Travesti Bárbara Ferrari 632012858
 

Bueno, pues desde hoy se anuncia en Zamora Bárbara Ferrari, una trans con bastante fama y bastante atractiva, por lo que, ante la sorpresa de tenerla en Zamora, me decidí presto a visitarla. Y ante la enorme decepción que me he llevado, me he animado a contar mi experiencia:

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Nombre: Bárbara Ferrari.
Agencia/Independiente: Parecía independiente, pero comparte piso.
Nacionalidad: Brasileña (sí que lo aparenta).
Edad: 26 (según anuncio, pero tiene al menos entre 10 y 15 años más).
Altura: 170 más o menos. Complexión: Delgada.
Piel: Blanca.
Pelo: Rubio, largo.
Pecho: 120 al menos, bien, aunque no se quitó el top.
Sexo: Depilada completamente, tampoco se llegó a quitar el tanga.
¿Piercing? / ¿Tatoos?: Varios tatujes, uno grande en la parte baja de la espalda, y alguno más pequeño en otras partes del cuerpo.
Higiene: Regular, parecía no haberse duchado y olía mucho a tabaco. La habitación también estaba muy cargada, correcta, pero en general no me causó buena impresión.
Descripción de su físico: Delgada con buenos pechos, y culito bien puesto con buenas formas. De cara es guapa. Todo ello a una distancia normal. En distancias más cortas se aprecia que está bastante ajada, flácida, y venida a menos.
Vestimenta: Top y short ajustados que le resaltaban las curvas y su físico.
Instalaciones: Edificio antiguo, pero correcto, la habitación amplia, no está mal. Lo peor el ambiente supercargado a humo que había. Tiene una ventana, pero estaba cerrada.
Dirección (Zona): Calle Amargura nº10, pleno centro de Zamora
Teléfono: 632012858
¿Fotos reales?: Sí, pero con bastantes retoques.
Tarifas aplicadas: 40€/20min - 50€/30min - 100€/1h.
Besos en la boca: No, los evita en todo momento. Se los pedí pero no hubo manera.
Francés: Natural al principio, pero rápidamente me puso goma.
Fecha de la experiencia: 1 de septiembre de 2016.
Duración experiencia: pagué por media hora, pero en poco más de 15 minutos estaba listo.

Tras hablar con ella y explicarme las condiciones y darme la dirección, concertamos la cita. Al llegar y abrir me recibió con una sonrisa y me llevó directamente a la habitación, nada de baño ni limpieza de ningún tipo. Yo iba limpio, pero podía no haberlo ido. Me cobró la media hora, me preguntó brevemente qué me gustaba y me pidió que me desnudara y me tumbara, nada de prolegómeno de ningún tipo. Empezó por darme un masaje, que no le pedí, pero tampoco me pareció mal. Eso sí, un masaje insulso de unos 5 minutos, torpe y sin ganas. Hasta entonces ningún beso, y menos con lengua, lo intenté cuando me dí la vuelta pero me evitó. Mala cosa, le dije que me encantaban, por lo que ya no me dio buena espina. Empezó a hacerme un francés, torpe también, hasta el punto que me costaba que se me pusiera dura. Acercó su cuerpo con la intención de hacer un 69, cosa que yo acepté gustoso, y lo primero que noté al meterme su polla en la boca, es que estaba muy húmeda, y tampoco me pareció excitada, más bien colocada de algo, por lo que lo achaqué a que ni siquiera se había duchado. En fin. Duró poco porque enseguida me retiró porque decía que se corría. Dejó de chupar y me pedía que la chupara a ella y me masturbara hasta correrme. ¿Pero ya? Pensaba yo... En fin. Me puso un preservativo y chupó de forma breve, siguió masturbándome y al poco me dijo si quería que me follara. No tiene la polla excesivamente grande, por lo que a pesar de que no es lo que más me gusta, acepté. Intentó metérmela un par de veces, pero parecía que no atinaba bien y comenzaba a hacerme daño, por lo que le pedí que parara. Le dí un par de chupetones más y me pidió que me masturbara yo. Le pedí follarla. Tuve que insistir pero al final aceptó. Mal también. Se retiró el tanga, ni siquiera se lo quitó, me pidió hacerlo de pie porque la cama sonaba mucho, y apenas era capaz de follarla también. No colaboraba para nada. Total que paramos otra vez. Se sentó en el borde de la cama y me pidió que se la comiera mientras me masturbaba yo. Ni eso fue capaz de hacerlo bien. Viendo que la cosa pintaba mal y que no iba a sacar nada en limpio de allí, acepté, y la chupé con ganas mientras me masturbaba hasta que me corrí. Estuvo a punto de correrse ella, cosa que intenté, pero cada vez que estaba a punto me retiraba la cara, por lo que al final no se corrió. Me levanté, me limpié, me vestí y me fui lo más rápido que pude. La llegar a casa, reciclado completo del mal cuerpo que me ha dejado la cita. Mala experiencia total y hasta el final.

CONCLUSIÓN

Calificación: 2
Valoración de su físico (1/5): 6
Valoración del servicio (1/5): 0
Implicación (1/5): 0
Lo mejor de ella: Poco, lo que queda del imponente físico que tuvo en su día.
Lo peor de ella: Su higiene y nula implicación, metiendo prisas y llegando a resultar desagradable en muchos momentos.
¿Repetiría?: Por supuesto que no, para nada.