Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes - Anais

Buenas,

después de mucho tiempo sin ejercer, hice recientemente un I+D y tuve la experiencia más surreal y desastrosa de mi vida (aparte de mi matrimonio).

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Perdonad que ni use plantilla, pero es que no vale la pena. Ahora veréis por qué.

Me da por buscar alguna tetona y encuentro a esta señora.

Me ofrece por teléfono masaje con "interacción de todo tipo" y uno o dos finales manuales, cubana o francés por 60 € / 1H en tatami. Accedo y voy.

Voy a la zona acordada (metro Sáinz de Baranda) y me abre una señora que ya me había encontrado en el pasado pero que se anunciaba con otro número (por O'Donnell entonces). Pasé adentro porque sabía que no me había gustado pero no recordaba por qué.

La señora en cuestión (sí, señora... bien entrada en años) me empieza con un masaje "erótico" que en realidad es un manoseo rígido que parece que me estuviese apaleando. A continuación empieza a restregarme las tetas como si se las estuviese rascando contra una pared. La cosa menos sensual que he visto en mi vida.

Pero lo peor es cuando se acerca más con su cuerpo y empiezo a notar como si me estuviese yo restregando contra un cactus; las patas peludas como las de un tío, tanto que te pinchaban, al igual que el culo y todo lo demás. ¡Más pelos que en mis piernas!

Tenía tapado el chichi con bragas, y no se lo deja tocar. ¡Afortunadamente! Porque lo siguiente fue al levantar la axila y ver el tufo que salía de ahí. Como para arriesgarse a tocarle abajo y pillar cualquier tipo de infección. El aliento, cuando se acercaba, iba en consonancia con todo lo demás.

El asunto obviamente terminó en que no me podía ni correr con la paja/pseudo-cubana/whatever. Salí de allí como pude, me duché (importante porque te embadurna tanto en aceite que pareces una sardina, y por cierto un olor de aceite rancio que me estaban dando arcadas).

Pero ahora viene lo divertido... la tía que no es tonta y sabe que nadie en su sano juicio repetiría con ella, tiene como 12 o 13 teléfonos móviles sobre la mesa. Le pregunté que por qué tantos y me dijo que cada anuncio lo tiene con un número distinto.

Así que ALERTA NAVEGANTES... puede haber decenas de números distintos que conduzcan al mismo orco, así que si os dicen que es en la calle Rafael Salazar Alonso (omito el nº), como decía Gandalf... ¡HUID, INSENSATOS!