El francés hasta el final es una
práctica que puede entrañar mayor riesgo de transmisión de enfermedades venéreas. El sexo anal, aunque se practique con preservativo y lubricante, suele ser más incómodo que el vaginal. Además, el ano es una zona más proclive a fisuras o pequeñas heridas o lesiones que la vagina.
Utilizando este tipo de razonamientos se puede entender que ciertas
prácticas conlleven el abono de un suplemento básicamente con el objetivo de
desincentivarlas. Cuánto más caro sea algo, menos personas estarán dispuestas a realizarlo. Ofreces el servicio, pero como un plus y sólo a los pocos que estén lo suficientemente motivados como para pagar el precio a mayores, que como tú bien dices, no sale a cuenta desde un punto de vista más o menos racional.
De esta manera, disminuyes los riesgos de contagio o de lesiones asociados a este tipo de
prácticas y, a cambio, obtienes un mayor rendimiento económico de quien esté dispuesto a
soltar la mosca.
A mí tampoco me gusta, preferiría que al menos el francés hasta el final estuviera incluido en la
tarifa plana, pero sinceramente puedo llegar a entenderlo desde el punto de vista de la profesional.