Mi vez número tropecientos... - Foro Spalumi

    
Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes  


Regresar   Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes
Registrarse Ayuda Comunidad Temas de Hoy Buscar
Live Girls SPALUMI TIEMPO REAL

Relatos Eróticos ¿Te sientes inspirado? Recreate!

Responder
 
LinkBack Herramientas Buscar en Tema Desplegado
  #1  
Antiguo 28-11-2007, 21:32
Inactivo
 
Fecha de Ingreso: Oct 2007
Mensajes: 148
Gracias: 0
Agradecido 0 Veces en 0 Posts
Predeterminado

Mi vez número tropecientos...


Me da la sensación de que este es el lugar adecuado del foro para contar mi historia... aunque sea una historia real.

No soy muy dado a escribir mis cosas, prefiero reservármelas si son íntimas, pero...

Esta mañana tuve una conversación con una amiga del foro. Bueno, para mi, más que amiga. Mi confidente. Mi cómplice. Mi compinche. Mi musa. Y más que eso.

El caso es que me contó una anécdota, simpática, en la que la diferencia de altura entre los protagonistas jugaba un papel esencial. Y era divertida. Y nos reimos.

Al margen de ello, no quedó fuera una cierta valoración (por mi parte) de la situación, desde una perspectiva más seria. El caso es que la conversación me recordó un pasaje de mi vida que nació en un cierto restaurante.

Luego, las cosas del destino, había quedado a comer con un compañero de profesión y amigo.

No sabía dónde habíamos quedado para comer. Así que, poco antes de la hora, le llamé para preguntarle. Su respuesta, casualidades del destino, fue decirme que iríamos a comer a "E.G.B." (bastan las siglas), un restaurante-marisquería que está en Madrid, en la calle Goya. El mismo restaurante en el que había nacido el pasaje de mi vida que previamente había recordado.

El caso es que, tanta machaconería del destino, ha hecho despertar en mi la necesidad de contaros esa historia.

Y empiezo.

Era un mediodía. La hora de comer, No hace mucho tiempo. Pocos, muy pocos años.

Yo había quedado a comer en el restaurante que os comento, con la misma persona que hoy.

Nos sentamos en una mesa para dos. En la planta baja.

Cervezas, algo para picar...

En la mesa de enfrente se estaban sentando tres comensales. Dos hombres y una mujer. Ella era morena, bastante guapa, para mi gusto.

Pedimos una centolla (para dos) y, también los dos, cogote de merluza.

Lo regamos con albariño (dos botellas, si no recuerdo mal).

Dada nuestra amistad, mi compañero y yo manteníamos una conversación fluida, amena, llena de anécdotas y, de vez en cuando, se nos escapaban las risas.

Entre frases y frases, yo, que tenía enfrente a la mujer de la otra mesa, no dejaba de observar como me miraba. A veces fija y continuadamente. Y yo, que paciencia y aguante si que me ha dado Dios, mantenía su mirada mirándola a ella como un reto.

A ojos seguro que me ganaba. A belleza, sin duda. Pero el caso es que, en esa lucha de miradas, que se produjo cada ciertos, pocos minutos, ella acababa sonriéndome y desviando su atención hacia sus interlocutores.

Asi, entre charlas dispares, cada uno en su sitio, transcurrió la comida. Ella en su lugar, pero yo creo que conmigo. Yo en el mío, y desde luego más con ella que en otro sitio.

Al terminar de comer, ellos se levantaron de su mesa segundos antes que nosotros.

En ese momento tuve oportunidad de verla entera. De una pieza. Preciosa. Más de 1,80. Cuerpazo. (Esto lo digo porque yo no paso de 1,67, bien estirado).

Hago aquí otro inciso para haceros saber que, a lo largo de mi vida, siempre que he comido con un hombre me han invitado y siempre que he comido con una mujer (salvo la última, salvo la última... ) he invitado yo.

Sigo el relato.

En la calle, a la puerta del restaurante, los tres comensales de la otra mesa (ella incluida) estaban hablando y en situación de espera. Yo supuse que esperaban algún taxi.

Yo me despedí de mi amigo y me dispuse, también a coger un taxi.

De repente, en una situación que yo no sé si fue confusa o me lo pareció, todos estábamos despidiéndonos y en situación de meternos en un taxi. Había tres o cuatro taxis, no recuerdo bien.

El caso es que no sé si por efecto de las dos cervezas, la botella (al menos una por cabeza cayó) de albariño, o el ron final o todo junto, me vi con ella sentada en un taxi, en el asiento de atrás, y yo preguntándole:

- ¿Te importa que suba contigo?

Y no me contestó nada. Solo sonrió.

Como empujado por un resorte o yo que sé por qué le dije al taxista:

- Al Meliá Castilla.

Yo creo que Dios, que debe existir, nos ayuda en estas ocasiones porque el Meliá Castilla, dada su enormidad, es propicio a ser un hotel en el que, en casos de apuro como el que os cuento, puedes encontrar habitación.

Y hacia allí fuimos. Sin mediar muchas palabras. Tan solo intercambiábamos sonrisas (la mia de gilipollas, seguro).

Y en el Meliá...conseguí una habitación...y subimos. Aún no habíamos cruzado más que las miradas.

En la habitación, si. Allí ella me dijo:

- Te conozco. Te vi por primera vez en.... Tu diste la conferencia de inauguración y yo estaba allí, oyéndote, como las otras 150 personas que estaban en la sala. Todos estábamos esperando un rollo absolutamente técnico, que era lo propio, y empezaste a hablar. Y mezclaste la tecnología con los cuadros de Van Gogh, con la música (aún recuerdo la canción de Charles Trenet), y tu...declamando poesías... fue sorprendente, inesperado, excitante... A medida que avanzaba tu charla el silencio era mayor y a mi, ¡qué quieres que te diga!, se me humedecía algo más que los labios y pensé: a este hombre si lo pillo solo me lo follo.

