Paja o Polvo. El dilema del hombre casado / comprometido.
Siempre he pensado que una paja a tiempo era un buen remedio para evitar males mayores, y lo cierto es que tras la satisfacción de la descarga, uno se llega a olvidar temporalmente de esa necesidad primaria, aunque en realidad solo es un parche que no viene a remediar nuestro “problema”, pues solo resulta efectivo a corto/medio plazo, ya que la carne es débil y más aun nuestra voluntad
La consciencia de aquellos que estamos casados/comprometidos nos juega a veces malas pasadas y nos sentimos a menudo culpables antes siquiera de cometer el delito, pues somos en realidad muy conscientes, y valga la redundancia, de que el precio a pagar en el caso de que la jugada nos salga mal es muy alto.
Al margen de que vivimos en una sociedad hipócrita, en ocasiones algunos intentamos saciar nuestros instintos básicos a través de falsas ilusiones como son los masajes eróticos, que si bien en ocasiones no pasan de un final manual o francés, no dejan de ser un acto que por mucho lo disfracemos de algo inocente, viene a ser en realidad un engaño para nosotros mismos y nuestra pareja.
Si bien es cierto que: “Ojos que no ven, corazón que no siente”, en nuestro interior existe ese pepito grillo que nos dice al oído que lo que hacemos no está bien, y a pesar de ello, debido a nuestra naturaleza humana, seguimos jugando a sabiendas con un fuego, que al igual que Icaro cuando se acercó demasiado al sol, puede llegar a derretir nuestras alas y dejarnos caer a un abismo que nadie desea.
Y es que lo queremos todo: el confort y la seguridad de nuestro hogar, donde la pasión se pudo apagar poco a poco para dejar paso a la comodidad de una monotonía sostenible, pero también sentimos por otra parte el deseo de volver a sentir, aunque solo sea a nivel físico, el contacto con otra persona, y dar rienda suelta a nuestro demonio interior u oscuro pasajero que todos llevamos dentro.
Resulta muy fácil dar consejos y no pregonar con el ejemplo, al tiempo que resulta absurdo intentar hundir el barco cuando todavía estamos dentro, pero así somos… una especie imperfecta con un tiempo limitado en este mundo.
Sentimos miedo por las consecuencias y sin embargo seguimos tentando a la suerte, dando rienda suelta a nuestra libido. Con todo ello no pretendo buscar justificaciones, pues no las hay, y yo soy el único responsable de mis actos.
Aun así, y con el permiso de los moderadores y vuestras mercedes he querido por un momento compartir mis pensamientos, rogando a continuación me disculpéis por tanta palabrería y agradeciéndoos igualmente vuestra atención y paciencia.
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18-09-2017, 10:33
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