Local Pitufas
Bien, hablemos de mis correrias por el local llamado Pitufas. Se trata de un local a pie de calle (C/Treviño. Telf. 915532075), con una llamativa puerta roja. Lo cierto es que da bastante corte sonar el timbre y esperar a que te habran; en ocasiones se demoran un poco, pero habitualmente te habren la puerta rápido.
Las habitaciones son tirando a cubiculos, muy pequeñas. Suelen estar dotadas de una ducha, pero el agua caliente brilla por su ausencia. Las camas son pequeñas, bajas, y están adosadas a la pared. Una de las paredes tiene espejo. Siempre me he preguntado si un "artefacto" que cuelga del techo es una cámara de seguridad.
La primera chica de la que hablaré es una rumana, de unos 22-25 años que se hace llamar "Cielo". Servicio contratado: 1 hora por 100€.
Descripción física: altura de 1,76-1,78, rubia teñida, con mechones negros, bastantes tatuajes, algunos de ellos de escaso talento artístico (p.ej.: uno de ellos debe ser el nombre de un antiguo novio, justo en la parte superior del pubis). Buenas perolas, pero un poco caídas para sus años. Blandas y con pezones sonrosados. Lleva el pubis rasurado. Huele bien. Tiene tripita, bastante, y eso que ella es tirando a delgada. Poco culo.
Servicio: no he dado con una rumana con la que no haya pensado que he tirado el dinero. En todo caso, se deja hacer, pero se ve que está resabiada. No se ducha antes. Se "supone" que ya lo está. No besa apenas, ni siquiera piquitos. Tampoco te
acaricia, ni hace ningún gesto minimamente afectivo.
Francés con, desde el principio. No me gustó lo más mínimo, y eso que es posiblemente su punto fuerte. Folleteo malo. Se deja hacer, sin poner interés. Cuando le dices que se ponga encima, pone mala cara. Ante la situación, y viendo que me iba a entrar un bajón, le digo que termine haciendome un relax manual. Durante el tiempo que le está dando, se mira el pelo y la cara al espejo. Cuando tengo la primera contracción al correrme, suelta el pene, y se pone de pie. Literal. Me corro encima de mi estómago, y ella mira con cara que no puede evitar cierto gesto de ¿asco? Flipante.
Es probablemente la peor experiencia que he tenido en este mundilo, aún sin ser traumática. La muchacha solo es apta para aquellos que busquen una muñeca a la que dar a cuatro patas, sin que ella ponga el más mínimo interés. Si se busca una relación un poco más participativa, olvidaos. Ojo, tambien es de las que te ponen la cruz cuando, otro día, tras el paseillo, ve que pasas con otra. Una joya.
|