A mi no sé si me temblaban las piernas, pero no lo creo, porque, para entonces, tenía las dos manos bien agarradas a su culo y ella (ya os he dicho que era más alta) me sujetaba por la espalda contra ella.

A partir de ahí empezó una carrera por desnudarnos mutuamente, yo a ella, ella a mi...Y, aunque era una carrera y un deseo, recuerdo que lo hicimos lentamente, recreándonos...

Y acabamos en la cama y, si os digo la verdad, sé que fué, sé que acabó deliciosamente, pero no sé cómo se produjo el intermedio.

Lo que si recuerdo es que, al terminar ella me dijo:

- Ha sido el mejor polvo de mi vida.

Yo hice intención de pedir prórroga. Continuar un poquito... por fa...

Pero ella, yo creo que dominando la situación mucho más que yo, a pesar de que le debía de sacar casi quince años, me dijo algo así como:

- No quiero más. Prefiero recordarlo así para siempre. Nunca se me va a olvidar.

Y, tras vestirse, se fué. Coño. Se fué.

No he vuelto a coincidir con ella, pero, sin otro morbo que el de la curiosidad, le sigo la pista. Es la ... de una multinacional americana.

Y yo con estos pelos.

Pdta.: La altura no es una condición insalvable ni irrisoria en una relación de pareja. Lo importante es dar la talla. Y eso, es otra cosa.
Citar
  #2  
Antiguo 28-11-2007, 22:00
 Avatar de Paris
Baneado
 
Fecha de Ingreso: May 2007
Género:
Mensajes: 199
Gracias: 0
Agradecido 0 Veces en 0 Posts
Predeterminado

Esceptico, me ha gustado tu historia, anímate con mas frecuencia así podremos disfrutar de historias, relatos, anecdotas y otras cosillas.

gracias por colaborar
Citar
  #3  
Antiguo 29-11-2007, 00:53
 Avatar de rys.mgs
MBA en Lumis
 
Fecha de Ingreso: Aug 2007
Género:
Mensajes: 507
Gracias: 0
Agradecido 4 Veces en 3 Posts
Enviar un mensaje por MSN a rys.mgs
Predeterminado

Me ha gustado la historia... real. Y conozco E.GB. Hacen un arroz con bogavante riquísimo.
Citar
  #4  
Antiguo 29-11-2007, 11:18
Inactivo
 
Fecha de Ingreso: Aug 2006
Ubicación: Deslocalizado
Género:
Mensajes: 2,325
Gracias: 0
Agradecido 4 Veces en 4 Posts
Predeterminado

Me alegro de que cada vez se anime más gente a escribir


Todos tenemos muchas historias que contar. Por la primera de las tuyas...


Citar
  #5  
Antiguo 29-11-2007, 13:05
Aprendiz de Lumis de Secundaria
 
Fecha de Ingreso: Jan 2007
Género:
Mensajes: 255
Gracias: 9
Agradecido 44 Veces en 11 Posts
Predeterminado

No... si es que los que vivís en Madrid...


Aquí, en mi pueblo, como mucho puedo aspirar a que la panadera me sonría cuando me da la barra de pan de leña o a que le chica de la cafetería se incline cerca de mí cuando, limpiándola, pasa el paño a la mesa mientras me dice: ¿Lo de siempre? Cachissssss las ejecutivas DESPAMPANANTES de las multinacionales vuelan en los aviones que vemos a kilómetros de distancia y el Meliá Castilla se trocaría en la Pensión "El Chinche chinchón" en caso de tener que echar un polvo en "territorio neutral".

¡¡QUÉ ENVIDIA ME DAIS!!

Escéptico... si haces honor a tu nick y además sabes disfrutar así de la vida... ¡¡ENHORABUENA!! Aunque hay que cargarse de escepticismo en la vida (y mucho más en un Foro como este), es de agradecer que compartas con los demás historias así. Me encanta que me pongan los dientes largos. Y si alguno se siente mal porque podáis disfrutar de eso... pues ya se sabe... Ajo, agua y resina.
Citar
Responder

Barra de navegación inferior
Regresar   Foro Spalumi de información y opiniones sobre acompañantes

Etiquetas
número, tropecientos, vez


Usuarios viendo actualmente este hilo: 1 (0 miembros y 1 visitantes)
 




Somos el foro de información y opiniones sobre acompañantes más antiguo de España. Todas las experiencias y opiniones que aparecen en spalumi.com son realizadas por usuarios reales de acompañantes en España. Puedes ver todas las experiencias de nuestros foreros dentro de cada provincia de España en los siguientes enlaces: acompañantes Madrid, acompañantes Sevilla, acompañantes Coruña, acompañantes Alicante, acompañantes Barcelona, acompañantes Burgos, acompañantes Bilbao, acompañantes Cadiz, acompañantes Córdoba, acompañantes Salamanca, acompañantes San Sebastian, acompañantes Málaga, acompañantes Murcia, acompañantes Orense, acompañantes Pontevedra, acompañantes Santander, acompañantes Valencia, acompañantes Zaragoza

Powered by vBulletin®
Copyright ©2000 - 2024, vBulletin Solutions, Inc.
Search Engine Friendly URLs by vBSEO 3.6.0
Ad Management plugin by RedTygerNavbar with Avatar by Motorradforum