Así se acabó, en un momento de mucha soledad puede que yo confundiera a mis sentimientos.
Un día me dijo: “cuando yo digo hasta aquí, es hasta aquí”, como soy un hombre no entendí las palabras de una mujer.
En la siguiente visita me dijo: “Tu y yo no vamos a trabajar más juntos”. Me quede hecho polvo.
¡Ojala!, no me guarde rencor, no me odie, por engañarme a mi mismo y comprar unos minutos con ella, cuando era lo más próximo al cariño que yo he tenido en mucho tiempo. Los besos que la daba, donde me dejaba, iban muy cargados de cariño.
Lo que ha pasado y yo he dicho dicho, dicho y hecho está. Pero me inquieta mucho no saber ¿Qué ha pasado?, ¿Qué hice mal? ¿Dónde falle? ¿Qué vio oscuro en mí? ¿Por qué aparento tener diferentes caras? Preguntas y más preguntas y ninguna respuesta.
Que nunca piense que la he olvidado, cuando tenga que buscar algo que me ayude a engañarme para decir que la estoy olvidando. Siempre trataba de negarme a mi mismo lo que pasaba y probaba con otras pero no era igual, "para mi" no era lo mismo.
Yo, he enfriado un poco mi sangre, un 14 de febrero, con esta carta me he despedido de ella, que revolcón he sentido, al oler una vez más un perfume que yo la reglaba, barato, no porque no pudiera regalarle uno mejor, sino por que ella no tuviera problemas y “alguien” la preguntara, como te puede regalar alguien esto y ¿Por qué? Tampoco sabia mucho más de ella pero no me importaba. “Confiar, no es saberlo todo sobre ella, es no necesitar saberlo”.
Por lo menos la ha guardado, no la ha tirado delante de mi. Solo la pedí por favor, que no la tirara sin romper o quemar al suelo de un lugar donde no quiero que pisen lo que contenía la carta, solo mis sentimientos.Pero nunca podre saber si la ha leído.

Que San Valentín y Dragobete me ayuden a juntar los trozos desgarrados de alma que a mi me queden.
Gracias, por estos 2 años, 2 meses y 10 días. 804 días del único cariño que "yo he sentido" desde que mi madre murió, yo si he sentido cariño, solo yo podía sentirlo. Solo hablaba contigo todo este tiempo.
Gracias por llevarme a la vida, por traerme de la muerte, cuando vivía estando muerto sin querer vivir.
Yo me llevo, el vicio lujurioso; el olor, sabor y tacto, de tu pelo, de tu piel, de tus lunares, sobre el sonido de la voz de unos labios que nunca besé, lo llevare como un tesoro en el fondo de mi corazón abrasado por abrir el pecho con calor. No puedo negar, que me ha dolido mucho y que mi corazón ha huido de mí; lo buscare y casi seguro lo pondré en peligro otra vez. Y si: ¡las ¡fieras tenemos corazón!
Te dije; si quieres conocer a un hombre: Pregúntale cómo es su casa. Yo te conté como es mi casa y eso solo lo sabes Tú, mi Padre, se ha ido sin confesárselo yo.
Lo oscuro que hay en mí, está en lo que he callado en obligado y oscuro silencio. Es la oscuridad de mis dos caras, pero mis monedas, todas tienen dos cruces. Mi pecado: la lealtad. Mi virtud; llorar y siempre callar lo que nunca pensé que te iba a decir. Porque nunca iba a pasar.
Donde nadie decía la verdad, no era honesto hacer promesas en un mundo de cambios, un mundo sin final feliz. Pero, para amar hay que sufrir las cicatrices de golpes internos que duelen sin sangrar.
Tú también me has puesto una cruz roja en la cara sin más explicación para mí. No sé qué hice mal, si me tengo que arrepentir o pedir perdón por algo. La soledad es mala consejera, yo lo sé bien.
Hice de la vida sueño y del sueño la realidad de mi imaginación. Porque: Solo pasa lo que puedes soñar. No es pobre quien NO realiza sus sueños, “pobre es el que no sueña”. Solo los sueños soportan la vida. Soñé enseñarte a nadar. Hacer Castillos de arena del fondo del mar, las estrellas no brillan de día.
Cuando creo morirme y muero sin Ti, bebo rubia cerveza para acordarme de tu pelo. Solo me rio, si escucho mis absurdos pensamientos luchando como un gato entre tanto perro.
Hay noches tan largas como un invierno (tu sabes qué es largo y frío) Cuando irrumpes en mis sueños, Hay días que duelen tanto, que sangran por cada costado, cuando nadie me preguntara el miércoles:
- ¿Qué tal…?.
No me dirá: -Relájate.
Y no me despedirá diciendo: -Ya sabes dónde estoy-…
Ahora; lagrimas que aguantan un poco más, su humedad, solo tristeza, una infinita soledad y algo más se repite en mi vida, otra vez: ¡Pena le doy a la pena, pues penas coleccioné!
Entre los charcos de la última lluvia, en silencio cada noche, pido al cielo por Ti y por olvidarte a partes iguales, para volver a caminar lo que me quede por andar.
-Nunca vas a saber todo lo que has hecho por mí. Yo creo en Ti.
-Mis sentimientos miraron los hechos, no las letras de una profesión.
-Escrito desde lo más profundo. El daño que pude hacer. fue sin querer y “LO SIENTO”.
Mulțumesc mult MIC!
¡Te quiero PEQUEÑA!

