Nora 632046222

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Llevaba meses, o años, viendo anuncios de esta chica a la que no me animaba a llamar a pesar de que me atraía. Ya era hora, así que marqué su número y me respondió enseguida. La primera impresión fue la de una chica seria, pero en el buen sentido. No seca ni borde, sino directa y transparente, informándome de las opciones de sus masajes, que podían ser en camilla o tatami por idéntico precio de 50 euros la hora. Por cierto, no sé de donde era el acento, pero española no era, aunque se la entiende a la perfección.

La zona por el Bernabéu me pilla fenomenal así que acordamos hora. La zona es buena y el edificio no desmerece. El apartamento muy sencillo y sin decoración, se nota que no vive ahí. Pero bastante más que correcto, limpio, con camilla, tatami, sábana desechable y buen baño con buena ducha que puedes usar al principio y al final.

Nora no es muy alta, no tiene un cuerpazo, no es un bellezón, pero me atrajo bastante. Sonríe poco, habla poco, pero me dio la impresión de buena persona, sencilla, directa y honesta. Medirá 1,60 y le sobra algún kilo, pero no gorda. Atractiva para mi gusto como dije, pero no llamativa. Me recibió vestida con unos leggins y camiseta sin enseñar ni insinuar nada.

Me tumbo boca abajo desnudo en el tatami y oigo como que se quita algo de ropa, pero en mi posición no veo nada. Se dirige al tatami unos segundos después y empieza un masaje en la espalda que me pareció correcto; idea tiene. Sin pasarse de tiempo ni ser demasiado breve en la primera fase pasa a mis piernas, donde ya empieza a escapársele algún roce esporádico a mis testículos provocándome unas cosquillas muy agradables.

Acabada la segunda fase vuelve hacia mis espalda y hombros, pero ya no era un masaje sino unas caricias. Y en este momento noté el contacto de su piel, por lo que se había quitado bastante ropa, aunque aún no sabía cuánta. No besa ni acerca la boca a mi cuello u orejas, con lo que a mi me gusta, pero las caricias que me estaba haciendo también me daban mucho placer.

Pasados otros 10 minutos de rigor, calculo, me pide darme media vuelta y ahora sí puedo verla. Se había quitado toda la ropa excepto un bonito tanga, y me entretuve mucho mirando sus bonitos pechos. En este momento puedo decir que eran lo mejor de su anatomía. Me parecieron preciosos, no excesivamente grandes pero se los veía firmes y muy bien formados. También me fijé mejor en su cara, otra vez. Como dije es guapilla, en persona se la ve con algunos años más que los de las fotos de Milanuncios, pero no creo que más de 5 o 10 (ahora le calculo unos 35).

Me entrego al disfrute y dejo que me acarice de arriba a abajo, desde la punta de los pies hasta mis hombros, haciendo paradas estratégicas en mi pene pero sin buscar la corrida rápida; se tomó su tiempo. En algunos de los movimientos se reclinaba sobre mi lo suficiente como para que sus pezones me rozaran medio segundo, pero no más. En realidad no facilitaba el contacto con su cuerpo, poniéndose a la suficiente distancia como para que yo tuviera que esforzarme en tocarla, cosa que no hice porque respeté su deseo de no ser acariciada (aunque en ningún momento se mencionó el tema, pero se sobreentendía). No quería estropear el momento poniéndola tensa o incómoda: si no sugiere que la toque yo no lo iba a pedir, prefiero que sea algo solicitado y disfrutado por ella.

Como es lógico se acercaba el final, y lo hizo muy bien. Rodeaba mi pene con sus manos con la suficiente superficie y con la suficiente presión para que disfrutase de lo lindo, por lo que me corrí muy agusto.

No hay más que contar, solo resumirlo en una frase: chica discreta pero suficentemente atractiva (para mi), poco habladora y poco sonriente pero honesta y no relojera, a la que se puede mirar semidesnuda pero no tocar, y que te toca a ti muy bien por un precio dentro de mercado en unas instalaciones muy correctas.