone el aviso de recepción de un correo, y al abrirlo para leer encontré una tórrida y suculenta historia.
realmente me excité y, al recordar su promesa sonreí. Llamé a su teléfono para agradecérselo, pero nadie contestó. El día resulto alocado y olvidé volver a intentarlo.

A la mañana siguiente, sobre la misma hora, recibí otro correo, tan caliente como el anterior. Como llegaba con el tiempo justo a una reunión me dije que le llamaría más tarde, en esta ocasión tampoco descolgó.

Durante algo más de un año, cada mañana recibí un correo con una historia diferente, nunca bajó la intensidad del relato, siempre erótico, siempre nuevo, cargado de fantasía y sexo, sin olvidarse de mí ni un solo día.

Guardo todos sus mensajes y todavía los releo en algunas ocasiones. Son más de 400 historias que me erotizan hasta llevarme al orgasmo. Aún me parece escuchar esa voz...

No creo que forme parte de esta "comunidad", pero si por una casualidad esta vez eres Tú quién me lee, aprovecho para darte las gracias por tan buenos ratos que pasé y tantas sonrisas que asomaron a mis labios.

Y a vosotros chicas y chicos que componeis este foro os pido que seais indulgentes con mi primer relato...

Bonita historia en cuanto al contenido, se hace cuesta arriba pensar que después de todos esos contactos telefónicos al tipo no le apeteciera pasar a mayores estando juntos en persona. A ti, es posible, pero los hombres ya se sabe como somos para estas cosas (tampoco es cuestión de echar piedras sobre el tejado).

Y en cuanto al continente, perfecto de ritmo e intensidad, no es un relato erótico, pero si un buen relato sobre la complejidad de las relaciones personales y sexuales.

Animo Alma y a seguir participando, que por ahora, se te lee con deleite.

Pues mira que yo no soy de relato, pero este me ha gustado
Muy bien narrado.
Ademas de hacerme risa lo del magnifico virtual, me vino a la cabeza
el virtu del foro jejeje
Saluditos

Hola , una buena historia.....que pena no tener tu número y y coger el relevo de tu desaparecido....
Besos

Pues debo decirte querido Del que lo de los mensajes resultaba muy morboso y adictivo hasta tal punto que, después de ver que durante un mes cada mañana sin faltar ninguna llegaban los correos, dejé de poner el despertador y era el sonido de recepción del mensaje lo que me hacía abrir los ojos ansiosa por leer el contenido del nuevo relato erótico que me daba los buenos días y casi siempre lograba sorprenderme ( y en no pocas ocasiones erotizarme ...)

Ahora que no los recibo los recuerdo con cierta frecuencia y sonrío pensando que resultaba mucho más agradable que cualquier despertador.

Pero ya sabes que estamos aquí para pasarlo bien y disfrutar siempre que se pueda, así que "se admiten voluntarios"

Un besazo

Por narrarlo:

Muchas veces es mejor no querer saber mas, y seguir disfrutando de lo que tenemos sin hacer preguntas. Pero por desgracia siempre queremos llegar hasta el final. En este caso, en tu caso, la curiosidad mató al gato disfrazado de morbo.

Gracias.

PD: Te advierto que mi voz puede resultar realmente sugerente. Pero no tengas curiosidad, el gato corre serio peligro.

Tienes toda la razón Termita, pero ¿Qué sería de la mujer si no fuera curiosa? Además, está en la naturaleza del ser humano no conformarse con lo que tiene aunque le haga feliz y querer más. Y el morbo, a veces resulta tan estimulante…
Por otra parte debo decirte que no está bien dejar a una mujer con la miel en los labios y menos aún si, como en mi caso, se combina curiosidad y ser una auténtica gata (ya sabes, madrileña de tercera generación, soy gata, gata y felina)
Gracias por dedicar unos minutos a mi relato…

hola niña guapa....gracias por dejarme la oportunidad de hacerte soñar un ratito y arrancar un suspiro de tus labios de vez en cuando....
Soy nuevo en el foro y no me aclaro bien como funciona....te dejo mi messenger [Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ] ......si te apetece , nos contamos cosas que ....nos hagan bien....
beso

Me ha gustado mucho, Alma.
Sugerente y dinámico.
Me has hecho recordar lo excitante que puede resultar un aviso de mensaje cuando estás esperando el de esa persona que le pone el pellizquito de emoción al día.

Un beso y, por favor, que este sea el primero de muchos.

Laura, ¿qué sería de la vida sin la sal y la pimienta...?

Ser capaces cada día de sorprendernos es una capacidad que no debemos perder, indica que estamos vivos y que mantenemos la juventud suficiente para disfrutar de los pequeños placeres.

Me alegro que compartamos esa "chispa".

Una vez más, gracias

Mantener la capacidad por sorprendernos, defender la alegría, luchar con fuerza por los sueños....
No olvidarnos de sentir, esa espera de un correo, tener algo que compartir, manejar
las sensaciones a fuego lento, acariciar el alma de las personas, dejar que nos mueva
la ternura...
Volver a encontrarnos cada día, renacer de los escombros, de las sonrisas perdidas,
afrontar con coraje la adversidad, controlar de vez en cuando la serotonina, vernos reflejados en los ojos del otro, entender su realidad, comprender los motivos, adaptarse a las circunstancias, atender a las razones...
Saber que en la sinceridad se albergan los sentimientos más profundos.

la sal y pimienta de la vida, el cariño como fuerza motriz de la existencia.

Al amor lo pintan ciego y con alas, ciego para no ver los obstáculos...
con alas para salvarlos.

sigo tras los pasos de mi alma...
esperando impaciente, que mueva ficha

porque una vida sin sueños, es morir un poco cada día.

Methenyas, reconozco los guiños de cierta conversación y me alegro de que tu visión haya cambiado, tornándose más positiva.

Pero así es... Hay que intentar alcanzar los sueños y no dejar de sorprenderse.

Siempre es bueno esperar la sorpresa y disfrutar de ella.

Seguro que lo que ahora es un deseo pronto será un bonito recuerdo.