Las hepatitis B y C, son unas enfermedades del hígado producidas por unos virus VHC y VHB respectivamente.
Cuando estos virus están presentes en el organismo los síntomas pueden ser mínimos o ausentes. La ausencia de síntomas no significa la ausencia del virus en el organismo ni la posible evolución hasta problemas graves del hígado tales como la cirrosis o el cáncer.
El virus de la hepatitis B se transmite la mayoría de las veces por contacto con la sangre (por ejemplo, compartiendo inyecciones o por la falta de higiene al hacerse un tatuaje o un piercing), o durante el contacto sexual. La sangre, el semen, el líquido preseminal y en menor medida, la saliva y la orina pueden transmitir la hepatitis B. El sexo vaginal sin protección y el sexo oral son las formas más comunes de transmisión de la hepatitis B aunque otras prácticas podrían transmitirlo teóricamente, como por ejemplo, el beso negro. La mayoría de la gente se recupera de la hepatitis B sin tratamiento, sin sufrir efectos secundarios y al eliminar el virus, dejan de ser infecciosos. Sólo se prescribe tratamiento cuando se convierte en crónico. Si tras seis meses infectado no se eliminó el virus significa que se tiene la forma crónica de la enfermedad. Suele ocurrir en un 10% de los casos. Los medicamentos, generalmente con Interferón, controlarán la producción de virus de manera que el daño en el higado no sea serio.
La transmisión del virus de la hepatitis C se hace por la sangre. Por eso las prácticas S.M., que pueden provocar sangrado, presentan un fuerte riesgo de contaminación. Por ejemplo, usar una fusta sobre varias personas puede transmitir el virus de una a otra si sangran.También se transmite al compartir agujas y algunos utensilios de uso personal como los cepillos de dientes o los canutos para esnifar cocaína. La hepatitis C no sólo es la más seria sino también la que más tiende a volverse crónica (se calcula que entre un 50% y un 80% de los casos) con el riesgo de padecer cirrosis o cáncer de hígado.
El riesgo de transmisión de la hepatitis C por relaciones sexuales es muy poco común. Este riesgo sólo existe en caso de relaciones vaginales y anales sin protección en las que se produzca sangrado y aumenta en caso de que uno de la pareja esté infectado por el VIH o una ETS. Puesto que el VIH y el virus de la hepatitis C comparten muchas de las mismas vías de transmisión algunas personas tienen lo que se conoce como coinfección por ambos virus. Las personas con coinfección por VIH y hepatitis C es seria ya que parece que el VIH puede acelerar el curso de enfermedades hepáticas relacionadas con la hepatitis B y a la vez la hepatitis acelera el proceso de la infección por VIH. El tratamiento se hace con antivirales.
¿ Cómo protegerse ante el VHC y el VHB ?
Cuando se hace uso de agujas, sondas o jeringuillas, usar un material estéril y de un solo uso.
Si eres consumidor de drogas, no compartas tu material (agua, cuchara, algodón, aguja o jeringa, etc…) Si esnifas, no compartas tu pajita.
Para el piercing y el tatuaje, debes ir a una tienda especializada y enterarte antes de las medidas de esterilización e higiene que aplican.
No compartas tus objetos personales y tus objetos de baño que pudieran tener sangre (cuchillas de afeitar, fusta, consolador, etc... Y, por supuesto, tu cepillo de dientes)
Usa preservativo para la penetración vaginal y anal y si se trata de sexo en grupo utiliza uno distinto para cada persona. Para el beso negro puedes reducir el riesgo de transmisión de hepatitis B usando un cuadrante de latex o un preservativo abierto.
Y sobre todo tienes que saber que existe una vacuna eficaz contra el virus de la hepatitis B. Háblalo con tu médico si aún no estás vacunado o para saber si una nueva podría hacerte falta. Antes de realizarla se practica un análisis de sangre. Si la persona ya estuvo expuesta al virus ahora tendrá inmunidad natural y no será necesario vacunarse. La vacuna consta de tres dosis en un período de seis meses. Como con los años el nivel de anticuerpos puede haber bajado puede ser necesario tomar una dosis de recuerdo. Cada cinco años es recomendable comprobar si es necesaria. Las personas con inmunidad natural por haber sufrido alguna vez la infección no la necesitarán. La vacuna de la hepatitis B no representa ningún riesgo para las personas seropositivas. Puede aumentar brevemente la carga viral pero es temporal y suele volver a los niveles previos a la vacuna sin efectos posteriores. Si eres seropositivo es especialmente importante que consideres la posibilidad de vacunarte, tanto de la hepatitis B como de la A para la que también existe vacuna ya que el riesgo de convertirte en protador crónico es mayor.
Espero haber ayudado para sacaros de dudas. Saludos.
Quiero agradecer a madriles41 esta exposición sobre ETS
y a llino 77 la continuación de la información complementaria sobre el mismo asunto
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Como no hay botón de dar las gracias en los hilos citados he de hacerlo de esta forma y esto me permite recordaros que, a partir del día uno de septiembre, han entrado en vigor las restricciones de asistencia sanitaria a emigrantes impuestas por el Gobierno ( ver un post anterior mio) y aplaudidas fervorosamente por el PP. No se nos debe escapar que esta nueva situación supone una disminución importante en el control de estas enfermedades ya que, en el colectivo de trabajadoras /es del sexo, hay un importante porcentaje de afectados por estas medidas. De refilón, nosotros, los consumidores, también nos vamos a ver afectados. Parece conveniente no bajar la guardia y ser cuidadosos en nuestras encuentros por respeto a nosotros mismos, a los demás y a nuestras familias. Una locura aquí puede convertirse en una LOCURA