Repetiré

NOMBRE DE LA CHICA: Liz
NACIONALIDAD: Venezolana
TELÉFONO: 603157923
HILO:
ZONA: c/ General Martínez Campos. Metro Iglesia
TARIFAS APLICADAS: 30€ 1/2 hora, 50€ 1 hora con relax manual. Si quieres que se desnude, súmale 10€
EDAD APROXIMADA: 29 ó 30 años
CARA: Chica de pelo y tez moreno. Cara redonda con rasgos latinos.
FÍSICO: Tiene la piel morena y el cuerpo sin grasa. Es normal. Pecho operado de tamaño mediano-grande (no grandó). Culo bien colocado, ni grande ni pequeño. Completamente depilada. Luce dos tatuajes, uno en el tobillo y otro en la cintura.
BESOS: en la mejilla. Piquitos no intenté, pero tampoco me apetecía. No parece nada “amorosa”
FRANCÉS SIN: No pregunté
GRIEGO: No pregunté.
FUMA: Ni idea
IMPLICACIÓN: Buena.
INSTALACIONES: Edificio sin portero pero en calle transitada. Piso con varias habitaciones que comparte con otra(s) compañeras. La habitación que me tocó era pequeña, calculo que 160 X 250. No tiene ventana, y sólo cuenta con un colchón en el suelo, una mesita y una silla. Te puedes duchar en un baño anexo. Toalla limpia, zapatillas desechables (pero posiblemente reutilizables).
VALORACIÓN GLOBAL DEL SERVICIO: 6
¿CHICA RECOMENDABLE?: NO si buscas marcha. SÏ si quieres pasar una rato relajado, con un masaje agardable y un relax placentero
¿REPETIRÍAS?: Probablemente, si me pilla por la zona.
LO MEJOR DE ELLA: Servicio y atención.
LO PEOR DE ELLA: Realmente nada. Siempre todo puede ser mejor, pero no encontré nada malo. Comentar que no se muestra cariñosa, pero eso también depende del feeling que tenga con el cliente.

Experiencia: me recibe puntual y me conduce a la habitación descrita. Me pregunta cuánto tiempo deseo y le indico que una hora. Le pregunto que si ofrece masaje cuerpo a cuerpo y dice que “un poquito”. Me desnudo, pido ducharme (no me lo ofrece) y regreso aseado. Me tumbo boca abajo y ella se desnuda por completo. El masaje comienza por los pies (antes pregunta si te gusta que te toquen los pies), continúa por las piernas para acabar en la espalda. Se toma su tiempo, es un masaje de media presión y no evita introducir las manos entre los muslos rozando tus genitales. Es conversadora si le das conversación; si callas, ella respeta tu deseo.
Más de la mitad del tiempo lo pasas boca abajo, así que cuando te das la vuelta, sólo queda tiempo para ir directamente al grano. Con las manos aceitadas, comienza a masajear tu pene, con suavidad, tanto la base como el glande. No “toca la zambomba” ni persigue hacerte acabar rápidamente. Ma pregunté si podía acariciarla, me dijo que sí, así que con su aplicación y mis caricias me corrí como un bendito. Ella, con suavidad y sin prisas, continúa acariciándote el