Iniciado por Padre Putas

Hace poco, un amigo casado me comentaba que no se le ocurriría “irse de putas” porque no se imaginaba estando con una chica que “no se pone”. Le contesté que el hecho de que una lumi se ponga depende principalmente de nosotros, y en menor medida de su predisposición, al igual que cualquier mujer, sea lumi o no lumi. Y es que ante todo las lumis son mujeres.
Tuve pareja estable durante diez años, una chica muy deshinibida. Fuimos experimentando el uno con el otro y nuestras relaciones sexuales iban cada vez a más. Entre otras cosas, me enseñó a masturbarla como Dios manda, y más tarde a hacerle un cunnilingus eficiente. Después de separarnos, tuve un par de relaciones “civiles”, pero con chicas más inhibidas, luego volví a las lumis y poco a poco fui descubriendo que también con una profesional se puede tener una experiencia gratificante por ambas partes. Y sigo aprendiendo cosas con ellas (no se trata de matemáticas, sino de sexo, que no es una ciencia exacta).
No sé con cuántas lumis habré estado (al menos un centenar de ellas, practicamente sin repetir con ninguna, por aquello de que en la variedad está el gusto...). Soy principalmente de clubes y muy selectivo: si no hay feeling auténtico en la barra, si veo que la chica intenta engatusarme y no consigo que esté realmente a gusto conmigo, no subo. Si en cambio lo consigo, sé que el disfrute está medio asegurado, y es cada vez más difícil “engañarme”, aunque algunas veces todavía “me precipito”. Las ha habido muy negadas, pero puedo aseguraros que muchas han disfrutado, y no pocas llegaron a correrse de verdad (no estoy hablando de alaridos o gemidos teatreros, que eso me corta). No voy a extenderme contando detalladamente mis anécdotas más ilustrativas, tan sólo una experiencia extrema que viví hace unos meses en un club de carretera de Salamanca.
En realidad, esa chica fue un error. Nada más pasar por caja, se acabaron las sonrisas, los besitos y la simpatía, me estaba arrepintiendo. Empecé con el cunnilingus, la noté muy indiferente al principio, pero se fue metiendo en el tema poco a poco. Llevaría como un cuarto de hora comiéndola cuando le propuse pasar a un 69, y me dijo que no, que siguiera, que ya me lo compensaría... así que seguí. Se acabó la media hora contratada y sonó el teléfono de la habitación. Contestó lacónicamente “si”, colgó, me temía lo peor. Pero en vez de acabar rapidito, pedirme más dinero o echarme, cogió mi cabeza y se la volvió a colocar en su entrepierna. Quería más de lo mismo, y así seguimos mucho tiempo. Al final se dio por satisfecha, me colocó un preservativo y se puso a cabalgarme como una endemoniada, que casi me rompía de cómo movía mi sexo dentro del suyo. Sonó el puto teléfono otra vez. Pude oir “bájate ya..., que esto se ha llenado de tíos...” (nada menos que una despedida de soltero)... “¿Qué pasa... te lo estás pasando bien...? (contestó que si, jeje). Colgó y siguió “follándome” sin prisas, hasta quedar contenta, y después me tocó a mí, también sin prisas.
En una hora y más que estuvimos, no sonrió ni me besó ni tuvo actitud cariñosa en ningún momento (ese aspecto no me gustó nada). Pero una cosa está clara, invirtió los papeles: parecía ella la clienta y yo el puto. No sé cuántos orgasmos pudo tener (ni siquiera sé si tuvo alguno, y seguramente las dos llamadas al teléfono le pudieron cortar el rollo), pero está claro que disfrutó de lo lindo. Mientras nos estábamos vistiendo, me dijo textualmente: “Me hubiera gustado seguir tres horas... La mayoría de los hombres vienen a meterla nada más entrar... Suelo acabar lo antes posible...”.
Personalmente, más que “pagar por mi disfrute”, lo que busco son experiencias que siempre van a ser únicas, poniéndo lo mejor de mi parte para hacerle “tilín” a mi elegida. Ya es grande, aunque no tan difícil, poner a gusto y hacer disfrutar a una lumi (por muy profesional que sea), y si consigues regalarle un orgasmo, entonces es un triunfo (algunas lo llamaréis “satisfacción del ego machista”, pero a mí me hace feliz ver como las que he hecho disfrutar – y a veces correr – se me acurrucan y acabamos charlando en plan novios, abrazaditos, besándonos, acariciándonos y riéndonos de cualquier cosa).
Perdón por el ladrillo, pero no he podido ser más conciso, y todavía podría seguir...

Iniciado por Anónima

Pues no se porque os extraña tanto. NO solo que les de corte, si no simplemente que no se quieren correr.
Algunos clientes me contaban como lo pasaban fatal cuando tenian que "hacerle el amor" a sus esposas a las que ya ni querian ni nada, mientras amaban y/o pensaban en otras al tiempo que se las follaban digamos que por obligación conyugal. Para estos clientes correrse en esas circunstancias parecia no producirles ningun placer antes al contrario. Y si eso os pasa a ,los tios ¿por que a nosotras no?
Y es que algunos sentimientos chocan frontalmente con esta profesión.
Yo misma a lo largo de mi vida no siempre he tenido la misma predisposición para pasarlo bien con aquellos clientes que podian conseguir hacerne sentir bien sexualmante hablando. Por cierto muy poquitos, la mayoria pagan por correrse y punto y como comprendereis ante esa actitud una puta hace su papel pasivo sin conmoverse lo mas minimo. Y no todos nos poneis de igual manera.
Cuando una puta esta colada por un chico, verde las han segado, como comprendereis en esta sitruación no se está muy por la labor de ir mas allá de lo extrictamente necesario para cumplir con el cliente. Recuerdo que a las putas no se nos paga para que disfrutemos nosotras. Hay trucos de todo tipo para evitar que un desconocido llegue a hacernos sentir algo mas.... Pensar en algo horrible, apretar determinados músculos, por ejemplo. Y en cualquier caso parar en seco, si es que aquello progresa de forma irreversible hacia un orgasmo no deseado.
En otros casos incluso esto es consecuencia directa de convicciones religiosas. Para algunas religiones, el disfrute en una mujer; es pecado. ¡¡¡Manda narices!!! Pero es lo que hay.