Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes

• Nombre de guerra de la lumi: Mónica.
• Nacionalidad: Dice que colombiana.
• Forma de Contacto: Teléfono.
• Hilo profesionales:
• Web profesional:
• Fecha aproximada: Primer mes de este otoño. Día festivo.
• Lugar: Centro de Alhama de Murcia
• Instalaciones: El portal muy cutre. Luego al subir todo normal.
• Higiene: Deficiente. Ver relato.
• Precio: 40 euros / 30 minutos. 50 incluyendo lluvia.
• Edad: Dice 36. Puede ser cierto.
• Cara: Redonda y carnosa. Muy de su tierra.
• Pelo: Negro melena ondulada.
• Cuerpo: Voluminoso, pero no tan obesa como sale en las fotos.
• Pecho: No tan grande como ella dice y como se esperaría. Normalito.
• Culo: Grande.
• Piercings y tattos: No ví ninguno.
• Defectos corporales: Ninguno.
• Actitud: La antítesis de la implicación. Totalmente pasiva.
• Conversación: Nula. Solamente preguntarme mi nombre.
• Besos: Dos en la cara al llegar y casi sin rozar las mejillas. (Ahí debí salir corriendo)
• Fuma: No lo parece.
• Francés: Malo, malísimo, requetemalo. Serio candidato al peor de mi vida.
• Forniqueo: No lo practiqué si entendemos por tal el coito.
• Griego: No lo practiqué.
• Lo mejor: La lección que aprendí sobre tirar el dinero. Y que mi experiencia se lo ahorre a posibles foreros incautos.
• Lo peor: Todo: su informalidad, sus embustes, no hacer lo que anuncia, su higiene, su ‘francés’, su nula implicación…
• ¿Repetir?: Si amenazaran de muerte a un familiar y fuera la única forma de salvarlo… me lo pensaría.
• ¿Recomendable? Ya os digo…
• Valoración global de la experiencia: ¿De 0 a 10 o se pueden poner negativos?
• Fotos: No sé subirlas. Metiendo tu teléfono en Pasión salen en sus muchos anuncios.

