Travesti Natasha

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El otro día sufrí un calentón vespertino, y decidí llamar a esta "traviesa", cuyas referencias son nulas, o yo al menos no las he encontrado, pero sus fotografías me ponían cachondo e incitaban al pecado y la lujuria.
Una llamada a su número de teléfono, y una escasa conversación de un minuto, fueron suficientes para abrirme los ojos, matarme la líbido y ahorrarme 100 pavos.
La información extraída en "entregas semanales", nula simpatía, y tono borde y chulesco es lo que me encontré al otro lado de la línea. Eso sí, en sintonía con las exigencias de su anuncio, donde más que follar parece que vas a la consulta del dentista.

Imagino que estará muy buena, que follará de lujo y que se regocijará todos los días mirándose en el espejo, pero su condición de puta, ejercida de modo libre y voluntario, le exigen más profesionalidad y respeto a los clientes.
Saludos a todos.