La primera impresión la verdad es que fue inmejorable, me recibió con el vestido de las fotos y con tacones, pivón total. Además daba la impresión de ser amable y transmitía buen rollo. Totalmente engañoso. Cuando empezamos el servicio se vió su verdadera cara, ni un pico, no me toques abajo, el francés con (anuncia sin). Me embadurna la polla con gel y me hace la paja más anodina que me han hecho en la vida. Aquí me dice que no sabe si podría terminar en el tiempo y que contrate una hora mejor.
Esa es la razón por la que dos medias horas cuestan menos de una hora, el intentar engatusar para que una vez metidos en faena el amigo de abajo tome el control del cerebro y pagues por la hora con la promesa de un mejor servicio.
Ya después de esto supe que esta experiencia iba a ser un desastre, así que le pedí goma para intentar terminar rápido porque me daba la sensación de que si tardaba un poco era capaz de terminar el servicio antes de correrme. Así que la tumbé y le di un ratillo así, que fue lo mejor de la cita, la foto mental de estar follándome a este pivón. Pero para nada merece la pena pagar 70 por eso.
Al terminar se va casi inmediatamente al baño a ducharse y me deja solo unos minutos. Luego me duché yo y adiós.

NOTA FINAL: 3
Lo mejor: Es un pivonazo, todo hay que decirlo, si no le hubiera puesto un 0.
Lo peor: Que aún se dedica a este oficio.