Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes

FECHA DE LA EXPERIENCIA: Ago-2007
NOMBRE DE LA CHICA: Natalia
NOMBRE DE LA AGENCIA: Independiente
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DIRECCIÓN: Barcelona - Zona Meridiana / Felip II.
TELÉFONO DE CONTACTO: 696 084513
TARIFAS NOMINALES: 150 € /h.. Estuvimos más tiempo.
DETALLES DE LA AGENCIA: Apartamento con terracita. Muy limpio, te ofrece bebida, amabilísima.
DETALLES DE LA CHICA: Rusa, 30 años?, altura mediana, rubia (largo y liso), delgada, fuma (pide permiso), majísima, habla bien español.
PUNTUACIONES DE LA CHICA: guapa (todo es relativo: para mí guapísima, ojos verdes hipnóticos), Físico:cuerpo estilizado, piel suave, hermosos senos (talla 95?), culito hermosísimo, depilada, trato amabilísimo. Chica inteligente, conversadora (o no, según tu vehemencia), Francés: E; Trajineo: E; Implicación y valoración global: E (mejor que una novia: siempre pendiente de tí, de agradarte y de mimarte. Bueno, depende de la novia…).
¿Repetirías? Si te dicen que caí....
EXTRAS SEXUALES: Francés sin SI; Terminado oral, facial, etc. NI IDEA (imagino que alguna variante sí); Besa SI; Griego (SI: coste extra); Sado NI IDEA; Masajitos previos y/o posteriores: NI IDEA (no estuvimos por la labor).

Aviso: NO voy a ser objetivo. Natalia es una dulce muñequita, elegante, pasional y majísima como persona. Una excepcional amante nada "fría".
No sabía si en pleno agosto estaría disponible. Le mandé un SMS, pero por discreción no me respondió.
Llamé de tarde-noche y quedamos en 30 min. Algo en mi voz le pareció familiar y preguntó si nos conocíamos: hacía 3 meses que la visité por primera vez.
RELATO: Edificio sin portero. Poca concurrencia en la escalera. Ella está muy atenta a preservar tu/su discreción, tanto al llegar como al irte.
Al verme se acuerda de mí y me llena de besos (de los de "hola cariño"). Me ofrece bebida, me pido un cubata y me invita a ducharme.
Me proporciona toalla limpia y cuando salgo de la ducha tengo mi bebida lista y ella se ha quedado en ropa interior: preciosa.
Seguimos charlando y me vuelve a llenar de besos (ahora de los de "cállate cariño") hasta el páncreas. Caemos rodando por la cama y nos damos una profunda sesión de caricias y besos (valga la "profundancia") que desemboca en un larguísimo ejercicio lingual en su sexo y alrededores. No es ni vociferanta, ni actriz y más parece que trata de reprimir sus jadeos. Tarda algo en reaccionar pero acaba por aceptar que disfrutará el momento: empieza por pellizcarse los pezones, ayuda a mis labios contra los suyos con un dedo en su clítoris, sus crecientes humedades me permiten llegar a masturbarla con hasta tres dedos en su vagina, y me obsequia con la visión de su cuerpo boca arriba, arqueando la espalda y su melena colgando al borde de la cama. Cíclicamente cada pocos minutos la tensión aumenta, y su respiración se alboroza y entrecorta. Cuando en una ocasión nuevamente se curva sobre el lecho, eleva su vientre, se agarra las nalgas con ambas manos y de su monte de Venus parece nacer un músculo interno que llega hasta el valle de sus senos. El músculo es suavemente sacudido por unas cortitas convulsiones. Aprovecho para pellizcar inocentemente sus pezoncitos mientras aumento el ritmo de mi lengua sobre su clítoris. Su pompis cae sobre el colchón. Se incorpora un poco, cruza las piernas, me mira con una brillante y esperanzadora mirada y con el semblante serio y su voz grave me suplica que no siga; que ahora "lo" tiene demasiado sensible. Aguarda mi reacción (asiento) y acto seguido tira de mí para tumbarme sobre la cama y hacerme un francés para recordar. Una mano acompaña mi miembro pero no para masturbarme sino para dirigirlo mejor entre sus fauces, la otra se ocupa de mis testículos. No se detiene. No alcanzo a discernir si la lubricación proviene de su lengua o de mi pre-seminal, pero Natalia no tiene ninguna prisa en que yo termine, ni ninguna intención de hacer un intermedio que no sea de medio segundo para ver mi semblante.
Cuando decide empreservatizarme es porque su prohibitiva sensibilidad ha disminuído y ahora es mi turno. Su lengua libera mi falo para deshacerse en mi paladar. Un hábil y profundo beso más que dirigirme me arrastra hacia sí, hasta colocarme sobre ella y con sus talones plantados en mi trasero empuja mi alma hacia sus entrañas por entre sus más dulces labios. Sigue tan lubricada que apenas siento el balanceo de su cintura engulliéndome, así que sin abandonar el cálido cobijo de sus caderas, me pongo a horcajadas sobre ella, casi sentado en sus muslos, para seguir bombeando el bamboleo de su erizado busto. Ahora empiezo a sentirla. He juntado sus piernas y rectilínea sobre el lecho se agarra con ambas manos al cabezal de la cama. De nuevo aparece el músculo bajo su monte de Venus, subiendo hacia su ombligo, pero ahora es más corto… es que es mío. Ella muestra su sorpresa: esto debe ser poco habitual. No comment.
Cuando se me empieza nublar la vista decido cambiar: Natalia atiende mi deseo con la mejor voluntad. Me arrodillo ante ella, la sitúo de costado, mi mano izquierda asiendo la parte interior de su muslo izquierdo, mi derecha bajo su nalga derecha. Mantengo sus caderas en el aire mientras embisto con... con... ¿violencia?. La visión de su cuerpo convulsionado rítmicamente por mi pasión animal, me hace rememorar alguna experiencia primeriza, cuando por un momento piensas que "ella se va a quebrar". Natalia toma ritmo para acompañar mi deseo y vuelve a gemir. Yo me vacío.
Estoy exhausto.
Hubo segundo round, pero ya me he extendido demasiado. Fantástico. Dos detalles:
Uno. En la segunda parte me pidió que no quería correrse de nuevo porque estaba agotada. En un momento tomé de nuevo el mismo sendero: noté el "crescendo" de su cuerpo e intuí su mirada de desaprobación. Abandoné para respetar sus deseos. No dijo ni "mu".
Dos. Al salir fuí yo quien mencionó formalizar la compen$ación indicada en la web.
Terminamos en un bar tomando un café como viejos amigos. Tuve que sentarme porque me temblaban las piernas. Se lo confesé. Me besó.
Saludos.
PD: Perdón por la paliza. Ha sido la emosión.