san antonio * 20/11/2014 - 01/02/2017 R.I.P. T

Ya es abril. Otra noche sin dormir. Veintidós kilos menos en la bascula.
No era un relato. Fueron hechos reales. Los personajes y hechos son personas verdaderas, unas mas que otros, el cretino que no puede contar a nadie esta verdad. Hechos completamente reales que todavía duelen mucho, han dejando algún personaje descuartizado.
Pasa el tiempo, lo paso fatal.
Paso para verla desde lejos.
Paso, pero no consigo pasar.
¿Que te pasa? me preguntan algunos.
No me pasa nada. Que se tendra que pasar.
Me torturo un poco más. Ahí está ella, (parece que está bien) pido al cielo que la cuide. Un cielo pintado de negro, "en la rotonda, tome la tercera salida". Gas a fondo, agarro con furia el manillar, bajo el casco nadie ve que un bicho como yo, también llora. Se queda el humo, pero de paquete, se vienen los recuerdos. Kilometros de amargura, por algo imposible.
Me dirijo medio muerto de vuelta. De poder; al tomar la salida 15 pasando el desvió a Córdoba, cerraría los ojos y me dormiría dando más gas, donde termina la bionda y empieza la barandilla azul hay un hueco y desde arriba hay una buena hostia de vértigo insalvable. Cuando estás en riesgo, lo único que te alivia es morir. Me pasa al volver a verla. Momentos en que la demencia me insinúa ideas poco aconsejables, es cuando tengo como ventaja ignorar dónde vive, que estará haciendo a estas horas, cuando al sol solo busco la noche. La ignorancia, en ciertas ocasiones, es más conveniente que el olvido. La culpable es mi cobardía y abro los ojos, otra vez me faltan cojones, pero con mi suerte, seguro que encima me quedo cojo. Quizá estoy inventando demasiada tristeza donde sólo hay vacío.
Casi muerto, vuelvo a casa con las ganas en peligro de extinción.
¡Cielo! no seas tan ayudame a olvidarla.
Hoy tampoco tocaba ser feliz.

“A la sombra de una mentira, moriré” “Hasta que la muerte nos una”.

“Me sumerjo en mi cabeza, muerte ven.
Veo a hombres torturados, muerte ven.
Ya mi túnel del espejo no se ve.
Se ha empañado con mi vaho mortuorio, muerte ven.
Soy un muñeco roto, muerte ven.
Ya sé que te fui a buscar, muerte ven.
Y mis ojos no han cesado de sangrar, muerte ven.
Hasta que la muerte nos una.
Hasta que la muerte nos una, dementes.
Hasta que la muerte nos una.
Hasta que la muerte nos una, humanos.
La muerte me ha penetrado, muerte ven.
Y a mi cuerpo ha desplazado, muerte ven.
Y mis manos ya no pueden ni hablar.
Y mis ojos no han cesado de gritar, muerte ven.
Soy una noche vacía, muerte ven.
Soy un gran miedo quemado, muerte ven.
Diles que yo siempre existiré
Y que bajo tus alas dormiré, muerte ven. “

Aurora Beltrán

Brutal. Tanta desnudez abruma pero eso no importa y no sé si a través de tu escritura te vuelves valiente o cobarde, pero eso tampoco ahora es importante. Uno no puede hacer casi nada para evitar lo que le pasa pero siempre puede decidir qué hacer con lo que le está pasando.
Esto también pasará, seguro.
Me gusta la fuerza que imprimes a una confesión que habla justo de lo contrario, de que no te quedan fuerzas.
La palabra escrita tiene la virtud casi mágica de poder volver sobre ella línea a línea y cambiar su sentido.
Espero que encuentres la fuerza y el modo.

