Animado por las buenas referencias que leí en algún sitio sobre Susy - madurita brasileña
([Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ]) y dado que a mí las maduras me ponen mucho, me animé a visitarla hace unos días.
El piso (lo poco que ví) me pareció que estaba bastante bien. Me contaron lo que costaba el servicio y contraté 1 hora por 70 Euros a pesar de que andaba con el tiempo justo (gracias, alcalde, por las obras) pero tampoco quería andar apurado.
Llega Susy y me llevé un chasco monumental. No me pareció guapa de cara en absoluto y encima tenía brackets, con lo que me dio un mal rollo de la leche (a ver si me da un bocao con eso puesto y luego tengo que mear con una sonda). Y además, tenía poco culo.
Me cuenta en qué consiste el servico: masaje y luego acabar como quiera.
Sin ofrecerme una ducha me dice que me tumbe en la camilla boca abajo y empieza a masajear, bastante normalito, yo más diría que era frotar sin más. Al cabo de un rato, media vuelta y sigue "frotando" hasta que llega a las zonas nobles. Ahí el asunto empieza a cambiar y cuando ya estaba yo animao, empieza a echarme aceite caliente y a pajearme y creo que se me puso duro hasta el páncreas.
Acto seguido empieza a hacerme un francés que no era nada del otro mundo (como os podéis imaginar me había olvidado del aparato de los dientes) y le digo que pasemos a la cama (puso una sábana que había vivido tiempos mejores).
Segundo acto: un polvo multipostural correcto y poco a poco se fue poniendo cachonda.
La experiencia no fue del todo mala, pero me había creado otras expectativas, sobre todo porque pensé que ella estaba más buena.
Lo mejor, sin lugar a dudas, lo del aceite caliente, aunque no es suficiente para repetir.
Por cierto, usa una crema para el masaje que deja un olor que para quitarlo te tienes que rascar con estropajo.