LEYA

Hola a casi todos:

Ayer después de estar con Sara(experiencia que acabo de relatar en su hilo). Me fuí a cenar con unos conocidos a un restaurante bastante conocido de Madrid, frecuentado por innumerables personajes de la prensa rosa. Durante la cena charlamos de todo, pero sobre todo de dónde íbamos a ir después, y todos de acuerdo con ir al Vive Madrid, pues un compañero mio de la infancia, trabaja allí de maître. Después de la copiosa cena, nos dispusimos a ir, y ya montados en el taxi, me acordé que en mi reducida agenda puteril tenía a una chica muy, muy maja, llamada Leya que trabajaba en el Hot, y que conocí hará unos 7 meses, cuando me acababa de separar. A esto que me dije: ¿por qué no?
Y la llamé, y me dijo que tenía unas ganas locas por verme, que qué había sido de mi vida, ya que llevabamos 4 meses sin vernos, que donde estaba... A lo que le dije que estaba en Madrid y me dijo que quería verme, a lo que yo que no le niego nada a una mujer le dije que sí, "donde quieras y cuando quieras" y me dijo que sobre las 4 de la mañana cuando saliera de trabajar, se iba directa para mi hotel.

Llegamos al Vive y aquello estaba a rebosar de gente, saludamos a mi antiguo compañero, que gentilmente nos invitó a unas copillas, y cada uno de los que venían conmigo se fué emparejando, pero yo no veia a nadie que me llamara la atención, hasta que apareció ella: una vieja amiga que conocí hará 7 meses, también, en el Flowers. Su nombre Natalia, preciosa mujer egipcia, con el pelo negro, y con los ojos azules más bonitos que os podais imaginar, total que os podeis imaginar: pal catre. La experiencia muy buena, pero no es de ella de la que os quiero hablar. De ella lo haré en otro momento.

A eso de las tres y media cogí un taxi y sali pitando para mi hotel, y a las 4:15 allí llego una diosa brasileña, de tez blanca, rubia, de sonrisa perfecta profiden, de tan sólo 23 añitos, increible. Charlamos de lo que nos había pasado en el tiempo sin vernos, y pasamos a la cama, ufff..., sólo de pensar en las 3 horas que hemos pasado, me pongo malo. No es mi estilo la descripción de detalles, pero os lo podeis imaginar, ¿verdad?

Lo mejor de todo es que no me quería cobrar, pero yo insistí y le hice un regalito.

Cuando se marchó pensaba en el día tan bueno que había pasado. En definitiva esta a sido mi fiesta de bienvenida a mi nueva ciudad.

Espero no haberos aburrido y perdonad mi mala calidad literaria.