¿De verdad necesitas saberlo todo?.
Era verano, y el sol no era más que una bombilla gigante de la que ni sabía ni quería saber nada. Bastaba que diese calor y brillase muchas horas.
Ella era morena, con la piel blanca en un contraste que entonces yo adoraba, y con aquel pecho inmenso y firme, que parecia repleto de su orgullosa juventud. Tenia preciosas aureolas marrones, y me acuerdo perfectamente por que nos bañamos desnudos, y desnudos nos secabamos al sol.
Ella sabía el efecto que me causaba, el deseo insufrible, y mientras la moto corría hacia un descampado, para aprovechar la oscuridad del atardecer, ella me masajeaba con fuerza allí donde yo más lo necesitaba. Sentía el frio al rozarme el viento allí donde el tejano quedaba húmedo y pringoso.
Teniamos 16 años, y me daba cuenta de que la virilidad de un hombre no tenia ningún secreto para ella. Yo era joven, y cuando ella se me ofrecía unos minutos después en el descampado, aún tenía fuerza y deseo para hacerla gritar de placer. Aquellos gritos se borraron hace mucho de mis oidos, pero se que gritaba. Ella tenia el cuerpo suave y perfecto de una chica de 16 años, y yo la fuerza y la belleza de un chico de 16.
Después la llevaba a casa, y la besaba y acariciaba en el portal de casa de sus padres, como si nada de lo que habíamos hecho hubiese pasado, y con el deseo comiéndome vivo por dentro.
Y cada día igual, durante todo el verano.
El tiempo se lo ha llevado todo, pero si cierro los ojos y recuerdo la música que se oía a lo lejos...Si lo hago me duele todavía más.
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""Yo narraré desnudas, vírgenes, intactas e inocentes, para mis delicias y el placer de mis amigos, estas noches árabes, vividas, soñadas y gozadas sobre su tierra natal y sobre el agua. Ellas me fueron dulces durante los ocios en remotos mares, bajo un cielo ahora lejano. "
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