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1er Premio Mejor Madura 2018
1er Premio Spalumi Mejor Madura 2017
1er Premio Mejor Madura 2016.

2do Premio Mejor Masajista 2018
1er Premio Mejor Masajista 2016

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Aparentemente, indestructible y fuerte por fuera, pero sin un caballo de potencia dentro.
El obligado silencio que calla el enérgico rugido de mi propulsión de respuesta interna.
Ella no me oía, pero yo la sentía. Sin avisar, algo estaba naciendo, “escúchalo”. Me posteo alguien en spalumi. Luego, no entré en razón, sin saber que estaba indefenso.
Cuánto late el corazón, cuando corres sin saber dónde guarecerte. Y no puedes refugiarte en ninguna parte. El único amigo que queda, es un teclado que no golpea los swith de cada carácter, si no que berrea mis verdades internas, sin armas con que atacar o defenderme, sin uniforme de combate y empapado en el barrizal de mis miserias. Pienso: ¡Ojalá pudiera contarle a alguien, que me pasa!
Quería que corriéramos juntos. Parecía que podíamos pilotar para siempre. Envueltos en caballos de potencia, conduciendo con furia. Cambiando de marcha para que su pequeño cuerpo se ciñera más al mío enorme. Nos cogeríamos más cerca, a medida en que cambiamos de marcha y actuaba el supercharger.
Pero todo lo cercano, pasó deprisa por cada nervio vivo. Nos movimos tan rápido que parecía que ya hubiéramos tomado el Cielo.
Máquinas de amor en perfecta armonía, oí los motores rugir cada miércoles, pero no pude escúchalos gritar.
Para siempre, corriendo hacia ese lugar tan buscado, en perfecta sincronía con lo que nunca se habló.
Me sentí tan cerca del Cielo, que ahora no puedo propulsar por el asfalto esta oxidada y pesada carga.
No sé para que estudie tanta economía, dirección de empresas, marketing, control presupuestario e inglés, si con lo que mejor me entiendo es con los motores y los animales.
Sigo reviviendo el momento en que la dije adiós. No la besé, ni siquiera lo intenté. Solo extendí la mano para darle aquella carta: “Toma aquí está toda la verdad, por favor no la tires sin leer”
Yo cara a cara, casi no hablo, solo escribiendo, me defiendo un poco.
Aquella carta decía: que me había hecho sentir como si estuviera un poco vivo.
En otra vida, tal vez en otro lugar. Quizás te encuentre, podría ser tentado por el destino y tratar de alcanzar con un poco de amabilidad que no he tenido nunca….
¡Demasiado tarde!


"Es terrible, dentro de mí estoy gritando como un animal acorralado. Pero nadie me hace caso.
Si tuviera brazos, podría matarme.
Si tuviera piernas podría correr.
Si tuviera voz, podría hablar, y mi voz me haría compañía.
Podría pedir ayuda.
Pero no puedo hacer nada, nada... nadie oye mis gritos, y sin embargo tengo que hacer algo por que no sé... no sé cómo podré seguir viviendo así.
S.O.S HELP ME!_S.O.S HELP ME!_S.O.S HELP ME! "

Frases finales (Johnny got his gun) 1971

Viernes Santo, Madrid, desde hace cuatro horas y media. ¿Dónde voy a estas horas?
A la izquierda en el semáforo un coche con dos niñas me miran y sonríen. No. Se ríen de de mi. Escuchan reggaetón de esos machacantes, subo la ventanilla, yo escucho Metallica pero muy bajo. Ponen mala cara cuando la cierro. No, no me gusta vuestra música. Se abre el semáforo y salen mucho antes que yo, el alma no me pide correr, mi rodilla derecha me lo impediría físicamente.
Autovías y carreteras vacías, normal son días festivos y yo sigo solo, sin dormir.
Llego a su lugar de trabajo, sabiendo que no está, es festivo, nunca trabajó a estas horas. ¿Sera por pisar el suelo que ella pisa?
Un cigarro lento, sabe a rayos. Como han puesto una alambrada, una lata de red Bull esta enganchada en el suelo. Puede que sea suya. Puede que bebiera de ella y contenga sus babas. Quizá esa lata probó sus labios más que yo.
¿Que busco? ¿Cómo puedo añorar tanto, lo que nunca tuve?
Vuelta al coche, sigue sonando Metallica primeros compases de Fade to Blake.
Me confundo en la rotonda. ¿Para donde tiro yo ahora?

