Yo el otro día cometí el error de hacer una visita a esta señorita. La llamo por teléfono y muy melosa me dice los servicios (como un disco rallado, me repite el mensaje tres veces) y las tarifas (30 media hora y 60 una hora).
Recibe en Félix Landín. Llamo a la hora convenida y me hace esperar porque se había alargado el anterior. No conocía el sitio, pero es muy cutre y la cama es
prácticamente un colchón en el suelo. La chica es la de las fotos, pero algo más gorda y más feucha. Tiene baño en la habitación, pero ni me pide ni me ofrece lavarme (iba recién duchado, pero me parece fatal). Le pago 30 y me dice que son 20 minutos. Le digo que eso no es lo que dicen los anuncios ni lo que me acaba de decir por teléfono y que es mejor que me vaya. Me dice que no, que vale, 30 minutos, como si hiciera un gran sacrificio. Ya le había pagado y estaba claro que no me lo iba a devolver, así que no me queda más remedio que quedarme.
Con ese comienzo, estaba claro por dónde iba a ir el resto. Aunque anunciaba besos apasionados, ahora resulta que no besa, que no le gusta. Hace un francés horrible y se cansa pronto. Suena el móvil y empieza a contestar al whatsapp. Se queja todo el rato y no tiene nada de iniciativa, es como una muñeca hinchable y cuando le pido que cambie un poco de postura porque no estoy cómodo se vuelve a quejar y me dice que no es una muñeca hinchable (!!). Luego viene el argumento irrefutable: por 30 euros no puedo esperar más, ella normalmente cobra más, etc, etc.
Estoy a punto de marcharme un par de veces, pero me repito a mí mismo que no me va a timar, que me quedo hasta el final. Empezamos a follar y se sigue quejando, que le molesta, que le duele, que no se qué. Al final consigo correrme y aunque quedaban más de diez minutos no hace el más mínimo ademán de que vaya a haber algo más durante ese tiempo, así que me largo con la intención de no volver a verla nunca más.