¡La maldición!

VERDI · #1 17-07-2011, 19:41

Estas reflexiones, recuerdos y pensamientos, entroncan y tienen especial relación, con relatos míos como, “A sus pies”, “La ruta de la seda” y el muy reciente: “La dependienta de librería de El Corte Inglés”. Los fetichistas como yo, con vivencias parecidas, se identificarán plenamente con ellos.

Los indelebles recuerdos de mi fetichista juventud acuden una y otra vez a mí (hoy igualmente fetichista, pero no tan joven). Los que me conocéis a través de mis relatos, sabéis de mi fetichismo: la fascinación y adoración absoluta, por unas bellas piernas y pies femeninos, desnudas/os, o enfundadas/os en esas estremecedoras prendas de inigualable seducción: las medias y los pantis.

Uno de los más poderosos recuerdos (otros han sido vertidos en relatos como “Actividad extraescolar” y, relacionada una de sus partes con lo que aquí escribo, “Tres caricias subrepticias”) es el de esos maravillosos años (aunque hasta hace no mucho todavía era posible) en que recorría “El corte Inglés” para observar las extremidades inferiores de sus bellas (la mayoría) dependientas –prácticamente todas con falda-. Estos grandes almacenes eran un festín visual de excitantes imágenes (hoy, con la “no imposición” de la falda a favor de los, parece ser que durante mucho tiempo reivindicados por las propias vendedoras, pantalones; hemos sido privados –salvo raras excepciones- de semejante tesoro visual).

Era darse una vuelta, especialmente en otoño e invierno (obviamente mis estaciones preferidas por mi fetichismo) y volverse loco. Aquí y allá, había para todos los gustos; ya fueran jóvenes o maduras, pero repito, la generalidad atractivas (y algunas guapísimas); el atracón de bellas piernas y pies enfundadas/os en medias (a veces sólo visibles las pantorrillas, otras más o menos parte del muslo, dependiendo del largo de la falda, o según los momentos; si éstas estaban de pie o se acuclillaban a colocar o buscar algún artículo) era brutal.

Medias (supongo pantis –de mayor uso- en la mayoría de los casos, pero uso la palabra de forma genérica) generalmente negras, o de color carne (oscuras o claras); transparentes (las más excitantes para mí), o semitransparentes; mates o más o menos brillantes (mejor con brillo). Y por supuesto, entre mis dependientas favoritas, las que calzaban sandalias o zapatos abiertos que dejaban ver la mayor parte del pie, incluidos sus lindos deditos…Ya digo, para volverse completamente orate…

…El paraíso en la tierra para un fetichista de mi estirpe. Era llegar (sobre todo los fines de semana, en los que, por haber más clientela, no reparaban tanto en mi espionaje cercano), y ponerme al lado de todas y cada una de mis dependientas favoritas, disimulando consultar cualquier artículo de los muebles y estantes correspondientes a la sección en que se encontraran trabajando, y disfrutar durante un buen rato de la visión de sus hermosas extremidades inferiores y de las finas medias que las acariciaban. En el pasado, fue una de mis preferidas (y más excitantes) formas de pasar el tiempo (luego, llegaba a casa y, encerrándome en el baño, las homenajeaba con devoción)…

…Envidiaba a sus novios o maridos por poder disfrutar de ellas con plenitud al final de su jornada, y también imaginaba que alguno de ellos compartiría mis fetiches y, afortunados de que sus hembras trabajaran donde lo hacían, les pedirían como fantasía, que en casa se vistieran con el uniforme del trabajo (la habitual falda, blusa y, cómo no, medias, y sandalias o zapatos). Eso si no se daba el caso, como sucedía (y sucede) con algunas vendedoras, de que volvieran a casa sin cambiarse; y que excitados por esa –también para ellos- perturbadora vestimenta, lo harían con “su morbosa dependienta”, empezando por un buen olisqueo y magreo de sus hermosos apéndices inferiores, acariciando y disfrutando del gozoso tacto de sus bellas piernas y pies enfundados en medias…

Divinas, gozosas, excitantes, atractivas y perturbadoras féminas de hermosas piernas y pies, ya sea enfundados en medias o desnudos…la continua seducción de vuestro inmenso poder nos convierte en títeres al albur de vuestras correrías; arriba y abajo, a izquierda y derecha. En la calle, en las tiendas, en el metro, en el autobús, de pie, sentadas, subiendo o bajando escaleras, trabajando, paseando…nos manejáis de continuo, como demoníacas conocedoras de la inmensa fuerza de vuestra posesión, del tremebundo dominio que ejercéis sobre nuestros míseros seres, con vuestras gloriosas extremidades inferiores…

…¡¡¡LO HABÉIS CONSEGUIDO!!!…¡¡¡YO OS MALDIGO CON EL CASTIGO ETERNO, EN MI NOMBRE Y EN EL DE TODAS LAS VÍCTIMAS FETICHISTAS DE ESTE MUNDO. POR VUESTRA TORTURA CONTINUA SOBRE NOSOTROS; EN EL PASADO, EN EL PRESENTE…Y EN LO QUE NOS QUEDE DE INSOPORTABLE FUTURO…YO OS MALDIGOOOOOO!!!

FIN