“Parece que la vida se desvanece a lo lejos
yendo sin rumbo más lejos cada día
perdiéndose en mi interior
nada importa, nadie importa.
He perdido las ganas de vivir
simplemente nada más que dar
no hay nada más para mi
necesito el final para liberarme.
Las cosas no son lo que solían ser
algo falta en mi interior
perdido hasta la muerte esto no puede ser real
no puedo soportar este infierno que siento.
El vacío me llena hasta la agonía
una oscuridad se apodera de mí,
era yo, pero ahora se ha ido.
Solo yo puedo salvarme
pero es muy tarde
ahora no puedo pensar
aunque debería intentarlo.
El pasado se ve como si no hubiese existido
la muerte me abraza cálidamente
ahora solo diré adiós...
adiós…"
Metallica “Fade To BlacK

Saltar de la cama, que va, levantarme despacio. Casi seguro, poniendo primero el pie izquierdo en el suelo. Ya es mañana.
Treinta y uno de enero, ha pasado un año y un día como en las condenas, lógicamente el pasado año, sin ser bisiesto, fue martes.
Por fin se acaba enero, aunque nunca un segundo es igual al anterior todo sigue idéntico.
El primer pensamiento, un recuerdo.
A mediodía, iba medio contento para concertar cita el miércoles y decirte que mañana iríamos al hotel y que el servicio para ti iba a ser vicio soñado para mí.
Esperaba tener una vez más tu cuerpo entre mis manos, ver cómo te duchabas, cogerte otra vez en brazos y saborear lo que me dejases hasta mi final.
Pero no, una vez más, algo se repitió en mi vida otra vez.
Como un huracán que dictó sentencia, casi he vuelto a oírte decir: “Tu y yo, no vamos a trabajar más juntos”.
Pensando en Ti, camino en silencio en una oscuridad que hace daño en los ojos hinchados que no has visto llorar.
¡Que no pases mucho frío!

Dice toda la maquinaria publicitaria, disparando a ráfaga como una M61 Vulcan, que hoy es San Valentín o Dragobete.
Vaya porquería de año. ¿Ha pasado un año? más arrugas y canas como vituperios del tiempo.
No voy a comprar nada a nadie; tabaco compré ayer y el botellero está lleno.
No creo que nadie me vaya a regalar nada. No habrá sorpresas, nadie me espera. Así que: ¡adelante!

Me dirijo una vez más “allí”. Varias vueltas. Por fin, te encuentro. El plumas color arena, leggins lo llaman ahora a juego con las botas negras altas sobre la rodilla. Carita de frío.
Tenía miedo a que me rechazases, educadamente, con un: “lo siento, pero no”. Otra vez me equivoque.
No le cuentes a nadie, que te he pagado por estar solo a mi lado, no he querido hablar, de nada, ni de nadie. Lo único que quería era no estar solo, hoy. Que más daba hoy u otro día.
Creo, haberte contestado a todo lo que me has preguntado, tampoco soy tan animal, solo una fiera con el coraje disipado. Los siento, hablo muy poco.
Gracias, me ha dolido, pero me ha sentado bien agarrar tu mano una vez más, besándola al final.

“No puedes sentirte como yo, no me digas mentiras,
no me hagas preguntas, no me envíes espías,
sabes que el amor es un ladrón, roba el corazón de noche,
resbala entre los dedos, mejor agárrame fuerte.

Todo cambia, todo sigue igual,
todos culpables, nadie a quien culpar,
cada salida, me trae de vuelta al principio,
todo el mundo muere para romperle el corazón a alguien”

Es San Valentín, mi día del enamorado, en singular. No, solo es un miércoles (más). Algunos miércoles fueron casi bonitos, del de hoy algo me guardare.

