Las noches arabes
De visita por esta pequeña ciudad perdida en la mancha por cuestiones laborales y con mucho tiempo que matar, me decidí a probar carne arabe, la cual tenia ganas de catar desde hace tiempo, pero que no se prodiga mucho en la profesión más antigua del mundo...
Contacto con ella y me cita en media hora en el lugar donde recibe, cuando llego me alivia ver que es la chica de las fotos que me había mandado. Es una típica mujer de rasgos arabes, algo entrada en carnes, con mucho donde agarrarse, aunque sin llegar a la obesidad, más bien esta bastante jamona.
Ella me recibe de manera muy agradable y me conduce al dormitorio, le digo que acabo de ducharme en el hotel y no me pide que me lave. Contrato media hora, le dio la panoja y ella me dice que me ponga cómodo, la espero sentado en la cama, y cuando ella vuelve, aun llevaba una especie de camisón, le pido que me permita ir desnudándola. La brazo y comienzo a besarla en el cuello, le muerdo la oreja, la agarro de ese pandero que pide a gritos que lo haga sonar con unos azotes. La beso en los labios y no parece molestarle, nos damos unos sonoros besos mientras voy manoseándola, preparándome para desnudarla, nos encueramos lentamente y la tumbo en la cama donde devoro esos pechotes haciéndola gemir, deslizo traviesamente mi mano hacia su húmedo secreto del deseo, meto mis dedos haciéndola gozar hasta que ella agarra mi mano y me dice que quiere chupármela.
Me tumbo y ella procede a sorber mi alma, la garro de la cabeza dictándola los tiempos hasta que siento que me voy a correr y la hago parar. Me calzo la goma y tras darme unos toques para preoarar la munición le insertó el arma en modo de misionero, la envisto de manera salvaje escuchándola gemir, cambiamos a cuatro y la vuelvo a embestir azotando ese culo marroquí que Alá le ha dado, volvemos al misionero donde continuo con los embistes hasta que disparo a discreccion llenando de liquido blanco el condón... Ella tiene unos espasmos agarrada a mi que me confirma que se había corrido también...
Tras recuperarmos nos vestimos, tenemos un poquito de conversación y me marcho para el hotel con un recuerdo y la incertidumbre de si volveré a emprender otro viaje a carnes arabes...
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