Hoy tuve que hacer un reconocimiento médico para poder entrar en una empresa que te pide un huevo de documentación.
Al parecer si no hace eso no es competitiva. Y si no es competitiva es precisamente porque hace eso
-¿Te mareas cuando te quitan sangre?- me preguntó la enfermera.
-Pues sí- le respondí.
-¿Te mareaste la última vez?
-No. Pero la anterior sí. Joé ... Es que tenía 8 años y me pilló mal. Hacía calor, tenía sueño ... Total, que me mareé como un pato. Y desde entonces le tengo una manía tremenda.
Noté el pinchazo en la vena. Una fruslería. Solo son unos segundos. Pero da una grima que te cagas.
Con la cabeza apoyada contra la pared, en la sala de espera, empecé a recordar. No estaba mareado.
Puede parecer cruel. Pero se trata solo de pagar facturas y de intentar acceder a un mejor status.
Siento que te hace creer que te quiere de forma especial. Solo para que su negocio siga en pie.
Es lo mismo que hice yo con mi ex. Solo para que mi negocio siguiese en pie. El negocio de poder ver y criar a mis hijos. El negocio de tener a una persona con la que practicar sexo y a la que abrazarme cada noche.
Porque al fin y al cabo negocio es algo que nos reporta beneficio.
Ahora ella está pasando las vacaciones de Semana Santa en su piso de alquiler en España.
Mi ex sigue en su antiguo piso, propiedad de mi ex-suegro. Peleándose con su nuevo pseudo-novio. Para no variar.
Y, como Angela me dijo una vez: "No, chico. Lo que sientes por mí no es amor. A lo que tú sientes se le llama de muchas formas ... pasión, arrebato, aprecio ... pero nunca amor. El amor es otra cosa".
Y yo, como es de esperar, no hice otra cosa que darle palmaditas en la espalda a mi hijo por su actitud hacia el recién llegado gorrón.
Qué psicología tiene el canijo, por Dios. Lo ha cazado al vuelo.
*****
-¿Sabes qué, papá?
-No, dime.
-El idiota me intenta enfadar por las noches, para que mamá me castigue y me mande a cama. El se va de casa, pero vuelve media hora después. Para poder hablar con mamá de cosas que tienen que ver con follar ...
-¿Y?- pregunté.
-Que entonces una noche yo le canté la canación del cornudo, la que tienes tú en el coche.
-Jajaja ... ¿Y qué te dijo?
-Me dijo: "niño ... me has dejado impresionado"
-Y esa noche no volvió para hablar de follar- añadió mi hijo mayor.
[Sólo los usuarios registrados pueden ver los enlaces e imágenes. ]
Te llevaste hasta los trastes del mastil de mi guitarra
y guitarra rima con lo que tu eres :¡guarraaaa, es una guarra!
me dejaste sin el coche, sin el piso, sin un duro
por mi puedes metertelaaaaa...
venga diselo!! diseselo, diselooo!venga se lo dices tu o se lo digo yo?dirseselooooo:
por el culoooo oeee (por ahi por ahi)
Yo estaba dentro del coche. En la cola de espera de la ITV. El sol pegaba con fuerza.
Detrás de la cerca de la ITV, en un camino ascendente, vi a una de ellas subir por la cuesta.
Era negra, alta, de pelo largo sujeto por una coleta. Vestía ropa vaquera y su forma de andar me parecía muy elegante.
Tan cerca de ellas y tan lejos a la vez.
Mi ex me avisó: "Me das pena. Te vas a quedar solo como un perro. Si tuvieses una amante no me importaría tanto. Pero ellas son solo putas ... Vas a llevar todas las de perder".
Ya. Pero qué le voy a hacer. Con algunas de ellas me sentía vivo, me sentía yo mismo.
Lo que hace el dinero ... Y la falta de dinero. Es una mezcla de todo. Ni lo blanco es blanco ni lo negro es negro. Al final es siempre un término medio.
Lo bueno que tiene todo esto de que te hayan echado del piso y hayas tenido que volver a la casa de tus padres, a tus orígenes ... Que te sientas tan solo y acuciado por las deudas ...
Lo bueno que tiene es que es como volver a empezar.
Te obliga a reflexionar.
Es importante, imprescindible, aumentar la fortaleza mental.
Me siento como un astronauta.
Y las reflexiones. Molan.
Cuando era chico y vivía en casa de mis padres me sentía encerrado, como si estuviese en una cárcel.
Mi error fue no aprovechar aquel tiempo para formarme como Dios manda, para cuando llegasen los buenos tiempos. Pero estaba demasiado agobiado, me faltaba fuerza.
Después llegaron los buenos tiempos y, en vez de vivirlos, los dediqué a corregir ese pequeño fallo del pasado. Jaja. Hasta me matriculé en la carrera de Físicas. Qué desfase.
Ahora vuelvo a la cárcel. Y me agobio porque no puedo vivir.
¡Que no, capullo! Si te ha vuelto a tocar la cárcel, preocúpate de formarte. Y de dar la campanada. Rizar el rizo ¿O es que no has aprendido nada?
Y vive. Siempre es posible vivir. Mientras no estés muerto, puedes.