¡Mulțumesc foarte mult¡

Buenos días estimado caballero,

Perdone el atrevimiento a dar un comentario con respecto a su literatura que es asombrosa, y en muchas líneas me hace entender muy bien el sufrimiento que deba estar pasando. No espero que su vida llegue a cambiar 180º, y encuentre la luz en toda esta incertidumbre y penumbra soledad.
No podemos elegir las cosas que nos pasan, pero si podemos elegir las que deseemos que pasen.
No podemos elegir que un día sea soleado o no, pero puedes elegir como aceptarlo.
Encuentra el Amor en lo que haces, porque no siempre vamos a ser perfección o victoria. Somo absoluta vulnerabilidad, casi todos compartimos la misma inquietud porque si no tenemos lo que queremos sufrimos y aunque obtengamos lo que queremos seguimos sufriendo porque no podemos tenerlo por siempre.
No renuncies ni sufras por tus sueños, pero intenta crear nuevos sueños, nuevas aventuras, nuevos momentos. Renuncia a lo que no tenemos y nunca tendremos que se llama "CONTROL".
Quizás muchos no nacen con las posibilidades que otros lleguen a tener, incluso muchos niños desde que nacen, llegan con una enfermedad y deben estar en cautiverio junto a otros niños. Y aún así nos regalan una hermosa sonrisa.
Amigo (aunque no nos conozcamos de nada) no quiero desentender tu dolor, porque a mi me ha pasado y me pasa constantemente. Lo que deseo es alumbrar un poco tu visión, aunque sepa que no lo has solicitado, y que algo de lo que te estoy compartiendo llegue a una buena reflexión.
Que quizás no la vuelvas a ver o si y vivan felices para siempre, pero que sea lo que sea sepas que siempre serás sensacional teniendo la oportunidad de vivir nuevos momentos descubriendo nuevos sentimientos y valorando todo lo que te pasa.
Digo todo esto, porque siento que dentro de todo aún luchas y eres un valiente y que sabrás elegir una buena decisión.

Recibe un cordial saludo de este personaje invisible.

Ya casi es junio, pero de otro año.
Una vez, recibí un privado de una profesional de spalumi, que decía: “solo escribes cuando estás muy triste”; y lo negué, pero las mujeres siempre tienen razón.
Otra vez, cuando hablaba con personas, un músico entre mucho vapor etílico me dijo: “para hacer música hay que estar muy puesto y bien colocao, solo sale cuando estás muy alegre o muy triste”. De este dudo si tenía razón.
Cierto es: hace tiempo que no escribía y no estaba mal, la verdad sea dicha.

Parece que estas lluvias temporales, habían arrastrado muchas otras cosas, pero al final me han devuelto al fango de mis charcos sin conseguir, que cuando lleguen a las cloacas se pierdan alli para siempre. Y en otras cuatro ocasiones he vuelto a ir contigo, lo confieso, sin sexo. Alguien se reirá de mí, seguro, pagar a una profesional por compañía, solo por compañía. Eso solo lo hace un payaso. ¿Y que soy yo?

La última vez, hasta se me escapó y te lo dije: “Me tranquiliza estar contigo, entrelazar mis dedos con los tuyos, apoyar mi cabeza en tu regazo y que acariciases mi pelo que cada día tiene el tóner más bajo”. Se desacelera mi pulso mientras mi respiración, coge ritmo cadente y sereno.

Me da igual; que me digas que ahora tienes celulitis. Solo me siento bien, es más que suficiente.

Te pregunté: ¿Volverías a trabajar conmigo? “No lo sé”. Es lo que tiene dejar las cosas, comercialmente, suspensas en el aire.
Después de nuestro último “encuentro”, el día de San Isidro. El sábado 26 por la tarde, no tenía que estar con mi hijo. Cuando todo el mundo se preocupaba en agitar sus bufandas y banderas jaleando a sus millonarios héroes, que abrazaban una copa metálica y besaban con aparente fervor el escudo de la camiseta del uniforme de su empresa, lo mismo que hago cada mes con la nómina de la mía.

Pasé por tu lugar de trabajo, donde han seguido pisoteando mis sentimientos en forma de orgullo. Andaba buscando “lo de siempre”. Sabiendo que un sábado a esa hora no estabas. Algo me turbó profundamente. Para que digan que hay que hacerle caso al corazón. Para que al final, solo las gónadas tengan la razón. Una idea tonta y absurda me abordó y me llevo a pensar en una nueva estupidez de las mías. Jugármela yo también en otra final.
Tiré de calendario, comprobando que, en dos semanas, llegaría tu menstruación, siempre has sido un reloj de alta tecnología.

