Secretos (Susana o Kiara o Samantha)...., bueno un lio.

A continuación os pongo una experiencia ya relatada en el anterior "foro de encuentro". Ahora que parece ser que la implicación de las chicas de Secretos parece subir.

FECHA DE LA EXPERIENCIA: Diciembre 2005
NOMBRE DE LA CHICA: Kiara en prorelax, aunque también se comenta que se hace llamar Susana, por cierto muy parecida a otra que se anuncia como Samantha. Es decir un lio. Yo creo que estuve con la que sale en las fotos como Kiara.
DIRECCIÓN: Calle Pedro Muguruza, 1. El piso y la puerta te la dan al llamar cuando ya estas en el portal.
TELÉFONO DE CONTACTO: 677644501
TARIFAS: 1 hora 130 euros.
FISICO: Edad unos 35 años, alta yo creo que estará pasando el 1,70, melena rizada morena, constitución fuerte y con muchas formas. Pechos grandes en el anuncio 105 yo creo que algo más, un poco caidos con pezones inmensos que respondieron elocuentemente desde la primera caricia. Solamente recuerdo con seguridad un tatoo en la espalda. Sexo depilado.
CARÁCTER: Agradable, simpática y con muchas ganas de agradar.


Ultima experiencia del año, después de unas cinco llamadas a distintas chicas y no pudiendo compaginar las distintas agendas, disponía únicamente de un tiempo concreto y limitado, consigo contactar con Kiara o Susana. Concertamos la cita de una hora por 120 euros. Me arriesgo conociendo la fama de Secretos pero todo ello contrarrestado por las opiniones de un forero alabando las virtudes de esta mujer. Me conciencio a mí mismo y hago el propósito de enmienda de que si salgo mal parado toda la culpa será mía.

La solicito por teléfono, al concretar la cita, que me reciba vestida, no me gusta que me reciban en ropa interior y mucho menos en top-less o desnudas.
Me recibe con una cazadora y una minifalda vaqueras y unas botas altas que harían la delicia de algún hermano, verdad Sicox.


Primera decepción, para mi gusto y con todo el respeto, es una mujer de rostro poco agraciado. Estuve a punto de recurrir a cualquier típica excusa para largarme, pero cuando me dejó un momento a solas en la habitación, muy pequeña por cierto, para ir a buscar algo para beber, decidí quedarme e intentar disfrutar. Estaba visto que tenía el día arriesgado, primero contactar con una señorita de Secretos y después pasar por alto una de las cosas que más me motivan una cara bonita.

Mujer entregada, intensa, salvaje, creo que disfruta del sexo.
Grita con moderación, quizás un punto teatrera pero sin pasarse. Típicas frases como “cómete este coñito, es todo para ti”, “quiero tu polla”, “quiero que me folles, ya”, las suelta de vez en cuando pero no llegan a ser repetitivas. En lo que sí es repetitiva y llega un momento que te agota es en repetir tú nombre constantemente.

No hizo falta ducha previa; por mi parte puesto que lo acababa de hacer en casa y por parte de ella me dijo que se había duchado una vez confirmada la cita conmigo unos 30 minutos antes de mi aparición. Las pistas que daba su cuerpo, pelo ligeramente húmedo, olor a gel y piel fresca, así parecían indicarlo.

Comenzamos de pie, apoyando sus manos en las puertas de un armario empotrado, dándome la espalda y con las pierna abiertas, procedí a un cacheo manual y bucal intenso, mientras la desnudaba. A continuación, sin variar la posición, subió una pierna a la cama permitiéndome mayor facilidad para “atacar sus bajos”. Luego de un buen rato se sentó en la cama y conmigo de pie comenzó a chupármela sin. Después se tumbó y comenzó una “cubana” más bien discreta y que abandonamos con rapidez.

Abrazos, caricias, besos con mucha pasión y 69 por la cama, hasta que me dijo que la quitara las botas era lo único que todavía llevaba puesto y que volviera a “comerla su coñito” que la había gustado mucho, elevada mi autoestima hasta altas cotas, me apliqué nuevamente en la tarea. Seguidamente me colocó el condón y practicamos un par de posturas hasta que me corrí.

Comprobamos que habíamos agotado un poco más de 40 minutos; charla tumbados y abrazados sobre situaciones familiares, por supuesto que en algún caso pueden ser verdad pero intento no creerme nada de lo que me cuentan, de la misma forma que yo en esos casos, primero intento no tocar temas de mi vida privada y en caso de que lo haga ya advierto que siempre será mentira lo que las cuente.

Quedaban escasos 5 minutos y se ofreció a hacerme un francés rápido e intenso pero preferí un pequeño masaje por la espalda que realmente no valió nada.
Ducha limpia pero con toalla de lavabo no de ducha o baño, despedida y besito final.

Lo peor: No me gustó su rostro, la “cubana” y el masaje.
Lo mejor: La relación tuvo un punto de salvaje intensidad muy excitante, acabamos sudando y me gustó. Para amantes de pechos naturales y grandes, muy recomendables.

Con posterioridad he llegado a sacar dos conclusiones interesantes sobre esta experiencia, la primera, y no lo digo como crítica sino como hecho constatable, es que yo “trabajé” mas que ella.
La segunda es que analizando punto por punto sería una experiencia calificable como regular, analizada en su conjunto la calificaría como buena, seguramente por lo importante que para mis valoraciones es la implicación, aunque sea como en este caso, que es más “pasiva que activa”.