Rusas en la Gran Vía
Acaban de aterrizar. Son dos, Irina y Nina, ambas de San Petersburgo. Hablan muy bien español y parece que ya llevan algunos años en Madrid, aunque yo no me las había topado nunca. Irina recuerda un poco a Kristina, de Blanco Argibay, aunque algo más potente. Es, desde luego, guapísima, igual que su compañera Nina, un poco más delgada, dulce, sonriente y estilosa. Son muy enrrolladas y me trataron como si me conocieran de toda la vida. Querían montárselo las dos conmigo, pero a mi megustan las chicas de una en una, así que opté por Irina, con quien ya había hablado por teléfono.
Reciben en un piso alto de Gran Vía, 47. La camilla está en el salón, bastante espacioso y acogedor. El baño, al lado, es aceptable. Te dan toallas relimpias y zapatillas envuelts en celofán, pero para dos pasos que hay al baño no vale la pena calzarlas. Yo había pedido, por probar, un masaje relajante de media hora que me habían ofrecido por 30 €, pero me explicaron que sus servicios son muy amplios. La verdad es que no sabría decir hasta donde pueden llegar, pero mi impresión es que muy lejos.
El masaje empezó muy bien, con caricias por el culo, pero cuando quise darme cuenta ya tenía una de mis manos entre los muslos poderosos de Irina. Hice una exploración tentativa y enseguida me encontré con su coñito envuelto en una braga de seda. No puso ninguna pega, así que, animado por su condescendencia, le pedí que se la sacara para acariciarla mejor y la arrió hasta los pies como una bandera al toque de queda. El vestido voló acto seguido y yo mismo me encargué de soltarle el sujetador. Entre caricias, mimos y arrumacos, a la zarina no se le escapaba una y me proponía jueguecitos con su precio adosado. Si quieres que participe mi amiga, tanto. ¿Quieres que te haga un poco de francés?, cuanto, y así sucesivamente, pero todo con muy buen tono, con pretendida timidez, porque la chica se las sabe todas y es melosa, golosa y zalamera. Ideal para pasar un rato estupendo con una chica de bandera (a quien le gusten las rubias guapas de cadera potente, tipo Igartiburu)
En resumidas cuentas, me sorprendió la frescura y trato amistoso de las dos chicas, tan infrecuente en las rusas y también la amplia gama de servicios que ofrecen. En media hora no dio lugar a mucho, pero me parece que vale la pena ir con tiempo y negociar con ellas los servicios que se quieran. El abanico es amplio, seguro, y, como están empezando, creo que las tarifas también pueden ser negociables. No me preguntéis cuáles son, porque sólo me acuerdo de lo que pagué por media hora de masaje de relajación, que luego terminó en otra cosa, un hecho excepcional, sin duda, algo así como la degustación del primer día.
Espero con ansias vuestrros comentarios que, a lo mejor, no coinciden exactamente con los míos. Eso ya se verá. El teléfono es 639455121. Suerte y ¡al toro!
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