Y sigue

Esto es como el cuento de aquel rey que estaba asqueado de la vida.

La vida se había convertido en una monotonía.

Y de golpe aparecieron ellas ... diferentes. Tanto en color de la piel como en la manera de hablar. Con un carácter diferente.

Y me pregunto que qué me hace pensar que si no estoy bien aquí voy a estarlo allí.

Tal vez tenga que empezar por estar bien conmigo mismo.

Me atrae ...

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El sitio, no el vídeo.

Hoy tuve que hacer un reconocimiento médico para poder entrar en una empresa que te pide un huevo de documentación.

Al parecer si no hace eso no es competitiva. Y si no es competitiva es precisamente porque hace eso

-¿Te mareas cuando te quitan sangre?- me preguntó la enfermera.

-Pues sí- le respondí.

-¿Te mareaste la última vez?

-No. Pero la anterior sí. Joé ... Es que tenía 8 años y me pilló mal. Hacía calor, tenía sueño ... Total, que me mareé como un pato. Y desde entonces le tengo una manía tremenda.

Noté el pinchazo en la vena. Una fruslería. Solo son unos segundos. Pero da una grima que te cagas.

Con la cabeza apoyada contra la pared, en la sala de espera, empecé a recordar. No estaba mareado.

El cerebro es la leche.

Recordé la noche en la que me fui del piso.

Fue un poquito desagradable.

Me despedí de mi ex con un bofetón.

Después me dediqué a deambular por el pueblo. Finalmente llegué hasta la parada de taxis.

Le mandé unos mensajes por el móvil a Angela mientras iba en el taxi.

Necesitaba verla aquella noche.

Pero ella no estaba. Le había venido la regla y se tomó una semana de descanso.

Nos despedimos con los típicos emoticonos de "muacks, muacks", "te quiero mucho, como la trucha al trucho", etc.

Y si el puto ordenador acaba de arrancar (lo tengo petado al pobre) acaba de arrancar, por fin podré escribir algo.

Es una tontería.

Pero al verme así, sin dinero y solo, me sentí como un fracasado ante los ojos de Angela.

Cómo se puede ser tan pardillo. Eso, nuestra esencia, no está en venta bajo ningún precio.

Yo la amo por su fuerza. Pero, insisto, esa fuerza no está en venta. Como no debería estar la mía, ni la de nadie.

Lo de ella es un negocio.

Puede parecer cruel. Pero se trata solo de pagar facturas y de intentar acceder a un mejor status.

Siento que te hace creer que te quiere de forma especial. Solo para que su negocio siga en pie.

Es lo mismo que hice yo con mi ex. Solo para que mi negocio siguiese en pie. El negocio de poder ver y criar a mis hijos. El negocio de tener a una persona con la que practicar sexo y a la que abrazarme cada noche.

Porque al fin y al cabo negocio es algo que nos reporta beneficio.

Cuando no dolor y preocupaciones.

Todo es un gran negocio.

Echo mucho de menos estar en la barra charlando con ella.

Acariciar cada centímetro de su espalda.

El sexo me la pela, en ese sentido.

Solo busco la paz que ella me daba.

Ahora ella está pasando las vacaciones de Semana Santa en su piso de alquiler en España.

Mi ex sigue en su antiguo piso, propiedad de mi ex-suegro. Peleándose con su nuevo pseudo-novio. Para no variar.

Y, como Angela me dijo una vez: "No, chico. Lo que sientes por mí no es amor. A lo que tú sientes se le llama de muchas formas ... pasión, arrebato, aprecio ... pero nunca amor. El amor es otra cosa".

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¡Qué cara de tonta tiene la rubia! Me cae bien la tía de las gafas de sol, la que la manda a la mierda.

¡Que te den, idiota!

Entre tanto mi hijo sigue en su cruzada particular contra el nuevo novio.

No le gusta nada que echen polvos.

Ya me dijo que si fuese yo el que los echase no le parecería mal.

Pero que en el caso del nuevo novio no hay perdón. Que quién se cree ése que es para meter la polla en el chocho de su madre.

Hay que echarlo.

Jajaja ... Me encanta el niño. Machista como el padre.

Beueno, y es que lo del nuevo novio tiene delito, independientemente de lo machistas y macarras que seamos padre e hijo.

Un día me tomé una cerveza con él en el bar de al lado. Y me partí el culo con sus explicaciones. Menudo idiota, juajua.

Además de viejo, imbécil.

Y yo, como es de esperar, no hice otra cosa que darle palmaditas en la espalda a mi hijo por su actitud hacia el recién llegado gorrón.