Relato: Veo sus fotos, me gustan (en esta ocasión buscaba una mujer verdaderamente obesa pero no muy mayor) y me decido a llamarla una semana antes. Le explico que no me interesa la penetración, que solo busco oral mutuo, y beso negro, según sus anuncios, y le pregunto que si hace lluvia. Me dice que sí, que sin problema. Pactamos por todo ello 50 euros la media hora y le pregunto si se aparca fácilmente. Me dice que sí, que sin problema. Quedo en llamarla el día del encuentro al menos una hora antes para que se prepare para la lluvia con tiempo.
Llega el día y la llamo no una, sino una hora y media para asegurar la lluvia, la principal razón por la que iba. Confirmamos todo lo que habíamos pactado. Me da la dirección y me dice que cuanto esté la llame para que me diga el piso.
Al llegar no hay quien aparque, primera mentira. Tengo que meterlo en un parking de pago que me encontré por casualidad a cinco o diez minutos andando.
Subo y me encuentro la puerta entreabierta. Detrás estaba ella. Me da dos besos en las mejillas parecidos a las películas de la Francia de Versalles. Hago un intento de darle un pico, para luego seguir más adentro, y me retira la cara. Segunda mentira porque anuncia besos con lengua.
Recorremos el pasillo y me lleva a la habitación. Se oyen ruidos y le pregunto si hay alguien. Me dice que sí, que tiene una compañera pero que no se dedica a esto. Tercera mentira porque en sus anuncios dice que recibe sola. Le pago sin que ella me lo pida (aún lo estoy lamentando). Se desnuda (iba con una camiseta larga de encaje hasta medio muslo y nada más) y me dice que lo haga yo. Nos vamos al baño. Le digo que supongo que no aparecerá su compañera. Me dice que no, que está en su habitación y no sale. Y si sale no se va a morir por ver a un hombre desnudo. Me lava en el bidet más bajo del mundo y casi me abro la cabeza con el armario más bajo del mundo. Por lo concienzuda que fue con el orificio albergué serias esperanzas de que el beso negro sería espectacular. Al acabar me hace una mini mamada de quince o veinte segundos. “Así tienes un aperitivo y se te va poniendo durita”. “Ahora me lavo yo…” y se pone a ello con igual detenimiento.
Me dice que me acuesta y empieza con el francés… Muy malo. Malísimo. La historia de siempre: una masturbación -mala, por cierto- rozando levemente el glande con la punta de la lengua NO es una felación, caramba.
Después de un rato, que no permití que se alargara mucho, le dije que se sentara en mi cara, que quería comer yo. Se coloca en posición 69 y al colocarse me doy cuenta de que la higiene genital estaba correcta, pero el resto del cuerpo… ¡Ay el resto! Yo creo que la última vez que se duchó fue para la anterior nochevieja. No me extiendo en detalles para ahorrarme el desagrado de recordarlo.
Me pongo a lo mío y me concentro en lo que yo estaba comiendo, porque su francés no mejoraba en el 69. Al poco empieza a agitar la respiración, a retorcerse y a decir cómo le gustaba y que se iba a correr. Pensé que era teatro, pero los pezones, que le estaba acariciando, se le pusieron de repente duros como piedras y se mojó abundantemente.
Tras la normalización… le digo de ir a la lluvia. Me pregunta cómo y dónde y se lo explico. Y aquí viene el esperpento: Que si no me sale, que si espera, que bebo más agua, que apago la tele para concentrarme, que tenía muchas ganas, que voy al baño a abrir los grifos, que será la corrida tan grande que he tenido cuando me lo has comido, que espera que me agacho y así seguro que me sale… Al cabo de más de diez minutos lo tenemos que dejar. Cuarta mentira porque me garantizó la lluvia sin problema.
Intento explicarle que si el servicio no se corresponde con lo pactado, procede una devolución parcial de la pasta que le he entregado previamente; porque los tratos son los tratos. Naturalmente se niega y me dice que no es culpa suya. Yo le digo que menos todavía es culpa mía, que si tú pagas una tarta y luego no te la dan, aunque no sea culpa del pastelero, lo que no hacen es cobrártela… pero se cierra en banda argumentando que el servicio de media hora con o sin lluvia es de 50 euros. Quinta mentira porque en la primera llamada telefónica una semana antes me dijo que 40, y al preguntarle por la lluvia fue cuando añadió esos otros 10.
Me resigno y le digo que para acabar y antes de correrme me haga un beso negro. Se pone a ello empezando por los huevos, y bajando… pero no baja más de un centímetro más del escroto. Es decir su lengua estaba en la parte del perineo más cercana a los testículos que al ano. Mis intentos subiendo las caderas e incluso empujándole la cabeza son inútiles y desisto. Sexta mentira porque en sus anuncios dice que hace beso negro.
Total… “hay que acabar esto como cuando te sale un toro pésimo: estocada como pueda ser y a otra cosa” me dije; así que le dije que me comiera los huevos mientras yo me masturbaba y que estuviera atenta porque cuando me fuera a correr se lo diría y se la metería en la boca para correrme en ella.
Así lo hice y le sujeté un poco la cabeza para que no la retirara y recibiera hasta la última gota. Luego, cuando me hacía gestos de ir a escupirlo le dije que primero me lavaría yo en el lavabo.
A partir de ahí ni una palabra. Me vestí, cogí la puerta y me largué sin decirle ni adiós.

Resumen:
Dice fácil aparcamiento y es mentira.
Dice besos con lengua y es mentira.
Dice sola en casa y es mentira.
Dice lluvia y es mentira.
Te da una tarifa y es mentira.
Dice beso negro y es mentira.
Los bajos correctos. El resto del cuerpo huele muy mal.
Francés lamentable.
Si os sobran 50 pavos, dádselos a Cáritas.