A veces pienso que yo debo tener algo que atrae el frikismo sobre mí, porque incluso cuando trato de ceñirme a la 'normalidad', el caso es que siempre pasa algo extraño, curioso o insólito.
El caso es que María ha reaparecido. María, una cubana negra y madura y no gorda, sino jamona: muslos anchos, barriguita y buen culo y, sobre todo, una verdadera fiera. La contacto por casualidad: se anunciaba como negra y madura hotel-domicilio (aunque debo decir que llamé a ese anuncio porque ella hace años se anunciaba así) y la reconocí por la voz, como los de Gomaespuma. Me dice que de momento no tiene apartamento, pero que si quedamos en una hora me dice donde. El caso es que el jueves me dijo que por la calle del
Príncipe y el viernes, cuando la llamo para confirmar, me dice que en la calle Santiago.
Ahí viene lo bueno, porque el polvo pareció patrocinado por Alberto Ruiz Gallardón. Quien conozca la calle Santiago sabrá que es paralela a Mayor y que es de la zona que está en obras constantes. Ahora solamente hay un portal en obras, apuntalado y con unos parapetos que para sí los quisiera el bunker del Führer: precisamente aquel en el que yo iba. Llego, llamo y si por fuera parecía que me iba a meter en las obras de la M-30, por dentro la impresión se acentuaba: vigas, puntales, cemento... Y encima me dicen que María no está, que probablemente en media hora y que mejor que espere en la calle.
Bajo, me separo un poco del portal y como a los quince minutos baja María -porque yo no llevaba móvil para confirmar con ella de nuevo-. Subimos, esperamos en una sala de espera bastante cutre para que nos arreglen la habitación aunque una vez dentro de ella la cosa cambiaba, porque era bastante decente, salvo el detalle de que el cuarto de baño estaba 'empotrado': es decir, que abrió la puerta del armario y dentro estaban el bidet y el lavabo. Pero al menos, limpio y nuevo.
Recordaba a María como una verdadera fiera y desde luego no ha cambiado. La chupa estupendamente, cuando pasé yo a comerle el clítoris se corrió no una, sino dos veces, aparte de rugir, decir obscenidades y jadear como una fiera. No sé hasta qué punto fingirá y hasta qué punto le gustará, pero creo que hay mucho más de lo segundo que de lo primero porque si finge, lo hace muy bien y a mí me vale (ya sabemos que Supermán no vuela, pero en la peli queda bien). Se pone encima, debajo, a cuatro patas, de frente... Lo único, que si no tienes un buen autocontrol, lo más seguro es que te corras en poco tiempo. Yo estuve a punto pero me controlé al final me decía que conmigo se podía pasar una noche y de hecho me dijo que me hacía precio especial cuando quisiese.
Igual parezco muy entusiasta pero creo que no debo ser el único: en la hora que estuvimos le sonó el teléfono cinco veces (sólo atendió una vez, cuando ya nos íbamos y mientras ella se lavaba pero a otro al principio le miró el número y dijo "uy este. Ya llamará luego"). Dice que 'hace de todo'. Me quedé con la duda de qué debe ser el 'todo', porque como yo soy un tanto tímido para ciertas cosas no lo pregunté, pero la
próxima vez, veremos. Griego la oí por teléfono que sí y de lo demás... sí creo que hará muchas cosas. A ver si la
próxima vez me animo a preguntar.
Descripción: dice que tiene 41 pero creo que de los 50 no baja. Cubana negra negra africana, 100 de pecho pero creo que algo menos, pezones largos, barriguita, buen culo y muslos anchos. Más bien jamona. Y una máquina. A mí me dejó exhausto del todo.
Precio: 80 por una hora. Teléfono 626835605