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Lugar: Apartamentos de Albero Alcocer, 43
Nombre: Sonia
Teléfono: 638882734
Nacionalidad: Como habéis visto, se anuncia como española. Hablando con ella, tiene un acento que no identifico y me dice que es originaria de Canarias (pero el acento tampoco es canario (yo soy de la opinión de que la mayoría de las que se anuncia como canarias, son realmente de origen sudamericano).
Edad: No lo sé exactamente, pero entrada la treintena.
Cuerpo: Bajita, pero espectacular. Sin un gramo de grasa, culo prieto y unos pechos impresionantes (todo esto solo adivinable en una penumbra digna de un monasterio que luego comentaré más extensamente).
Cara: Ni guapa, ni fea, normal. Labios gruesos y sensuales. Arruguitas en los ojos.
Tatuajes: Dos, ombligo y nuca.
Foto: Dice que es autentica. La verdad es que puede ser (retocada, eso sí).
Besos: A mi sí, pero me dijo que dependía de la persona.
Frances: Con condón y obviamente no hasta el final
Sexo: Normalito
Griego: No
Tarifas: 60 la media y 100 Euros la hora.
Repetiré: No
Relato:
Veo el anuncio en Mundoanuncio y la llamo. Me convence y quedamos, no debí hacerlo, por que cuando le requerí que tipo de servicios hacía, me dijo que era muy completita, pero sin especificar y como pude comprobar luego, nada de nada. Cuando llego a la zona la vuelvo a llamar y me da el nº del apartamento.
Una vez con ella te pide el dinero enseguida. Cogí el servicio de una hora. De trato es amable y simpática. Tiene la toalla para la ducha lista, pero te duchas solo. Salgo y sigue vestida como me había recibido: Deshabillé negro, tanga y sujetador rojos, medias color carne y tacones.
El mayor problema es que la habitación está prácticamente en una oscuridad absoluta, intente levantar la persiana pero no le parecía bien. Después, conseguir desnudarla fue casi una aventura, y no lo conseguí del todo, se dejo el deshabillé, decía que era muy difícil de quitar (¿?). No sé si quería esconder algo de su físico, pero se la veía (lo que se podía) sinceramente muy bien, así que no entendía nada.
Después la relación no fue nada del otro mundo, besos (con lengua) pero no ardientes. Frances corto y con condón. Enseguida se puso debajo para que la penetrara, después a cuatro, donde se la ve muy bien pero se movía como una dinamo sin dejar que llevara yo el ritmo y no pude aguantar mucho. Intenté parar pero me dijo que me reservase para luego. Y luego… pues luego nada, un poco de charlita y cuando faltaban 25 minutos hizo amago de echarme, como vio que no me levantaba (primer amago de discusión sobre el tiempo), se ofreció a darme un masaje. Este no pasara a la historia, sobretodo por que, atención chicos, se centró en… ¡los dedos de las manos! Alucinante.
Me duche de nuevo, le expresé mis quejas y me fui. Aun sobraban 10 minutos.