Eva Brasileña de Alberto Alcocer cuarenta y...

SimplementeQuevedo · #1 29-05-2010, 23:37

Muy buenas caballeros, os dejo un descubrimiento que he realizado por casualidad, he metido su teléfono en google y no hay experiencias en ningún hilo.
Fecha de la experiencia: 29/05/2010
Lugar: C/Alberto Alcocer cuarenta y....
Es lo que yo denomino edificio colmena, con portero que pregunta incluso antes de entrar por la escalera. Por lo visto no sabe que todo ciudadano europeo es libre de moverse por las areas públicas y la acera lo es.
Apartamento. De escasas dimensiones con cama de matrimonio, camilla para masaje(no sabe darlos) y un cuarto de baño funcional, limpio e higiénico sin lugar a dudas.
Pone incienso durante la cita pero no música ambiental.
La chica: Eva, brasileña de 27 años, no es la típica mujer exhuberante trigueña, es bastante blaca de tez, con unos ojos color aceituna preciosos, de amplia sonrisa y un precioso cuerpo. Medirá 160 y pesará sobre los 50 kilos, con dos pechos pequeños, pero que no desentonan con la proporción del cuerpo, un culo bien duro, es de suponer, que trabajado a golpe de gimnasio.
El precio del servicio: 50 euros una hora(algo que no me creí hasta que no pagué, por adelantado)
Relato de la cita. Llegué con un poco de retraso, tarde de toros en Madrid y por la via que tenía que acudir estaba muy frecuentada.
Me disculpé, a lo que Eva muy educadamente y con la sonrisa en la boca me dijo que no tenía importancia. Me dio una toalla y me dijo date una ducha. Siempre voy recien duchado a estos encuentros, pero bueno, la tercera del día me tocó en su apartamento.
Mientras retiraba ella los cojines de la cama y los dejaba en la camilla de masajes y ponía una sábana deshechable.
Al salir yo del baño, entra ella, que me había recibido con tacones altos negros, un sujetador rojo y un tanga negro que resultaba de lo más excitante.
Así que esperé a que saliese esa muchacha de la ducha, al verla aparecer, uffffffff, que cuerpo.
En conjunto, es una mujer atractiva, no digo la palabra guapa, con su sexo depilado y sus brazos que se fundieron en un gran y pasional abrazo para darme un beso de bienvenida propio de un Romeo con su Julieta.
Eva es fumadora, lo noté al instante, pero no importa, su disposición al juego de los besos entraba de lleno en lo que más me gusta de una chica de compañia.
En la cama sobre mí, sin dejar de besarme y tocar mí sexo, comenzaba la primera danza a ritmo de samba que esta mujer me proporcionaba.
De los besos en la boca, pasó a los besos en el cuello, en mis pectorales, en el torso, bajando lentamente pero inexorablemente hacía un lugar que ya de por sí había cobrado una vida propia, en un momento, estaba comenzando un francés sin digno de las mejores profesionales que he probado. Al darme cuenta que estaba excitado en demasia, le cogí con fuerza su cabeza y la acerqué a la mia, para luego empezar a ser yo, el que devorase con implacable delicadeza sus pechos, que al contacto con mí lengua, endurecian sus pezones, sus ingles y por fin, su más intimo y secreto lugar, un sexo, totalmente depilado, para empezar a realizar un cunilingus, donde ella comenzaba a retozar y esgrimir unos gemidos que poco a poco subian en intensidad.
Sin casi darme cuenta un rápido movimiento de cuerpo hizo que estuviesemos realizando un 69, donde no sabía si recibía yo más placer o era Eva la que lo hacía por su forma de mover la zona púbica acompasando como si de una penetración se tratase.
Casi al mismo tiempo llegamos al climax, aunque fuí yo quien antes terminó y a los pocos segundos ella. En este punto, ella se fue al servicio a escupir mi deleite y a enjuagarse con Oraldine, algo que hice yo a continuación.
De nuevo en la cama, me quedo estupefacto, Eva quería entrar de nuevo en acción, algo un poco improbable puesto que necesito unos minutos para poder complacerla pero empieza a lamerme lentamente, por debajo de mí sexo, los testículos, los muerde con mucho cuidado, las manos recorren agilmente el torso, hasta que van de nuevo a parar a mí pene, que comienza a erguirse para empezar de nuevo con el ritual del sexo.
Ahora es ella la que me coloca la protección y se me sube encima, con gran ansia empieza a moverse hacia arriba y abajo, yo con mis manos ayudo a mantener el movimiento, que por momentos se me hace brusco, ella de vez en cuando se humedece los labios con su lengua y se toca los pechos, momento en el que yo coloco mis manos sobre las suyas. Despues de un buen rato así, tomo riendas en el asunto y la pongo a cuatro patas. Su esbelta y blanca espalda quedan antes mis ojos mientras comienzo una acometida tras otra, cambiando de ritmo a mí criterio, ahora soy yo quien dirige el encuentro después de ser ella la que ha domiado la situación.
Un poco antes de terminar, paso a la postura del misionero, con la intención de que nuestras lenguas se vuelvan a encontrar, humedas, juguetonas, lascivas.
Ella acaricia mi culo y lo apreta contra su sexo, para sentir más placer. Llega pronto su orgamos, seguido de otro, la sensación de que está disfrutando me hace sentir poderoso y despues de bastantes minutos de besos y embestidas termino dentro de ella, con un placer aún más intenso que el de la primera vez.
Los dos boca arriba, exhaustos por más de una hora y media de placer intensa de reloj, comenzamos a hablar un poco de la vida, para pasar juntos a una ducha en donde de nuevo se escaparon besos por parte de ambos y caricias.
Una vez secado solo me quedó despedirme hasta muy pronto, porque he encontrado a una mujer sin tabues, que disfruta y hace disfrutar del sexo.
Su teléfono: 645198045

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