El miércoles siguiente, por circunstancias me venía bien. Preparé todo desde primera hora de la mañana, puede que desde el lunes.
La ducha a conciencia, el afeitado con precisión geométrica, el anti transpirante aplicado generosamente de forma escrupulosa. Colutorio hasta en el corazón, aunque escueza, después de un buen cepillado y 60 centímetros de hilo dental. El vello más fuerte que estaba donde no debía, lo había eliminado el día anterior. Y ropa interior de repuesto para antes de la hora de la verdad. Todo esto para la parte física.
En la espiritual, de nada ha servido encomendarme y suplicar a casi todo lo que creo debe existir.

Pero, que gilipollas soy, a estas alturas todavía siento nervios mientras te espero, ahí llegas toda de negro con botas de tacón altisimas. ¡Qué cosa más bonita! Te ha costado bajar el escalón desde esa altura. Acercándote como siempre, amable, pero sabes a lo que vengo hoy. Por tu frase aquella de: “no lo sé”
“¡Holaaa!” (ni dijiste guapo, aunque sea mentira, malo)”
“¿Qué tal?”
empezaron las quejas rutinarias.
“Esto está muy flojo, como el tiempo. Hoy se ha trabajado, pero, porque han venido clientes conocidos”
Nunca he sido un cumulo de delicadeza, será el heavy metal.
Directamente, a boca jarro y a quema ropa:
Hola, ¿Tienes la regla?
“¿Por qué preguntas eso?”
Porque va a ser; ¿Quieres venir conmigo al hotel?
“No, yo tengo mis principios”
¡Vaya! si la cosa esta floja, te iba a pagar el equivalente a 10 o 15 servicios.
“Mis principios, ni el dinero los doblega, vete con mi amiga A…a”
No, ni yo quiero ir con Ella, ni ella quiere venir conmigo. Yo solo quería ir contigo.
Ya, solo quiero marcharme, mientras fijaba mi clavada mirada en el volante, detrás de mis gafas negras, aunque el cielo se me adelantó, con unas tímidas gotas de lluvia, como las lágrimas que yo reprimía, entre la voz que no manaba de mi ahogada garganta.

¡Adiós! Lo siento, si te he molestado.

¡Así se acabó, otra vez!

Siempre me ha pasado lo mismo, estas hostias sin contacto, las asumo como un perro; que buscando una caricia se lleva un golpe. Para volver a su rincón del que nunca debe apartarse. ¿Para qué?
Para ti son tus principios, para mí solo otra final, de las que nunca empiezo con la mitad de posibilidades de victoria. Como siempre, mi marcador queda cero.
¡Que paradoja! Aerosmith en la radio (siempre rock), suena “Dream on”. Pero yo me he cargado otra esperanza. Una menos.

¡Definitivamente! no merece la pena soñar, con dormir cuatro horas y media si se puede y da tiempo, es suficiente. Hasta con dinero por delante me encuentro con la desilusión del rechazo en la esperanza denegada a la fiera que: sujeta entre sus manos ensangrentadas la muestra de su corazón, el del cretino que no puede, ni siquiera contar su verdad. Continuando con mi triste distimia, de unas ganas de vivir que no recupero.

Sigo gritando: ¡Muerte ven!
“Hasta que la muerte nos una”

Sublime, enhorabuena tío me ha encantado todo el hilo!