Qué psicología tiene el canijo, por Dios. Lo ha cazado al vuelo.

*****

-¿Sabes qué, papá?

-No, dime.

-El idiota me intenta enfadar por las noches, para que mamá me castigue y me mande a cama. El se va de casa, pero vuelve media hora después. Para poder hablar con mamá de cosas que tienen que ver con follar ...

-¿Y?- pregunté.

-Que entonces una noche yo le canté la canación del cornudo, la que tienes tú en el coche.

-Jajaja ... ¿Y qué te dijo?

-Me dijo: "niño ... me has dejado impresionado"

-Y esa noche no volvió para hablar de follar- añadió mi hijo mayor.

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Te llevaste hasta los trastes del mastil de mi guitarra
y guitarra rima con lo que tu eres :¡guarraaaa, es una guarra!
me dejaste sin el coche, sin el piso, sin un duro
por mi puedes metertelaaaaa...
venga diselo!! diseselo, diselooo!venga se lo dices tu o se lo digo yo?dirseselooooo:
por el culoooo oeee (por ahi por ahi)

Hoy al mediodía hacía mucho calor.

Yo estaba dentro del coche. En la cola de espera de la ITV. El sol pegaba con fuerza.

Detrás de la cerca de la ITV, en un camino ascendente, vi a una de ellas subir por la cuesta.

Era negra, alta, de pelo largo sujeto por una coleta. Vestía ropa vaquera y su forma de andar me parecía muy elegante.

Tan cerca de ellas y tan lejos a la vez.

Mi ex me avisó: "Me das pena. Te vas a quedar solo como un perro. Si tuvieses una amante no me importaría tanto. Pero ellas son solo putas ... Vas a llevar todas las de perder".

Ya. Pero qué le voy a hacer. Con algunas de ellas me sentía vivo, me sentía yo mismo.

Lo que hace el dinero ... Y la falta de dinero. Es una mezcla de todo. Ni lo blanco es blanco ni lo negro es negro. Al final es siempre un término medio.

Angela me explicó que nunca me dijo "te quiero" porque no le parecía honesto decir algo que no siente.

Que no está bien.

Que siente mucho aprecio por mí, pero que eso no es amor.

***

Ya no me acuerdo cuando fue. Hace un año? Dos años? Ni idea.

Ibamos en mi coche. Volvíamos de tomar unas cervezas en el pueblo.

Cuando aparqué en su trabajo, le dije:

-Bueno ... Ya llegamos. Fin del trayecto.

Ella me miró fijamente durante un rato. En silencio.

Finalmente, con una expresión muy dura en la mirada, me dijo:

-Te quiero.

En un primer momento no supe qué contestar. Sentía como si aquello fuese una prueba. Una prueba de ... no sé qué mierda.

-Y yo ... - le respondí al cabo de un rato, con la boca chica.

Ella no dijo nada al principio. Cogió su bolso del asiento de atrás y bajó del coche.

De golpe, se apoyó en la ventanilla del copiloto y, con un tono muy seco y cortante, me gritó: "¡¡¡MENTIRA!!!".

No dijo nada más.

Se dio media vuelta y se dirigió a la entrada del local.

Me dejó mudo.

Lo más que pude hacer fue sonreír mientras veía cómo se alejaba.

A la mierda con todo.

Lo bueno que tiene todo esto de que te hayan echado del piso y hayas tenido que volver a la casa de tus padres, a tus orígenes ... Que te sientas tan solo y acuciado por las deudas ...

Lo bueno que tiene es que es como volver a empezar.

Te obliga a reflexionar.

Es importante, imprescindible, aumentar la fortaleza mental.

Me siento como un astronauta.

Y las reflexiones. Molan.

Cuando era chico y vivía en casa de mis padres me sentía encerrado, como si estuviese en una cárcel.

Mi error fue no aprovechar aquel tiempo para formarme como Dios manda, para cuando llegasen los buenos tiempos. Pero estaba demasiado agobiado, me faltaba fuerza.

Después llegaron los buenos tiempos y, en vez de vivirlos, los dediqué a corregir ese pequeño fallo del pasado. Jaja. Hasta me matriculé en la carrera de Físicas. Qué desfase.

Ahora vuelvo a la cárcel. Y me agobio porque no puedo vivir.

¡Que no, capullo! Si te ha vuelto a tocar la cárcel, preocúpate de formarte. Y de dar la campanada. Rizar el rizo ¿O es que no has aprendido nada?

Y vive. Siempre es posible vivir. Mientras no estés muerto, puedes.