Reflexiones

Tiempos de reflexión y escritura

De un tiempo a esta parte necesito de la palabra escrita. Pues hablar no puedo.
Escribo cosas a veces para alejarme de mi mismo, se que parezco un alma torturada quizá al borde del colapso. Nada más lejos de la realidad. También es cierto que me gusta hacerlo mas como desahogo que como experiencia placentera, y ya son años que lo voy haciendo.
Durante este año me he enfrentado a nuevas cosas y eso ha hecho que dejara otras sin hacer, como esperando que se resolviesen solas y nada de eso, siguen ahí con pertinaz impertinencia.
Cuando paso por su lado me desafían, y yo ignorándolas me digo, habrá que arreglar esto. Pero nunca encuentro el momento apropiado.
Otras historias han tomado su lugar y algunas me han producido pequeños temores. Algunos de los asuntos pendientes se han alzado en rebelión y debo confesar que me agobian.
Debo agradecer a las personas que me han hecho ver dichos temores, sobre todo a las que han usado el cariño para hacerlo. Incluso a algunas me he enfrentado, con resultados desiguales debo confesar. Pero desde luego lo que si he aprendido es que no se pueden dejar indefinidamente sin arreglar las cosas pendientes.
Y es en estos precisos momentos en los que hay que arreglar algunas de ellas.
Por ello debo dar las gracias a los que se han preocupado por mí y decirles que estoy mucho mejor de lo que aparento escribiendo y es que el ser humano no puede sufrir eternamente ¿o si?
Vivo tiempos muy intensos e interesantes y a veces me da vértigo el aprecio que le tomas a la gente que conoces, pero sobre todo me sobrecoge el cariño que he despertado en algunas personas, muy pocas lo confieso. Otras a las que creí, se han quedado en el limbo de los conocidos y como si de un Ignatius Really se tratase voy rellenando mis cuadernos de Gran Jefe a a la espera de la conjura de los necios.

Así pues gracias de nuevo y es que desde hace unas semanas me encuentro con ganas de enfrentarme a todas esas chorradas y ya por fin ponerles remedio y que coño, a las ganas se une que me apetece hacerlo.