Después de bastantes intentos y casi cayendo ya en el olvido, ya me tocaba en estos recientes días y caí de nuevo en ella, viendo anuncios.
La verdad que no sabría definir esta cita, entre desconcertante y agridulce. No sé...
- Nombre de guerra: Lorena.
- Nacionalidad: Española, Madrileña.
- Forma de Contacto: 628478099 con WhatsApp.
- Fecha aproximada: Bastante caliente aún.
- Lugar: C/ Huestes, en el barrio de los toreros. San Bernardo.
- Instalaciones: Aoartamento medianamente moderno y bonito. Bastante discreto y apto para el vicio. Impecable en cuanto a limpieza y orden.
- Higiene: Impecable el sitio y ella.
- Precio: Según lo que busques y quieras hacer. Me dijo 80/100 la hora de masaje sin sexo/ con sexo.
- Edad: Puede tener tranquilamente los 24-26.
- Cara: Guapa sin ser linda.
- Pelo: Rubio, largo y limpio.
- Cuerpo: Todo natural. Está buena pero todo muy proporcionado y sin extravagancias. Andará por el 1'70 o por ahí.
- Pecho: Cabe en las manos y sobra un poquito.
- Culo: Bonito, respingon pero todo proporcionado y en su sitio.
- Piercings y tattos: Varios de ambos vi.
- Defectos corporales: No tiene.
- Actitud: Aquí la cosa me confundía bastante. Intenta agradar pero es seria. Te pregunta si todo va bien, si te molesta ésto o aquello... Y sigue a lo suyo. Lo dicho muy seria, fría, sosa... No sé cómo decirlo. Y luego, cuando ya acaba todo, es como tu colega de toda la vida... No sé. Es desconcertante!!!
- Conversación: Al final, bien, interesante...
- Besos: Nooop!!!
- Fuma: Ni idea. Sin rastros.
- Francés: No hubo.
- Forniqueo: No hubo.
- Griego: No hubo y tampoco lo creo.
- Lo mejor: Su cuerpo y figura.
- Lo peor: Pues es que tampoco sabría decir... Quizás su cara, a veces, de "para nada me gusta lo que hago".
- ¿Repetir?: Pues quizás lo haga, a pesar de todo, para darle otra oportunidad.
- ¿Recomendable?: Ahora no podría. Quizás en la
próxima. Aunque si supiera que la siguente sería igual, ya diría que NO.
- Valoración global de la experiencia: 7
- Relato:
Pues como empezaba diciendo arriba, después de bastantes intentos...
Me abre la puerta y me gusta lo que veo a simple vista. Pasamos al cuarto co baño incluido y en ningún momento hablamos de tiempo, servicios ni me pidió dinero (eso me gustó). Ella en lencería y yo desnudándome, me invitó a la ducha mientras ella hacía lo mismo. Iba recién duchado, pero al verla pensé que nos ducharíamos juntos. Por eso acepté. Pero me engaño. Una vez en el balo, me dejó sólo. Tras salir de la ducha, me invitó a tomar cama y me volviera boca abajo. Empezó el tan esperado masaje. Por los pies, subiendo por piernas y resfregando todo su cuerpo por el mío en numerables ocasiones, llegando a espaldas, cuello... Así bastante tiempo, hasta pedirme que me volviera ( hasta ahora nada de genitales). Una vez vuelto, boca arriba, sigue tumbandose encima mía con sensuales movimientos, haciendo despertar así a mi amigo. Empieza a tocarlo, acariciarlo y a jugar con él, mientras me presta su precioso culete para que juegase yo también. Ya la intensidad fue cambiando y poniéndose sería. Empecé a juguetear con mis dedos, pero creo que no le gustó, pues rápidamente se apartó. Se apartó lo suficiente para que mis manos llegaran solamente a poder acariciar su culete en pompa, pero no llegara a tocarle el chochete. Así un rato más hasta que se volvió y me preguntó si seguíamos así o quería hacer algo más (sexo). Pero cuando la miré a la cara y la vi, con esa expresión, como queriéndome decir: "como me pidas sexo, me vas a estropear toda la tarde porque no me gusta nada hacerlo", desistí en cuanto al folleteo se refería y la dejé continuar hasta que finalmente exploté entre sus manos. Me limpió, se limpió, se tumbó junto a mí y empezamos a charlar. Me contó varias cosas suyas, de su vida... A veces entre risas. Con una naturalidad asombrosa, como si nos conocieramos de toda la vida... Yo me quedaba poco menos que perplejo.
Claro, con lo seria y sosa que había ido la cosa, y luego estuvimos como 40 minutos, después de pasar el tiempo, charlando y riendo los dos en pelotas, tumbados en la cama... No sé. Me pareció cuanto menos, algo raro, fuera de lo común...
Finalmente me levanté, empecé a vestirme y una vez hecho le pregunté cuánto le debía... 80 pavos me contestó. Le pagué y me acompañó a la puerta. Salí a la calle y me di un paseo andando por el barrio, de punta a punta, pensando y tratando de analizar en mi cabeza las últimas 2 horas vividas. Eso sí, relajado, salí relajado. Luego volví al sitio, subí a mi coche y me largué.