Y ya va para cuatro años. ¿Por qué sigo calculando cuanto tiempo ha pasado? Y encima, te sigo dando las “GRACIAS”.
Desde el estacazo. Parece ser, que si han pasado: 44.924.400 segundos, 748.740 Minutos, 12.479 horas, 520 días, 74 semanas, 17 meses. ¿En qué unidades calculo, cuántas he pasado sin pensar en ti? Muy pocas. Si por lo menos, pudiera dormir sin soñar contigo, todas esas no te las hubiera dedicado. ¡Joder! si hasta he programado una hoja de cálculo que va acumulando ese tiempo. ¡So payaso! Manda cojones y hace falta ser gilipollas.
Al final, el regalo más hermoso que puedes hacerle a alguien es tu tiempo, porque le das una parte de tu vida que nunca volverás a vivir. ¿Para qué cojones me sinceraría yo aquel último día de enero? La presión del momento, supongo.
No voy a mentir, no recuerdo los sueños, pero es que no duermo más de cuatro horas seguidas, supongo que no da tiempo. Pero mi último pensamiento siempre es para mi Hijo y para Ti, antes de que todo se valla a negro. Cuando abatido por el cansancio en mi incómoda cama, desde la que veo un trocito del firmamento y le pido que te proteja. Eso sí, por lo menos ahora tengo sábanas gracias a Ti.
¿Te acuerdas, cuando te conté como dormía? Y me dijiste: “Échale un par de huevos a la vida y cómprate unas sábanas”. Pues eso hice. ¿Para qué me ayudaste tanto? Me enseñaste: El cómo, el cuándo, pero no el porqué.
El momento de triste oscura soledad acumulada, continúa. Mis sentimientos siguen confundidos; ¿Pero confundidos, con qué? Si es imposible. Si yo, también hubiera podido decir: “hasta aquí”. Sigo pensando, que al menos, por mi parte, hubo cariño. ¡Toma fallo! Que no todo era la compra de pasión mercenaria. ¡Ojalá! todo tuviera la opción de bloquear o eliminar contacto. Y sobre todo y la más importante, ¡borrar historial!
Nada ni nadie, me da las respuestas que busco. Mucho menos, algunas trabajadoras del "sexo mercenario" o "arrendadoras de felicidad por horas" Tampoco, me han dado respuestas que me valgan. Me dicen: “olvídala y avanza” ¿pero cómo?
("Sexo mercenario" o "alquiler de felicidad por horas". Tú. Perdóname por robar tus palabras, ya sabes, no voy a verte porque no estoy bien y así no se puede ni se debe, joder a inocentes. Sé que Tú si lo vas a leer, Guapísima, sabes que esto no se lo puedo contar a nadie. Bueno, a ti, te he contado una ínfima parte y se agradece Tu ayuda, no te enfades por la apropiación indebida de tus letras, guiño dedicado a E.M.G.M. según Tú “encargo”)
Puedes seguir pensándolo, mejor, puedes estar segura. No te he olvidado. He hecho más de una locura para intentarlo. O eso decís: que estoy loco. Si por lo menos esto, te explicara algunas de mis delirantes actitudes, algo habría hecho bien. Pero no lo he conseguido.
Sigo probando con otras, pero nada que hacer. Y lo sabes, que algún disgusto me ha costado.
Que mal, sigo confiando en Ti. Cada vez sé más cosas de Ti, sin quererlo. Caprichos del maldito destino y de los jodidos algoritmos de la red. Unas cosas se conectan con otras a través de complejas fórmulas matemáticas, mierda de efecto mariposa.
Si van por mí. Capto los mensajes, al final no soy tan tonto.
Para Ti: Los tuyos, lo que quieres, tus valores. Lo capto, mensaje recibido. ¡Tranquila por eso!
Para mi: Mis sueños, mi distimia y la virtud de mi inquebrantable leal silencio. ¡Aturdido por eso!
Un silencio que solo rompo con mi torpe escritura en estos posts, al menos alivian la presión evitando otras explosiones. Por alguna parte tengo que reventar, es la espita de mi aliviadero del silencio para no desbaratarme en el fatigoso cansancio de lo que tengo que ocultar a todo el mundo durante todo el tiempo. El aparente triunfador, al que todo parece irle muy bien, pero solo se reboza en los charcos de su penoso sufrimiento oculto. La alegre y sonriente cara de su verídico y triste llanto tantas veces escondido.

Y ojalá te vaya bien, y pa pasar el rato
tú siembra para ti, y más cuando me callo,
me callo lo que hay, lo que hay es lo que toca
y pa tocar el corazón es mejor no abrir la boca.

Mi corazón abrasado, sigue recordando el olor de tu piel, a veces a humo, a veces a dolor. ¿Un olor duele? No, mil recuerdos, SI.
Ya te lo dije; las fieras tenemos corazón. Sigo con mis múltiples caras oscuras y mis opacos perfiles, En la dudosa confianza del anonimato.
No puedes ni imaginar, cuantas monedas de las de una sola cruz volvería pagarte. ¿Por comprar, el que?
Las cicatrices cada día parecen verse más secas, pero siguen sangrando. Y me reitero, la soledad es la peor, aun siendo la más silenciosa de las consejeras. Cada día la conozco más, pero no mejor.
Como hoy. Cada miércoles, revivo el ritual. Es verdad que las lágrimas, si aguantan un poco más. No se asoman brotando, pero son casi peores, porque son internas. Barridas hacia el interior. Lagrimas freáticas que se filtran a través de la piel hasta llegar al material interno que está sobre un manto saturado de llanto. Sigo dándole pena, a la pena, que es lo que he coleccionado.
El cielo, pasa de mí y no me ayuda a olvidarte. El muy cabron, te trae a mi cabeza una y otra vez como las borrascas de la pasada primavera.
Sigo viendo ese cielo pintado de negro, después de volver a verte.
¿Qué no te saludo al pasar? Igual que no sonrío. Porque no sé lo que hacer, por qué he probado muchas cosas. Experimentos que no han funcionado. Ni siquiera al prueba y error, ni tampoco surte efecto el método empírico. No hay experiencia que valga.
Las ganas, siguen en peligro de extinción. Avanzan como, la muerte del Amazonas por el progreso de la desertización.
Sigo pensando, lo acertado que estuvo aquel que me posteo en Spalumi. “carretan, Creo que tú post debería ir en otro hilo que se llama: "enamorarse de una puta". Que poco me gusta la palabrita, tan cortita, para tener solo cuatro letras, que mal me suena y cuanto me jode (a alguna os lo he dicho en la intimidad). Y que poco caso le hice. Decía mi Madre. “Si decides tirarte por una ventana, procura que esté bajita, porque te vas a tirar y por lo menos que no te hagas mucho daño. ¡Cabezón que es uno!
Soy perfectamente consciente del problema, pero no soy capaz de aplicar las herramientas de la solución.
Y sin poder contarle a nadie, Que cojones me pasa. ¡Que no te olvido! ¡Que no consigo olvidarte! ¡Que no te puedo olvidar! ¡Que no y que no, que no soy capaz! Eso es lo que me pasa. Me refugio encerrado en un tedioso trabajo que odio, cumplo con mis obligaciones. Beso a mi hijo, diciéndole sin hablar, hacia mis adentros: “perdona a tu padre, ¡Ojalá! Supieras que me pasa. Y, sobre todo, ¡Que esto nunca lo tengas que vivir tú! Mi niño. Ni lo que pasó con lo de tu madre ni lo de otras. Que mejor cabeza para el escarmiento que la de tu padre, mira lo que pasa y todo lo que hay que pasar.
Sigo soñando ceñir su cuerpo contra el mío. Sigo callado, hablando poco, ocultándome a mí mismo, lo que no quiero ni puedo decir a nadie. Con gritos de los que no suenan. Sigo intentando no decirme, la verdad ni a mí mismo.
Deambulo, muchas noches por las arterias vacías de una ciudad, llenas de esclerosis contaminante, que las bloquea con toda la mierda que hay en ellas. Polución en el aire, residuos de la actividad humana en el suelo. A veces, aspiro el humo de la resina de maderas quemadas, otras achicharrado por el calor pirolítico del sol del maldito polígono en el que te conocí.
Sigo dando vueltas, en un movimiento circular que no permite avanzar, es lo que hago, al no parar de moverme perdido dando vueltas lentamente en un rápido velódromo. Al final. Los mismos clavos, la misma cruz.

Me dices que me parezco a los caracoles
me sobra techo, me muero en soles,
tras espesura del chaparrón
será que el camino bueno se ha vuelto malo
o que no quiero pegar ni un palo,
que solo quiero escuchar tu voz.

que siempre llego a la deshora que marca el corazón
y que, cuando estamos a solas, molesta el caparazón.

me dicen que tus braguitas revolotean
que lo hacen sólo pa que las vea
que llevan alas de desamor,
será que las ensuciamos tan malamente
que los colchones son mala gente,
que siempre quieren tener razón
que siempre llego a la deshora que marca el corazón
y que, cuando estamos a solas, molesta el caparazón.

mi casa está donde estás tú
los mismos ojos, la misma luz
mi casa está donde estás tú
los mismos clavos, la misma cruz
los mismos clavos, el mismo ataúd.

Marea “Los Mismos Clavos”